La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) acaba de publicar su informe sobre “estadísticas mundiales del transporte aéreo de 2024”. Son más de 240 líneas aéreas internacionales y la base de datos que proporciona la WATS (Estadísticas de Transporte Aéreo Mundial), aporta una radiografía, tanto del tráfico de pasajeros, como el de carga.
Lo más relevante de este informe, es que nos indica como está “la salud” financiera de las líneas aéreas, desde sus costos operativodetalladas, hasta el tipo de flota que manejan y cuántos empleados tienen.
Recordarán que hace algunos días les hablé de cómo están sobreviviendo las aerolíneas tradicionales y su apuesta por el “mercado del lujo y la exclusividad”, y justamente eso es lo que se demuestra en este informe, el crecimiento de las “clases premium”.
Durante 2024, las líneas aéreas se percataron que las clases denominadas “premium”, como son la ejecutiva o business y la primera clase, experimentaron un crecimiento del 11.8%, sobre todo en vuelos internacionales. Así es, la gente prefiere desembolsar fuertes cantidades de dinero a cambio de viajar de forma cómoda, y si se puede “lujosa”, en vuelos largos.
¿Quién quiere ir sentado en clase turista por más de 11 horas? En asientos que no se hacen cama, y recibiendo un servicio de comida apenas “pasable”, porque hay que decirlo, en estos años el servicio en clase turista ha desmejorado muchísimo.
Sabemos que no van a ofrecer filete, pero las opciones en general se han reducido a pasta o pollo; algunas líneas ya ni siquiera se esfuerzan en dar carne de res, y no hablemos del servicio de bebidas, pues aerolíneas tradicionales optan por cobrar aparte las bebidas alcohólicas. Cosas como esta hacen más atractivo voltear y ver a las clases ejecutivas y primeras como algo muy deseable.
En algunos modelos de avión el asiento puede alcanzar la horizontalidad necesaria para hacerse cama, y el servicio de alimentos está muy por encima del que se brinda en clase turista, con bebidas alcohólicas gratuitas, trato preferente, y ahí sí, platillos con carne, en platos de porcelana y cubiertos de metal.
Aunque sean reciclables y amigables con el medio ambiente, comer en platos de cartón y cubiertos de plástico, demerita mucho, porque no es lo mismo comer en clase turista todo apiñado y golpeando al vecino de forma accidental, que hacerlo a tus anchas en una clase “premium”.
Por eso no sorprende que a nivel global el crecimiento de la clase turista solamente haya sido del 11.5%, quedando por detrás de las clases “premium”. El año pasado tuve la oportunidad de probar ambos servicios, tanto viajar a París en clase turista, como regresar a México en business class, y si me dan a elegir, es obvio que me decanto por la segunda; aunque sean muchas horas de vuelo, viajar se vuelve un placer.
El informe reveló que durante el 2024 el número total de viajeros internacionales en estas clases premium (ejecutiva y primera) fue de 116.9 millones de pasajeros; cifra que parece abultada, pero representa apenas el 6% del total de los pasajeros que volaron internacionalmente.
Por supuesto, la región que más creció fue la de Asia-Pacífico, con un crecimiento interanual del 22.8%, liderando a todos a nivel global y transportando 21 millones de pasajeros en clases “premium”. Hay que decirlo, las aerolíneas asiáticas tienen años desarrollando un excelente servicio a bordo, si bien no son tan lujosas como las de Medio Oriente, en el caso de las aerolíneas de esta región el trato de la tripulación es exquisita.
Más allá del producto, esto es, no es lo que ofrecen sino cómo lo ofrecen, y es ahí donde radica toda la diferencia, las líneas asiáticas tienen una enorme vocación de servicio al pasajero y una disciplina que ya quisiéramos algunos para un día domingo.
Un dato revelador: a pesar de que tuvo un muy buen crecimiento con sus clases premium, su clase turista tuvo un aumento del 28.6%, ¿dónde crecieron los viajes en clases “premium”? básicamente en vuelos a Europa, Medio Oriente, Latinoamérica y Norteamérica (incluyendo Canadá).
Y si alguien es el rey de las clases premium es Europa, es el que más moviliza este tipo de pasajeros, pues en 2024 transportó a más de 39.3 millones de pasajeros, y también en sus propias cifras, las aerolíneas de Medio Oriente crecieron en este rubro un 14.7%
¿Saben cual fue el aeropuerto más transitado del mundo? Pues en 2024 el ganador y quien se lleva las fanfarrias es nada más que el Aeropuerto de Jeju-Seúl (CJU-GMP). Se convirtió en la ruta más popular a nivel mundial ¿será que tiene algo que ver la cultura del skin care coreano, las estrellas del K-Pop y los K-Dramas? Lo más seguro es que sí.
Y por eso se ha desatado una fiebre por volar a dicho destino, recibiendo 13.2 millones de pasajeros. Un muy buen año sin duda para Corea del Sur; por eso en nuestro país, Aeroméxico ha echado toda la carne al asador en esa ruta, porque sabe que es un destino de muy alta demanda.
Ahora, la ruta más transitada fue Bogotá-Medellín (BOG-MDE), con 3.8 millones de pasajeros. En el caso del continente africano fue el de Ciudad del Cabo-Johannesburgo (JNB-CPT) con 3.3 millones de pasajeros; en la región de Norteamérica Nueva York-Los Ángeles (JFK-LAX), con más de 2.2 millones de pasajeros; y en la región de Europa fue Barcelona-Palma de Mallorca (BCN-PMI) con dos millones de pasajeros. Esas fueron las rutas más transitadas a nivel mundial.
Por último ¿cuáles fueron los aviones que más se utilizaron a nivel mundial durante el 2024? Por supuesto que los ganadores fueron las aeronaves de cabina estrecha, tanto las fabricadas por Boeing como por Airbus.
En el caso de Boeing, sus 737 (en todas sus modalidades) realizaron 10 millones de vuelos, y en el caso de Airbus, todas las variantes de su modelo A320 tuvieron 7.9 millones de vuelos, y los diferentes modelos de A321, sumaron 3.4 millones de vuelos.
Así se está moviendo la aviación. Con este documento podemos hacer un análisis y saber -entre otras cosas- qué productos prefieren los usuarios de la industria aérea y qué aeronaves son las que más se utilizan a nivel global. Sin duda nos sirve para plantearnos cómo viene el futuro, y hacia dónde hay que apuntar las baterías.