Es tiempo de las mujeres para gobernar, pero también para ser las protagonistas dentro de las propuestas de campaña y en la transformación que viviremos las mexicanas al tener a una mujer como titular del ejecutivo.

Si algo me emociona es que en el 2024 tendremos a la mujer que romperá el techo de cristal al convertirse en la primera presidenta de México. Ya se hizo realidad en diversos estados del país, el reciente fue el Estado de México, con la maestra Delfina Gómez Álvarez.

Actualmente son nueve las mujeres que gobiernan sus estados, de 32 entidades que tenemos en México, y en este año se sumarán más. En el camino, nos hemos enfrentado a mucha violencia política de género, violencia que se sigue minimizando y normalizando, pero la lucha feminista por lograr una verdadera equidad e igualdad de género en los gobiernos va rindiendo frutos, cada candidatura y cada espacio ganado en las urnas es un logro para nuestro género, más allá de las ideologías partidarias.

Sabemos que en la política como en la vida misma no hay nada escrito, pero es más que evidente que la contienda la va a ganar una mujer, y es que Movimiento Ciudadano perdió la oportunidad de proponer a una mujer con trayectoria, capacidad y experiencia como su candidata.

¿Se imaginan? México hubiese hecho historia con tres mujeres en la boleta para la presidencia de la república, pero pudo más la ocurrencia.

Es tiempo de las mujeres, el reto es mayúsculo. Terminan las precampañas y esperaremos, de acuerdo a los tiempos electorales, campañas con propuestas enfocadas a resolver el problema tan grave de violencia e inseguridad que estamos viviendo particularmente las mujeres.

Estaremos a la expectativa de quién nos va a garantizar un gobierno incluyente, feminista, equitativo, igualitario, preventivo, justo, seguro y libre de cualquier tipo de violencia, que haga valer cada uno de los derechos de las niñas, adolescentes, jóvenes, de las mujeres de todas las edades, un gobierno sororo. Los gobiernos anteriores le han quedado a deber a nuestro género, y ahora que tendremos seguramente a una mujer gobernando, la esperanza es inmensa.

Hago votos para que una vez que México tenga a su primera presidenta, se garanticen políticas públicas a favor de las mujeres, porque las mujeres en cada campaña hemos sido parte del discurso, ese discurso acompañado de promesas, siempre quedando archivado y olvidado cuando concluyen las campañas.

¿Qué candidata va a conquistar el voto femenino? Depende de la candidata que demuestre su sororidad, que haga compromisos reales para el bienestar de nuestro género, su género, porque así ganará un ejército feminista que saldrá de corazón y por convicción a las calles, que tocará puertas para sumar voluntades a favor de la candidata que garantice un gobierno incluyente, feminista y sororo, una gobernante que haga suya cada causa, que transforme la realidad de las mujeres de cada rincón del país, sin distinción alguna.

Es tiempo de las mujeres y es tiempo de vivir unas elecciones libres de violencia política en razón de género.