Un embajador es la persona que representa a un Estado ante otro, ostentando el mayor rango dentro del servicio diplomático y actuando como la máxima autoridad de una misión diplomática; pero el término también puede referirse a un emisario o mensajero, o a una persona que representa a un país por ser muy conocido en el exterior. Y voy a decirlo así: aunque existen distintos modelos de aviación comercial dentro de la industria, una realidad es que la aviación (así en general), actúa como embajador (mensajero o representante) de nuestro país.

Hoy por hoy, la aerolínea que comanda el doctor Andrés Conesa, Aeroméxico es la aerolínea del país que opera en tres continentes distintos. Cada país tiene su línea bandera y se les llama así porque representan al país frente al mundo.

Esa es una razón por la que la aerolínea del Caballero Águila siempre exalta la mexicanidad, a través de los liverys (diseño de pintura y decoración de sus aeronaves). Tenemos el “Quetzalcóatl” que es un Boeing modelo 787-9, y también a “Kukulkán” un Boeing 737MAX-9. Ambos representando deidades de dos culturas distintas de nuestro país, que forman parte de nosotros.

Cuando un avión de esos llega al extranjero, lo que se hace es llevar un pedacito de nuestra gran riqueza y mostrar lo orgullosos que estamos. Y no solamente se utilizan los aviones para demostrarle al mundo el gran patrimonio que poseemos, también se utilizan los uniformes del personal aeronáutico y, por supuesto, siempre suele ser más vistoso el de los sobrecargos.

Aeroméxico se enfocó en hacer una colaboración con artesanas que realizaron delicados bordados en ciertas partes del uniforme y, en su momento, ellas manifestaron sentirse orgullosas de que sus bordados “viajan por todo el mundo”.

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La aviación es también un embajador de nuestro país y no solo a través del Caballero Águila, sino también a través del resto de nuestras líneas aéreas, cada una con su propia personalidad, llevando el nombre de México muy alto.

Cuando los turistas extranjeros utilizan las líneas aéreas nacionales, ya sea desde su país de origen o dentro del país, nos damos cuenta de que se les puede dejar un muy buen sabor de boca con la atención recibida; no olvidemos que una aeronave comercial tiene matrícula de México, y no solo emocionalmente, sino que legalmente, cuando pisas un avión, ya sea de Aeroméxico, Viva o Volaris, ya estás en suelo y territorio mexicano, aunque el avión esté en otro país.

Recuerdo con cierta nostalgia cuando volaba y escuchaba a la gente decir en los aeropuertos: “ahí van los de la Mexicana”, y que cuando entraban al avión exclamaban muy ufanos “ya estoy en México” y era totalmente cierto.

Por eso, ahora que tenemos en puerta un evento de grandes dimensiones como lo es el Mundial de Futbol, las líneas aéreas de la nación se van a convertir -todavía más- en embajadores de México ante el mundo.

Para todas ellas es importante que no pierdan de vista la forma de brindar el servicio de transporte aéreo, y estar siempre resilientes para que en caso de que sea necesario, hagan los ajustes pertinentes. Por ejemplo, se quedó en mi tintero un tema de la nueva Mexicana, cuando fui al vuelo inaugural del Embraer: los uniformes de los sobrecargos.

Me queda claro que han ido buscando una identidad para destacarse y, es que más allá del águila sobre la M de Mexicana, se pueden buscar otros elementos que te hagan sobresalir. Hace muchos años se tenía el servicio “Azteca de oro” y se tomaron algunos elementos de dicha cultura prehispánica para destacarse y llamar la atención.

En otra época fueron las colas de los aviones, que se pintaron con distintos motivos: de talavera, huicholes y que en todo el mundo llamaron la atención y generaron curiosidad entre los extranjeros.

Ahora, por ejemplo, la nueva Mexicana utiliza en sus uniformes diseños de Tenango, Hidalgo, que de verdad son una belleza, porque el uniforme es de un elegante color negro, y esos bordados tan coloridos hacen que destaquen de una forma impresionante. Tanto el uniforme, como la bata de servicio son hermosos.

¡Ojo!, no nada más podemos mostrar al país con los liverys y los uniformes; algo que en lo personal me parece sumamente destacable es el servicio de venta a bordo de Viva, ideal para quien busca productos locales, por ejemplo, una especie de sopa Maruchan, pero con chicharrón de la Ramos, que es muy famosa en Monterrey, así como de otros productos de pequeños emprendedores, que además de estar muy buenos, muestran al visitante lo que pueden encontrar de manera local.

Porque “lo hecho en México está bien hecho”, ese es el mensaje y me encanta, ojalá y las demás líneas aéreas también busquen acercarse a productores locales y pequeños emprendimientos para ofrecer sus productos a bordo del avión. Eso me parece increíble.

Y, finalmente, el trabajo de los sobrecargos –y hablo desde la experiencia– requerimos cada vez más que la gente sea profesional en su trabajo. Sé perfectamente que ahora con las redes sociales y la inteligencia artificial ya no se requiere de “recomendaciones” a viva voz, sin embargo, todavía hay gente que sí busca que un ser humano responda a preguntas como ¿y aquí dónde puedo ir a comer?, ¿qué lugares me recomienda?

Porque es claro, el personal de cabina también es un embajador del país y debe tener una amplia cultura general, para que, si un pasajero le pregunta sobre algo de nuestra nación, no se quede en blanco y sepa responder.

Requerimos que los tripulantes a bordo de las aeronaves, además de todo lo que tienen que hacer, sean grandes anfitriones del país, y para eso se requiere tener conocimientos básicos que, a veces, las nuevas generaciones no consideran importantes o necesarios.

Cierro con lo que empecé, la aviación también es un embajador de México ante los turistas extranjeros. Por ese motivo no debe echarse en saco roto que tal vez es momento de reforzar entre el personal aéreo, la idea de que serán anfitriones, y que debemos demostrar la grandeza de nuestro país con un trato cálido y afable, al mismo tiempo que eficaz y puntual. ¡Por supuesto que es posible!.