Con la llegada del proceso de transformación, sin duda, hubo un despertar de las conciencias y, con ello, la democratización de la información que, años atrás, estaba totalmente subyugada al otrora todopoderoso PRIAN. Vimos, por ejemplo, numerosos contratos millonarios que, en aquel entonces, fueron a parar a los bolsillos de muchos periodistas que hoy se han declarado detractores del gobierno actual. De hecho, salieron a la luz los montos elevados que recibían por contratos de difusión de información. El mismo expresidente López Obrador, que prometió al pueblo de México acabar con la opulencia, cumplió y puso fin a ese esquema de contratación. Eso, desde luego, provocó una irritación en ellos y, por ende, comenzó el flujo de contenido falso y tendencioso que han tratado de manchar la imagen de algunos protagonistas en el ejercicio de la administración federal.
Uno de esos medios de comunicación, que está envuelto en escándalos relacionados con la operación de su funcionamiento, sigue metido en el ojo del huracán. Sabemos los alcances que ha tenido Latinus, y el grado al que han escalado para manipular información. Hay, en efecto, una clara diferencia de un periodo a lo que ellos muy a menudo proyectan desde su plataforma. Eso puede entenderse, a todas luces, como un órgano golpista que, tras bambalinas, se encumbran políticos que están señalados de corrupción. Latinus, obviamente, no ha sentado un precedente como un medio plural y flexible. Su estilo, en esa cadena de sucesos del devenir sociopolítico, ha dejado mucho que desear. El mismo Andrés Manuel López Obrador, en retrospectiva, desmintió investigaciones que, desde luego, no tuvieron un impacto entre la población, primero, porque Latinus no tiene credibilidad en ese 80% de la ciudadanía que confía en las políticas públicas.
Y con una credibilidad mermada, una vez más, el nombre de Latinus, cuyo contenido no tiene el más mínimo grado de interés por el sinuoso camino al que han escalado, simplemente no tiene cabida como un medio de comunicación plural. De hecho, sus recurrentes “investigaciones” y contenido tendencioso han generado nuevamente una orientación falsa sobre el posicionamiento que ha tenido uno de los aliados cruciales de este proceso de transformación como lo es el Partido del Trabajo, al publicar una narrativa que emplearon solo para tratar de provocar encono y polarización al interior de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Resulta que, en este andamiaje de reformas constitucionales, y luego de ponerse en marcha el periodo extraordinario para atender los pendientes, Latinus, de pronto, divulgó una nota aludiendo que, en medio de este tramo, hay fricciones internas con la presidenta constitucional por el tema de la Ley de Comunicaciones y Radiodifusión. Eso, evidentemente, se prestó para levantar especulaciones, pero, al mismo tiempo, no tuvo mayor eco porque se trató de una maquinación más de Latinus.
De hecho, el coordinador de la fracción parlamentaria del PT, a través de una solicitud con fecha establecida, pidió el derecho de réplica que viene implícito en nuestra constitución política. Hasta el cierre de esta columna, claro está, no ha existido una respuesta del portal de noticias de Latinus. Será que, una vez más, dan una clara muestra de la poca ética con la que actúan, y cómo utilizan la información para tergiversarla de la realidad. Se requiere mucho más para poner en jaque la buena voluntad con la que ha actuado el proyecto de la cuarta transformación. Sabemos, a propósito de ello, que la información que divulga Latinus no es de consumo de la población, en su inmensa mayoría. Esa plataforma, que tiene su público en el conservadurismo, jamás se ha afianzado como un medio plural y transparente. Basta ver el contenido y el material; peor aún, los montajes que hemos sido testigos cuando se desnuda la verdad ante los ojos del mundo.
Por ello el PT, fiel a su estilo, ha dado muestra de compromiso y responsabilidad con la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Tan es así que, en medio de este periodo extraordinario, el mismo coordinador de los diputados, desde las arengas de la máxima tribuna legislativa, ha dicho que respalda los temas. Eso se ha confirmado con la leyes aprobadas en materia de la Guardia Nacional. Siendo así, la situación es muy clara: existe unidad para seguir profundizando las políticas públicas. Hay, en efecto, un vínculo muy cercano con las fuerzas que, en décadas, han acompañado la causa. Hasta donde sabemos, habrá, en un espacio de la agenda de la presidenta, una reunión con liderazgos del PT, que opera la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Esto, que a la par servirá para desmentir la intriga de Latinus, será el telón de fondo para refrendar ese pacto de unidad que existe.
Lo de Latinus, nada revelador ni innovador, quedará marcado en ese espiral de intrigas e infamias a las que nos tienen acostumbrados. La misma presidenta, y la población en general, saben los alcances de esa plataforma que, desde luego, va encaminada a tratar de desestabilizar al gobierno y la cuarta transformación. Eso, de entrada, jamás sucederá, especialmente porque existe una democratización de la información que fluye y, mejor aún, un despertar de las conciencias que permite calificar y juzgar quienes actúan con dolo. Lo bueno de todo ello, ante el amplio abanico de alternativas para mantenernos informados, es que existen numerosos portales o tribunas que ponen al descubierto este tipo de andanadas.
No hay fricciones internas ni pugnas que puedan poner en riesgo la agenda de prioridades de la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Lo que sí hay, está claro, es un pacto de unidad que se ha visto reflejado.
A propósito, el líder de la fracción parlamentaria del PT, desde las arengas de San Lázaro, dejó muda a la oposición cuando aludió al desmantelamiento de las prácticas antisociales que se heredaron de Felipe Calderón. Eso pasó en el momento en que se discutían algunas leyes reglamentarias de la Guardia Nacional. Vaya golpe contundente el que les propinó.
Notas finales
El PRI, con ese lastre de corrupción que carga a nivel nacional, sigue desmoronándose en las entidades federativas. Eso, que hay que achacárselo a Alito Moreno, arquitecto de esta debacle, sigue empujando fuerte para que sus estructuras territoriales busquen cabida en otras trincheras. En Apatzingán, Michoacán, uno de los distritos locales y federales más importantes de la entidad, ha renunciado su dirigente municipal. Al parecer ese éxodo seguirá, pues el PRI, sin rumbo ni proyecto, está destinado al ocaso. Dadas las circunstancias, en ese enclave histórico donde se firmó el decreto emancipador en 1814, podemos atribuirle una fina operación política a Jorge Cruz López, que le ha sumado más adeptos al proyecto de Raúl Morón en la carrera por la gubernatura.