“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.”
Séneca
La honestidad, además de ser un valor y un principio humano, es un rasgo de personalidad, que siempre va de la mano de la honorabilidad.
Todo aquel que profesa la verdadera honestidad, queda impregnado con ella, se nota en su presencia, en su andar, y en su actuar.
Siempre van a existir personas honestas, siempre han existido, el problema en la actualidad es la transformación que ha sufrido la propia honestidad como tal.
La tecnología, el acceso a la información, la pandemia por Covid-19, los avances médicos y sus elevados costos, y la transformación de la abogacía, son tan sólo unos factores que han hecho que la honestidad humana, no sólo haya evolucionado junto con ellos, sino que también, hubiera cambiado su significado ancestral.
Ejemplos de lo anterior son el enriquecimiento exponencial de los fabricantes de medicamentos y tecnología de la salud, lo que arrastra a los médicos actuales a participar en dicho enriquecimiento capitalista; otro ejemplo es la disparidad en cuanto al pronóstico de los infectados por Covid-19 en el Mundo, que al parecer depende más de su estado económico, que de su estado de salud; o casos como el de enriquecimientos de un solo miembro de una familia actual por estrategias de abogados, aún sabiendo, que moralmente, dicha riqueza, debió haber sido repartida entre todos sus miembros carnales, por honor a sus mismos padres, que fueron los que la consolidaron.
Finalmente, por más que haya evolucionado la honestidad universal, como lo acabo de describir, las personas verdaderamente honestas, no lo hicimos, y su esencia, se ve y se sigue siendo en todos los rincones de éste planeta Tierra, en todas las sociedades, en todos los países, y en todos los ámbitos existentes, incluyendo, afortunadamente, el político.
Nota histórica agregada: Un buen ejemplo patente de honestidad, en toda la extensión de la palabra, fue la del Doctor en Medicina: Salvador Zubirán, fundador del Hospital que lleva su nombre, y de quien tuve el gran honor de conocer personalmente.
Alberto Halabe en Twitter: @cancercuretop2