Muchos tangos son bellísimos. No hay ninguno que pueda considerar mi favorito. Pero hoy he estado escuchando ‘Gricel’. Cito la letra de José María Contursi:

No debí pensar jamás

en lograr tu corazón

y sin embargo te busqué

hasta que un día te encontré

y con mis besos te aturdí

sin importarme que eras buena...

Tu ilusión fue de cristal,

se rompió cuando partí

pues nunca, nunca más volví…

¡Qué amarga fue tu pena!

No te olvides de mí,

de tu Gricel,

me dijiste al besar

el Cristo aquel

y hoy que vivo enloquecido

porque no te olvidé

ni te acuerdas de mí...

¡Gricel! ¡Gricel!

Me faltó después tu voz

y el calor de tu mirar

y como un loco te busqué

pero ya nunca te encontré

y en otros besos me aturdí…

¡Mi vida toda fue un engaño!

¿Qué será, Gricel, de mí?

Se cumplió la ley de Dios

porque sus culpas ya pagó

quien te hizo tanto daño.

GRICEL

‘Gricel’ me gusta, sobre todo cantado por Adriana Varela, aunque hay otras versiones excelentes, como la de los rockeros Luis Alberto Spinetta y Fito Páez.

Lo más impactante de ‘Gricel’ —lo leí en el diario argentino Clarín— radica en que es una historia real, desgarradora: “Un amor prohibido que tuvo revancha”, como dijo la estudiosa Patricia Lasca en el mencionado periódico de Buenos Aires.

Gricel existió: Susana Gricel Viganó. En 1935, a los 15 años de edad se enamoró del poeta tanguero José María Contursi, un hombre 9 años mayor que ella, casado y con una hija.

Muchos años después del primer encuentro entre Grisel y Contursi, en 1967 —viudo él, abandonada por su marido ella—, se casaron en la Parroquia San Antonino de Padua, de la provincia de Córdoba.

¿Qué carajos tiene que ver ‘Gricel’ con el éxito del hijo de Colosio en las encuestas de preferencias electorales presidenciales? Nada probablemente. O quizá todo, por lo que hizo el padre de Contursi: inventar el tango canción.

Recordemos que en sus orígenes el tango no era canción, sino baile. Y no precisamente un baile decente. Tenía algunas letras, pero era picarescas.

El padre de Contursi cambió la situación con el tango ‘Mi noche triste’ que cantó el legendario Carlos Gardel.

‘Mi noche triste’ y Gardel transformaron el tango para siempre, a mí me parece que para bien, pero esa no era la opinión de un genio de la literatura, Jorge Luis Borges.

Citaré un artículo de Felipe Pigna en Clarín, de Buenos Aires

√ “Jorge Luis Borges, el ‘enemigo’ público de Carlos Gardel”.

√ “… ‘A Gardel no le gustaba el tango’. La frase provocadora no podía venir sino de Jorge Luis Borges, que en su gusto por la polémica afirmaba que a Gardel no le gustaba ni cantar ni bailar tango”.

√ “A Borges le gustaba el tango previo a Contursi y no estaba entre los admiradores de Gardel: ‘Creo que Gardel contribuyó al ablandamiento del tango; Gardel y un instrumento tardío, originario del barrio de La Boca, que fue el bandoneón’…”.

√ “… ‘Gardel –decía Borges– unió el drama al tango como si él mismo lo protagonizara, a la manera de un personaje de ópera’…”.

√ “Pese al disgusto manifiesto de Borges por el tango canción y por Gardel, nada pudo impedir que se conmoviera cierta vez con la música identitaria de Buenos Aires”.

√ “Ocurrió en Texas cuando, invitado por la universidad para dictar una conferencia, visitó en su casa a un amigo paraguayo que le hizo escuchar unos tangos que merecieron esta reflexión de Georgie:

  • “Tocó todos los tangos que aborrezco, realmente: flaca, fané y descangayadaLa Cumparsita”.
  • “Yo me decía qué vergüenza, estos no son tangos; qué horror”.
  • “Y mientras yo estaba juzgándolos intelectualmente, sentí las lágrimas que estaba llorando yo, de emoción”.
  • “Es decir, yo condenaba aquello intelectualmente, pero al mismo tiempo me había llegado y yo estaba llorando”.

Dijo Borges sobre Gardel: “... Su gloria máxima fue póstuma. Ha tenido muchos imitadores; ninguno, me aseguran, lo iguala. Buenos Aires se siente confesada y reflejada en esa voz de un muerto. Días pasados oí decir: ¡Ese Gardel! Cada día canta mejor”.

Hemos puesto en las encuestas a Lázaro Cárdenas, nieto de un héroe del mismo nombre: uno de los próceres de la 4T. Ni modo, la gente nomás no vota por Lázaro.

Pero por Luis Donaldo Colosio sí votan muchas, muchísimas personas. Obviamente no por el hijo, alcalde de Monterrey, sino por el padre asesinado hace ya tantos años en Lomas Taurinas, Tijuana.

Hace días platiqué con alguien que lo conoció cuando Colosio era maestro de universidad y me emocionó el recuerdo que hizo ese hombre brillante y prudente que trató a mi amigo Donaldo en una época en la que yo no lo conocía.

Colosio, diría Borges, cada día canta mejor… Es la reflexión que hice a partir del tango ‘Gricel’, que aquí dejo con la señora Varela: