El pasado 31 de mayo José Ángel Gurría dejó la Secretaría General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Con ello, el organismo internacional cierra un capítulo desde su creación en 1948.

Gurría fungió como cabeza de la OCDE durante quince años (2006-2021) dejando tras de sí una organización más fuerte, con mejores cuadros técnicos, con mayor presencia en el mundo y con un liderazgo indiscutible en el concierto de las naciones.

Las credenciales académicas y profesionales de Gurría son irrefutables.

Como economista de formación, sirvió como Secretario de Relaciones Exteriores durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo. Más tarde, sería llamado para ser responsable de la Secretaría de Hacienda.

Tras su llegada a la OCDE (bien vale recordar que las decisiones políticas en el seno de la OCDE se toman por consenso) Gurría inició una serie de cambios direccionales que conducirían al organismo a adaptarse a los nuevos contextos internacionales, en el marco de un entorno cambiante caracterizado por la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, los desafíos económicos, y aun más, por la necesidad de contar con una institución cuya fortaleza técnica pudiese contribuir a la toma de decisiones de los gobiernos.

En este tenor, y como resultado de sus contribuciones al frente de la OCDE, Gurría fue galardonado con la Legión de Honor de Francia, Caballero de la Orden del Mérito Agrícola, así como otras destacadas distinciones otorgadas por gobiernos miembros de la organización.

Durante su gestión, la OCDE aceptó las candidaturas de países como Chile, Estonia, Israel, Letonia, Eslovenia, y más recientemente, Costa Rica. En adición a ello, Gurría lideró exitosamente al organismo frente a iniciativas internacionales tales como el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Pocos mexicanos han puesto en alto el nombre de México como lo ha hecho José Ángel Gurría; un buen mexicano que ha encauzado los combates contra las principales problemáticas mundiales, desde lo más alto de la política internacional, pero también con base en los resultados arrojados por la evidencia empírica.

En suma, la OCDE y el mundo echarán de menos a José Ángel Gurría. Según fue anunciado por el propio funcionario, se retira de la vida profesional.

El australiano Mathias Corman es, desde el pasado 1 de junio, el nuevo Secretario General de la OCDE. Sin embargo, el legado de Gurría será difícilmente igualado, y estoy convencido de que el sitio dejado vacío por el mexicano en el Château de la Muette en París no será fácilmente reemplazado.