No hubo sorpresas, sólo un sorprendido. Claudia Sheinbaum ganó de manera contundente la encuesta de Morena y las cuatro encuestas espejo. Será la coordinadora nacional de los comités de defensa de la cuarta transformación y candidata de Morena, PT y PVEM a la Presidencia de la República en el 2024.
El proceso de Morena llegó a buen puerto, pero con la confianza rota y la unidad mellada, por la descalificación de Marcelo Ebrard. Sin embargo, nadie, dentro y fuera de Morena, puede regatearle a Claudia Sheinbaum su triunfo y su capacidad para recibir el bastón de mando de manos de AMLO.
Hizo lo necesario y más, para ser la ganadora. Inició y terminó como puntera en las encuestas, lo cual no fue poca cosa. Sin importar el género, fue la más atacada por la oposición y los medios adversos a López Obrador, seis veces más que Xóchilt Gálvez. Le negaron cualquier mérito propio para ser la sucesora de López Obrador. Les demostró que no es así.
¿Qué sigue a partir de este resultado?
Primero y más significativo para la política nacional es que una mujer será presidenta de la República. Una física o una ingeniera, ambas egresadas de la UNAM. Los dos principales polos electorales: Juntos Hacemos Historia y Va por México, postularon a mujeres: Xóchilt Gálvez y Claudia Sheinbaum, lo cual es una buena noticia y un paso más en la equidad.
Esta sola particularidad es un cambio sustancial en la política mexicana. Debe traducirse en cambios cualitativos y cuantitativos en las campañas electorales y espero, en el debate político.
Segundo. Morena y aliados deben cuidar la unidad de su movimiento. Deben desplegar un operativo cicatriz, que contemple la inclusión efectiva no sólo de Marcelo Ebrard, también debe considerarse al resto de las corcholatas.
Tercero. La entrega y perfeccionamiento del proyecto y plataforma que Claudia Sheinbaum defenderá en el próximo proceso electoral. El domingo, el Consejo Nacional de Morena entregará a Claudia Sheinbaum los avances de dicho proyecto. A partir de ese momento, el documento debe desarrollarse. Pasar de buenas intenciones a propuestas ejecutivas.



Cuarto. Los partidos de oposición y los medios de comunicación adversos a AMLO harán leña del árbol caído y exaltarán la descalificación que Marcelo Ebrard hizo del proceso y magnificarán cualquier crítica que el excanciller o algún integrante de su equipo realice en contra de Morena.
Quinto. La posición de Andrés Manuel López Obrador será que Marcelo Ebrard haga y diga lo que quiera. El proceso ha concluido. No hay vuelta atrás. Corresponderá al excanciller definir hasta dónde lleva su protesta y su futuro dentro o fuera de Morena.
Obvio, el resultado más importante es que Claudia ganó. Pero la revelación de este proceso fue Gerardo Fernández Noroña. Fue el aspirante que más creció en términos de conocimiento y de simpatías en los 70 días de campaña. Superó a Ricardo Monreal, que descendió a la quinta posición y quedó muy cerca en algunas encuestas de Adán Augusto López Hernández.
El elenco de actores protagónicos de la elección presidencial del próximo año está oficializado. Sólo falta saber, si Movimiento Ciudadano postula candidato propio o se suma a alguno de los polos electorales.
Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
La política es de bronce.
Onel Ortíz Fragoso: @onelortiz