Hay en nuestro país un ambiente enrarecido. En el aire se percibe la sensación constante de que algo (o alguien) puede estallar en cualquier momento.

No. Ya no tenemos al presidente de antaño, aquel que contaba chistes en su mañanera , aquel que su semblante lucia distinto al de ahora, aquel que con toda seguridad nos decía que gobernar era una cosa muy fácil.

Las cosas en el país no andan del todo bien. Las cosas que antes no nos resultaban tan caras ahora nos pesan muchísimo en nuestros bolsillos, ciertas cosas que incluso ya no podemos comprar porque se acabó el darnos nuestros “gustos” por ahí de vez en cuando.

El colapso de la mina en Coahuila es una tragedia. Nos duele a todos, pero más le duele a AMLO. Siente y sabe que lo perjudica y que lo golpea políticamente y por eso se pone a la defensiva. Culpa a Vicente Fox por ello y muy obligadamente visitó la zona de la mina sin detenerse a hablar con los familiares, porque pues no estaba su mañanera, no estaban sus paleros ni compañeros de su gabinete para hacerle el quite. Estuvo ahí 40 minutos, saludó con la mano al  aire como Miss Universo en pasarela y se fue.

Y entiendo que la visita del presidente no haría que los mineros salieran a la superficie, pero insisto, un poco más de humanidad no caería nada mal. A él, justamente que se dice tan humanista.

Esta madrugada, para amanecer miércoles, se registraron estallidos y actos de violencia en varios puntos del país y aunque surgen varias teorías al respecto, de que alguien tramó esto, no tengo dudas, porque tampoco es que vivamos tiempos súper pacíficos en el país. Pero hay algo raro en todo esto. Bueno, yo y mis sospechas….

El ambiente está enrarecido, nadie lo puede negar  y la verdad me genera miedo. Porque un presidente que se siente inestable puede llevar a la inestabilidad social, política y económica hasta psicológica a todo un país. Y me da la impresión de que el presidente se siente inestable e inseguro.

Sin ir más lejos, están siendo cerradas  varias cuentas de Twitter que durante años sobrevivieron y que siempre fueron críticas de los gobiernos que hemos vivido. Pero ahora las están cerrando, silenciando. Como nunca se había visto en esa red social.

Sí, el ambiente está enrarecido. Y la tensión se puede cortar con un cuchillo en el aire.

Nos toca como mexicanos dar nuestro cien por ciento siendo buenos ciudadanos, vecinos y seres humanos, porque quizá lo que se viene no sea nada alentador. Pero mi única esperanza es siempre el poderoso don que tenemos los mexicanos de ser solidarios y de unirnos en causas difíciles. Solo esto nos va a salvar.

Cuidemos al de junto y que Dios nos bendiga a todos. Que Dios bendiga al presidente mismo  y lo ayude a retomar el rumbo para bien, sin tanta ceguera y resentimiento, sin tanta paranoia. Quizá aún esté a tiempo… Quizá.

Es cuanto.