Llevamos ya tres años con usted al mando de este país. Tres años en los que no le veo “feliz , feliz, feliz” como usted asegura que es, y ademas asegura que también nosotros lo somos y la verdad es que tan felices no somos. Al menos yo que tengo bastantes preocupaciones por la inseguridad, por el abasto de medicamentos (no sé si sepa que soy sobreviviente de cáncer de mamá y me preocupa qué pasaría si requiriera servicio médico de nuevo, ya que fue insostenible seguir pagando mi seguro de gastos médicos) y bueno otros dramas existenciales personales  que a usted poco le deberán de importar yo creo.

Y perdóneme que se lo diga, pero alguien que es feliz como usted dice que es no se la pasa agrediendo a las demás personas. En estos tres años ha agredido a cuanta persona ha señalado sus fallas y sus errores. Y entiendo que esté bien este ejercicio que usted dice que existe en nuestro país que es el de la libertad de expresión y nos ha dicho que usted también tiene derecho a expresarse. Pero sus posicionamientos, siendo presidente y un primer mandatario, pues rayan en el berrinche, en el revanchismo, en el odio pues…

Usted dice que no es un hombre de venganzas, que lo suyo no es eso, pero publica desde su mañanera, abusando del poder que tiene, caras y nombres de los que lo señalan y no solo eso sino que nos platica cuanto ganan y porqué. Tan solo porque lo señalan a usted, tan solo porque usted puede y quiere por ser presidente y por supuesto, porque señalaron a su hijo. Eso fue lo que más le dolió.

La verdad es que yo no simpatizo con usted pero tampoco he llegado a ponerle apodos a su señora esposa como los ya conocidos apodos que constantemente le aplican, y me llama mucho la atención que todo lo que se ha dicho de su esposa, y de todos los apodos con que se le nombra, usted solo una vez salió a defenderla, si acaso dos veces. ¿Ya ve porque le dicen que no quiere a las mujeres?

Pero ya con el tema de su hijo, ahí sí cambió la cosa.

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Pero con otras mujeres que le incomodan esas que nunca defiende pero que ataca, ha sido brutalmente despiadado y ha expuesto a Azucena Uresti (no era Urestegui, es que le sonó a Carmencita, yo creo) y ahora  también se va contra la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas.

¿Hasta cuándo y hasta dónde vamos a seguir aguantando que se comporte así, señor presidente? Hay muchas urgencias en el país, miles de necesidades, casos sin aclarar, niños sin medicamentos, ¿Hasta cuándo y hasta dónde, señor presidente?

Usted me confunde: A veces pienso que ya se quiere ir y por eso insiste en su famosa consulta. Pero la gente no cree que sea por eso que la quiere hacer, sino para perpetuarse en el poder. Yo diría, de corazón, si se quiere ir, no use de pretexto la consulta y váyase a descansar, a pasear, a comer que es lo que verdaderamente le apasiona. Ahí es donde yo sí lo he visto feliz y completo.

Y así no gastamos millones de pesos que se necesitan para otras cosas (aunque creo que ya se gastaron). Y si se quiere quedar, piénselo bien, realmente pregúntese si eso lo hace verdaderamente feliz?

Pero lo que busco yo como ciudadana es ya no encontrar a un presidente tan enojado todo el tiempo. Tan enojado que últimamente hay una ola de periodistas asesinados y no porque usted los mande matar, sería grave esa hacerle esa acusación, pero el odio que emana todos los días en la mañana hace que sus palabras tengan un impacto poderoso en aquellos que lo adoran y entonces son capaces de silenciar a quien le incomoda por “amor a usted”.

Señor presidente, usted como tantos merece vivir en paz y feliz. ¿No se ha planteado la posibilidad de serlo?

Yo le pregunto ¿Hasta cuándo y hasta dónde? Ayúdenos a ser felices a todos por favor.