Claudia Sheinbaum y Clara Brugada fueron al IPN, les fue bien. Brugada fue a la IBERO, todo normal. Pregunta: ¿Sheinbaum y Brugada, las dos o alguna de ellas, asistirán a un mitin en la UNAM? Hasta el momento, no se tienen noticias al respecto.

El cuarto de guerra de Sheinbaum recomendará que no. De ninguna manera la candidata presidencial de Morena debe pisar Ciudad Universitaria. No es necesario, dirán a coro. Falta tan poco y la ventaja es tan grande que no es necesario arriesgarse. Desde el punto de vista práctico y electoral, tienen razón, pero si Sheinbaum no va al Pedregal, si no grita un ¡Goooya! a todo pulmón en la UNAM, dejará un mal sabor de boca, porque la candidata de la izquierda, la que fincó su trayectoria política en los mítines y asambleas en la explanada de Rectoría no quiso presentarse ante sus compañeros universitarios.

Andrés Manuel López Obrador ha sido injusto con la UNAM y su comunidad, mientras que los universitarios han sido generosos y solidarios.

Recordar es vivir. La UNAM tiene un significado especial para la izquierda y la transformación política mexicana. El Consejo Estudiantil Universitario (CEU), del que Sheinbaum fue integrante, representó la primera línea de contención al neoliberalismo. Mientras López Obrador seguía en el PRI y la corriente democrática dudaba en romper con el partido hegemónico, los estudiantes de la UNAM tomaron calles y plazas, para contener la privatización de la educación pública superior.

En 1988, cuatro hechos marcaron el rumbo de la elección. El recibimiento a Cuauhtémoc Cárdenas en la Laguna, el mitin en Ciudad Universitaria, la declinación de Heberto Castillo y el cierre de campaña en el Zócalo de la CDMX. En 1994 y 2000, Cárdenas fue a CU.

Mientras, López Obrador está lejos de la identidad universitaria, no le gusta ir a la UNAM.

En fin, si origen es destino, Claudia Sheinbaum visitará CU. Ojalá, sea fiel a la lucha social que fue su origen y no la política que es su futuro. Pronto lo sabremos.

Para Clara Brugada el asunto es diferente. Su desempeño en los dos debates fue bueno, en promedio tiene una ventaja de más de diez puntos porcentuales en las encuestas, pero no tiene tracción en las candidaturas de las alcaldías importantes y distritos locales. El tema más notable no está en las encuestas, sino en la distancia que se aprecia de sectores sociales importante de la sociedad capitalina, entre los cuales está la comunidad de la UNAM.

Una cosa es asistir a decenas de mítines, actos controlados, con simpatizantes, con movilizados y voto duro, con zona VIP para invitados especiales y recién llegados a Morena. Otra muy distinta hacer un mitin a pleno sol, ante los universitarios, en los pies de la Rectoría.

El alma mater de Xóchitl Gálvez también es la UNAM, pero no tiene identidad. Santiago Taboada es audaz o quizá imprudente. A estas alturas para él resulta lo mismo perder por cinco que por diez puntos porcentuales. Los debates ya no le darán más. Bien podría jugarse la carta de asistir a CU. No sé si con esto revertiría las tendencias, pero su presencia tendría un efecto anímico importante.

La historia política capitalina reciente dice que quien gane la UNAM, gana la ciudad. No habló únicamente de votos, sino de legitimidad. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.