La dirigencia nacional del PAN, nos cuentan, teme perder no solamente uno de los enclaves más importantes del norte del país, sino también Querétaro y Aguascalientes. Esa cadena de tropiezos que ha tenido el blanquiazul, sumado al inexistente papel que llevan a cabo en los temas de la agenda pública, los pone en condiciones adversas para tropezar una vez más. De hecho, el panismo no ha podido superar el revés que sufrió en la elección presidencial, y el importante número de espacios que dejó escapar, sobre todo en la Ciudad de México. El PAN no tiene, en pocas palabras, una estructura sólida para encarar los grandes desafíos venideros. Jorge Romero, que prometió evaluar la alianza con el PRI, es muy probable que mantenga esa política de alianzas, especialmente por la supervivencia que necesitan para seguir manteniéndose en las competencias.

El pretexto de Jorge Romero, aunque no lo ha expresado así, será la elección de Durango. Es muy probable que diga que esa fórmula, reinventada, si funciona. El problema es que en ese municipio, como sabemos, el PRIAN ganó porque hubo una operación política de estado; es decir, un auténtico cochinero que se propagó por todo ese territorio. Lo peor no es eso, sino que, en un determinado momento, eso se ratifique ante los órganos colegiados del poder electoral judicial. Eso ayudará a esclarecer si es que hay justicia social en un ejercicio democrático que, de pies a cabeza, se manchó por coaccionar el voto de las mayorías.

La realidad es que, sea como sea, el PAN vive una crisis profunda de la que no ha podido sacudirse en la última década. Pasó de ser la primera fuerza política de México hasta la cuarta posición. Un tramo importante que, si hacemos una evaluación, han sido millones de votos los que se han dejado ir de las manos. Podemos suponer que eso, en concreto, será uno de los elementos que abonen para que Acción Nacional siga perdiendo terreno. Entonces el preludio, a largo plazo, puede ser la derrota en las tres entidades que mencionamos, especialmente en Chihuahua. Precisamente en ese territorio, bajo la premisa de ese cálculo exacto en la elección presidencial, MetricsMx ganó mucha legitimidad y credibilidad por los números que registró. Con esas percepciones, claro está, tenemos buenos parámetros para saber, con mayor exactitud, cuál es el pulso real de la ciudadanía.

Sabemos que MetricsMx, en el caso de Chihuahua, solo evaluó el proceso interno de cada partido. Se puede observar, con mayor claridad, que la Senadora de la República, Andrea Chávez, tiene una amplia ventaja que, a estas alturas, se antoja muy complicada de revertir, mucho menos ahora que la legisladora, que ha tomado un poder mediático impresionante, vive su mayor momento. De algún modo, esa guerra sucia que ha propagado la oposición contra ella, de manera paradójica, le ha servido de impulso para catapultar a los reflectores de la prensa. Eso, sumado al gran respaldo ciudadano que ha ido acumulando de la simpatía de Morena, empuja su llegada a la coordinación de la defensa del voto ante un hecho inminente. Ya con las designación en las manos, entonces sí, se vendrá la batalla intensa en la carrera por la gubernatura.

Entonces ya con los jugadores en la cancha, se intensificará la guerra sucia que, de por sí, es bastante obvia la forma en la que atacan a la senadora Andrea Chávez. No es casualidad, por ejemplo, que un equipo integrado por actores políticos del PAN estén conformando recursos legales por supuestos actos anticipados de proyección de imagen. Esto se da, evidentemente, ante el despegue importante que ha tenido la legisladora en los últimos meses. Por esa sencilla razón, podemos atribuirle las estrategias perniciosas a la oposición porque ellos, sabedores de que Andrea ha ido afianzándose, buscan manchar su imagen a como dé lugar. Pese a los duros señalamientos, por el contrario, eso ha ido posicionando más a la legisladora. Se puede observar claramente en la encuesta que publicó MetricsMx hace algunos días. Por eso la oposición pierde su tiempo en buscar algunas alternativas como esa, especialmente cuando se han visto rebasados por el tsunami morenista.

Así como Xóchitl Gálvez sufrió una humillante derrota, la gobernadora de Chihuahua, en este caso, tendrá que ir concientizando que, el panorama, no pinta nada bien para el PAN. No cabe ninguna duda que, hoy por hoy, mientras Morena genera las condiciones en aquel punto del país, el painismo, mermado ante las circunstancias, es claramente candidato para perder las elecciones, pues las tendencias, así parecen, no les favorecen en lo más mínimo. Hoy, el factor que más influye, es la falta de liderazgos y la poca credibilidad que tiene su dirigente nacional, Jorge Romero.