“Cuando tienes delante de ti algo que debes catalogar como imposible, el sentido común busca la explicación en la trampa, la falsificación, la burla, el engaño”
Eva García Sáenz de Urturi
Más palabras
El nuevo pacto —ahora así le llaman — entre México y Estados Unidos establece prevenir adicciones y aumentar esfuerzos conjuntos para combatir el tráfico de armas.
Habrán cambiado el nombre, los signantes y el espacio físico donde se llevó a cabo la reunión para acordar, pero la realidad no se puede despojar de ciertos elementos que permanecen. Empezando porque cada país, al finalizar el evento, presentó comunicaciones distintas sobre lo tratado. Esto es, los detalles de lo informado por una y otra parte difieren.
Lo que ahora se conoce como ‘Entendimiento Bicentenario’ entre nuestro país y Estados Unidos, y que sustituye lo que se denominaba ‘Iniciativa Mérida’, busca combatir el crimen organizado, atender el consumo de drogas como un problema de salud y enfrentar el tráfico de armas y de personas en la región.
Sabremos los verdaderos alcances del significado de esta nueva denominación hasta diciembre, cuando se presenten los objetivos de forma clara y un poco más detallada. Hasta ahora, por el lenguaje utilizado, francamente más que un acuerdo para meter orden, pareciera que solo se trata de buenos deseos.
Abrazos, no balazos
Y ello es una verdadera pena ya que el número de muertos en nuestro país producto de la violencia, así como el continuo trasiego de drogas a través de las fronteras porosas entre nuestros países, no va más que en aumento. Lo segundo no ha de tener nada tranquilos a nuestros vecinos y menos cuando los hechos demuestran que la política de “abrazos no balazos” simplemente no funciona.
Con más de 100 mil muertos por la violencia en casi tres años, la situación se asemeja más a una guerra intestina que ocurre dentro de en un sistema bien aceitado, que a simples ajustes de cuentas, como algunos insisten en creer.
Las guerrillas en muchas zonas del país llamadas “autodefensas”, las cuales presumen arsenales dignos de ejércitos y no de delincuentes del fuero común, dejan entrever la pérdida de autoridad que se tiene como Estado.
Una imagen dice más que mil palabras
Y si hay video de por medio, con mayor razón (si no me creen, ahí tienen el que difundió la periodista Lourdes Mendoza de Emilio Lozoya cenando en caro restaurante el viernes pasado). Pero a lo que voy:
Habrán notado que quien definió la mayor parte del sentido de la plática no fue la secretaria de Seguridad Pública, Rosa iIcela Rodríguez. Tampoco el general Luis Crescencio Sandoval como titular de la Sedena. Se trató del canciller Marcelo Ebrard.
La contra parte estadounidense se desvivió en halagos, no sabemos bien a bien si debido a cómo inició la reunión o al desarrollo de esta.
Solo hay que ver las caras de Ebrard y de los integrantes de la comitiva norteamericana para notar la vergüenza a ratos, el hastío en otros, mientras hablaba el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Ya sabemos al mandatario le encanta distorsionar la historia, pero también citar una frase que se le ha querido atribuir al ex presidente Porfirio Díaz. Con ello, AMLO demuestra su desconocimiento de la diplomacia cada vez que puede y, en este caso, también una falta de respeto dado que México fue el anfitrión de estas pláticas.
“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, fue la frase espetada nuevamente como bienvenida a la representación estadounidense…
Mira cómo tiemblo
Mitad del sexenio ha transcurrido y los delincuentes en nuestro país deben tener a López Obrador en la más alta de las estimas. Se les ofrecen apapachos. Ningún capo importante a caído en manos del gobierno. Vaya, ni siquiera se les persigue. Al hijo de “El Chapo” lo dejaron libre y en su lugar se acecha a connotados científicos.
El crimen organizado, en vez de preocuparse por lo signado, seguramente se estará riendo a carcajadas, pues además de que el vocabulario usado no es específico en términos de seguridad, hay otras particularidades que indican que esto fue mas chacota que algo en serio.
Y es que es poco creíble que lo firmado llegue a buen término. Los criminales conocen que de este lado de la frontera se sacará un pañuelo de paz, se acusará a los aspiracionistas, a los que trabajan y pagan impuestos, mientras ellos siguen avanzando, quemando, obteniendo parte del territorio, sumando más muertos. Con razón ayer en redes, al hablar de AMLO y de Ebrard, se escuchaba el rumor de un “¡Uuuy!, mira cómo tiemblo”. Triste realidad.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero