Se nos viene a la mente tantos y tantos proyectos que ha lanzado la oposición a la luz pública. Algunos, de plano, ocurrencias que solo pusieron al descubierto la pobre narrativa que tiene el PRIAN para permear con la población civil. Se han destapado, por ejemplo, Fuerza y Corazón por México, por México el Frente, la Marea Rosa y otro sinfín de nomenclaturas que, para al caso, solo robustecen ese andamiaje de nombres, pero que, en los hechos, no significan absolutamente nada.
En esta ocasión, de hecho, el relanzamiento del PAN, por más rimbombante que lo hicieron, no causó revuelo. Fue, ni más ni menos, el telón de fondo de un evento más, donde se concentraron a ciudadanos que fueron acarreados y, de paso, los mismos precursores de esta hecatombe que se asomaron, y que ahora están encumbrados en el CEN.
Identificamos, por ejemplo, todos aquellos personajes que están en el ojo del huracán por actos perpetrados de corrupción. Ahora que han decidido organizarse, según ellos, basta esperar la humillante derrota que recibirán en las elecciones intermedias del 2027. Sin ningún remedio, queda claro, tendrán que absorber los costos de la derrota que se les avecina.
A casi un año de que el proceso preelectoral tome mayor forma, no hay algún pulmón que haga respirar a la oposición ante la agonía que vive. Está totalmente paralizada. Refiriéndonos a ello, en definitiva, podemos ver las propias encuestas que han comenzado a circular a lo largo y ancho del país. Desde luego que no podemos proclamar un ganador con tanta antelación; sin embargo, de lo que sí tenemos evidencia clara, por los números que promedia cada fuerza y por las circunstancias que los rodean, es que hay una diferencia abismal entre un proyecto y otro, pues el núcleo de Acción Nacional, insisto, es pura simulación.
Lo del PAN, de la derrota recurrente, pasó a un estado crítico para hacerse de la simpatía. Son, para acabar pronto, los mismos rostros y la misma narrativa. Su desprecio por los matrimonios del mismo sexo, sobra decir, no encajan para nada en la lingüística que hace alusión Jorge Romero. Es obvio que desprecian a comunidades con otro tipo de orientación sexual. Lo hemos visto en las calles, en las marchas. Lo mismo ocurre ahora. Su lema lo dice todo. Pocas veces habíamos visto tanta simulación. El punto es que, con ello, el PAN aceptará la realidad que ellos mismos han propiciado. No formalizarán alianzas y, en el peor de los casos, tendrán que pasar años o décadas para recuperar el cariño de la gente que, de la noche a la mañana, no se gana, sobre todo cuando estás en contra de los programas sociales que han ayudado a salir de situación de vulnerabilidad.
Hoy el PAN, de su propia narrativa, como la de Fox y Xóchitl Gálvez, sufren el desprecio ciudadano. Eso, desde luego, ha generado un efecto negativo que, a la postre, se verá reflejado en los resultados de la elección intermedia. Se jugarán 17 gubernaturas y 300 distritos federales para integrar la cámara baja. Y como la gente, consciente y sabedora de lo que está pasando en el país es la que decidirá, los datos que hemos podido ver, a grandes rasgos, hablan de un dominante paso de Morena. Como nos hemos dado cuenta, la izquierda, que viene cumpliendo lo que promete en tiempos de campaña, pinta para que gane todo, incluyendo Chihuahua y Querétaro. Por eso se está desplegando tanta guerra sucia. De la misma manera, dado el revés que ha tenido el PAN, los gobernadores de ambos enclaves están haciendo lo posible por impedir un avance progresivo e inexorable.
En Querétaro, por ejemplo, Morena se ha mostrado fuerte y unido para encarar los retos que vienen en puerta. Ellos son conscientes de que, de este proceso venidero, se puede dar vuelta y cambiar el paradigma político. Los números, desde este momento, se han emparejado. El paso contundente que han conseguido, a menos de un año de formalizar el juego interno por la carrera gubernamental, mueve el tablero. La semana pasada, como pudimos comprobar, un diario de circulación nacional, con una metodología de credibilidad, le dio ventaja a la coalición Seguimos Haciendo Historia en Querétaro. Aunque la derecha afirma que no es verdad, comienzan a esbozar los primeros preludios que anuncian el cambio. Así pasó en el estado de México y Yucatán.
Ya sé que será una terrible noticia para la oposición el saber que perderá dos bastiones que, hasta ahora, no tiene presupuestado dejar escapar. Pero su destino, que no lo decide, sino la población, nos está conduciendo a la lógica de las circunstancias: Morena ganará todo.
Los votos que se necesita, que podemos llamarlo el poder ciudadano, hoy inclinan la balanza por los colores guindas. La conexión que hay con el pueblo, tan solo de la presidenta, ha roto récords de aprobación. Eso cobra más fuerza, porque la lucha por la democracia, que hoy lidera Sheinbaum, pesa mucho, diría que demasiado en la representación popular. Son voluntades que sí cuentan en las urnas.



