El Estado de México tiene muchos retos: falta de agua, inseguridad que lastima a las mujeres, pocas oportunidades para los jóvenes y un medio ambiente que necesita más cuidado. Y, aunque el reto es grande, lo cierto es que también pueden ser grandes oportunidades.
El agua es vida, pero para millones de mexiquenses sigue siendo escasa o está mal administrada. El problema no es solo que falte, sino cómo la usamos. La oportunidad está en aprovechar cada gota, reparar fugas, usar tecnología y entender que el agua no es un privilegio: es un derecho. Tratarla como tal, ponerla en el centro de decisiones, nos permitirá hacer lo necesario para que llegue de manera justa a las familias.
Más de la mitad de quienes vivimos en el Edomex son mujeres, pero también son quienes más sufren desigualdad y violencia. Pienso en la mamá de Neza que trabaja todo el día y aun así cuida sola a sus hijos, o en la campesina de Almoloya que enfrenta el campo sin apoyo.
La igualdad no puede quedarse en discursos. Es necesario que tomar acción para garantizar derechos básicos, créditos para emprender y una justicia que llegue a tiempo. Porque soy un fiel creyente de que cuando una mujer avanza, la sociedad entera avanza.
Por otro lado, pienso en que por mucho tiempo nos han dicho que los jóvenes éramos el futuro, pero, ¿no es en el presente que nos formamos y soñamos? Y, en la medida en que se nos presentan oportunidades, en el presente, avanzamos.
Los jóvenes no necesitan promesas vacías, necesitan confianza y oportunidades: becas que combinen estudio y trabajo, incubadoras para emprender, más espacios culturales y deportivos. Simplemente, mayor oportunidad porque, cuando un joven encuentra una puerta abierta, esto representa la oportunidad de cambiar su vida.
Y bueno, desde luego el medio ambiente tampoco puede esperar. Sin bosques, sin aire limpio y sin agua, nada más importa. Hoy enfrentamos tala clandestina en Naucalpan, erosión de suelo en Almoloya y contaminación en Neza, aunque también hay esperanza: jóvenes en Sultepec que cuidan bosques con programas ambientales; proyectos en Zinacantepec que reciclan para reparar calles; comunidades que ven la reforestación como una inversión en su futuro.
Cuidar al planeta no es moda, es responsabilidad. Energías limpias, educación ambiental y proyectos sostenibles deben ser parte de la vida diaria.
El agua, las mujeres, los jóvenes y el medio ambiente no son temas separados. Son piezas del mismo rompecabezas. Sin agua no hay vida, sin mujeres no hay justicia, sin jóvenes no hay futuro y sin medio ambiente no hay mañana.
La oportunidad en el Estado de México es grande. El enfoque está en escuchar de verdad a la gente y convertir esas voces en soluciones. El reto es grande, sí. Pero más grande es la oportunidad: demostrar que la política sí sirve cuando escucha y cuando cumple.
El futuro no se construye mañana, se construye hoy.