Todo iba caminando perfectamente bien; parecía que, el escenario idóneo, sería el pasado miércoles en sesión de la comisión permanente para discutir varios temas, entre ellos– canalizar y aprobar un periodo extraordinario– a fin de aterrizar las leyes secundarias de la Revocación de Mandato. Hasta ahí– el espacio se tornó perfecto; la presencia de los operadores claves del senado trabajaban a marchas forzadas– un procedimiento estratégico clave para sacar adelante el hecho, sin embargo, la participación de la secretaria de gobierno, Olga Sánchez Cordero, sorprendentemente falló.

Quiso tomar la batuta de la operación de cabildeo con las distintas fuerzas políticas y, realmente, no consiguió nada en términos de resultados. Hace un par de días trascendió el hecho de que, la encargada de la política del país, tendía puentes con los liderazgos de la oposición– con la consigna de lograr flujo en la votación y caminar sin contratiempos en una apuesta, en señales políticas, sumamente arriesgada.

Y cuando me refiero a una osada decisión, hago hincapié en que realmente no era necesario si calcularon que, su presencia y capacidad negociadora, iba a marcar la diferencia. No dudo del potencial y los acuerdos políticos que pueda llegar la secretaria de gobernación, Olga Sánchez, al negociar con las fuerzas de oposición, no obstante, en ese terreno– se requiere sin lugar a dudas el dominante timón para llevar a buen puerto el consenso– no solo por la experiencia, sino por la habilidad y sagacidad con los bloques que hacen contrapeso.

En fin. Se sesionó y no se alcanzó la mayoría calificada. Aunque, probablemente, esa determinación deviene de otra trinchera a la que, posiblemente, le faltó capacidad para amarrar una decisión. Resulta que la ausencia del legislador Joel Padilla– marcó la diferencia y la aprobación del periodo extraordinario. Un solo voto hizo posible que el camino se hiciera complicado; esa responsabilidad puede recaer en el propio bloque de aliados de Morena y PT en San Lázaro, ya que dicha encomienda estuvo a manos de Ignacio Mier, trascendió en algunos fragmentos de columnistas.

Morena sacó todo su potencial con 23 votos entre legisladores que conforman la alianza, empero, algo que en efecto extrañó, es una inasistencia que, se supone en teoría, abriría la posibilidad de caminar sin dificultad.

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¿Qué pasó ahí?

Surgen muchas versiones. Se habla de un ajuste de cuentas por el desafuero de Mauricio Toledo; de ser así, la deuda en términos políticos está saldada. ¿Estrategia equivocada del PT? Si esto se comprueba tal vez, aunque, por la experiencia legislativa y la capacidad que han mostrado el bloque de senadores, no tengo duda que, en el siguiente periodo, se logrará la encomienda del presidente López Obrador.

Esta tarea no se canalizó en la Cámara Alta para su cabildeo y negociación; pasó a manos de la Secretaría de Gobernación que encabeza, Olga Sánchez y, en términos políticos, arrojó un resultado negativo; más si se trató de una comisión especial que salió desde Palacio Nacional.

No obstante, esa comisión recayó de igual manera en el líder de Morena en el Congreso Federal, Ignacio Mier. Definitivamente faltó empujar la propuesta desde allá, al menos, porque no se garantizó el voto del legislador del PT Joel Padilla. Existe esa hipótesis que, hasta ahora, suena como uno de los posibles motivos– al no lograr el periodo extraordinario, eso sí, que encontró resistencias de la oposición, la que extrañó, por cierto, la intervención directa de los principales operadores de Morena en el Senado con, los que siempre, se alcanza una posición favorable en base con los acuerdos y negociaciones.

Faltó ese tacto.

Ni modo. Desde este punto de vista la Secretaría de Gobierno no fue muy valiosa por la injerencia de Olga Sánchez Cordero. La diferencia puede radicar en que, esos terrenos, tienen amplio dominio de otro liderazgo. En fin. Quizá pensaron que la sola presencia y aporte de la encargada del despacho de gobernación en Bucareli, aseguraría el hecho; no fue viable y, el propio presidente, ratificará que, en materia de competencia legislativa, es claro que hay más pesos desde el Senado. “Zapatero a tus zapatos”, dice el viejo adagio.

Notas finales

Al concluir casi el periodo de sesiones en la comisión permanente, una vez más arremetió el diputado Rubén Cayetano. Culpó de nueva cuenta– una teoría de conspiración que, últimamente, se ha vuelto rutinaria en su narrativa, al menos, al suministrar esa retórica desde la tribuna de la Cámara Alta. En este caso, el mensaje lo dirigió Eduardo Ramírez, presidente de la Cámara de Senadores, a quien acusó directamente. Eso explica que, detrás de ello, sigue un claro sesgo de cara a la sucesión presidencial del 2024. No es la primera ocasión que el legislador de San Lázaro atiza fuerte; hay una lógica detrás de ello para emprender una guerra propagandística con la fracción de Morena en el Senado de la República. De otro modo, no encuentro argumentos, salvo que, quizá, pretendió minimizar la ausencia del congresista del PT, Joel Padilla. Puede ser.