El hartazgo de la sociedad se hace más evidente durante las manifestaciones en las calles de México y del mundo. La violación a los derechos humanos de las madres durante su búsqueda para encontrar a sus hijas e hijos es recurrente y repudiable. No debemos minimizar las desapariciones de personas.

La deshumanización por parte de muchos funcionarios y funcionarias dentro de las administraciones de los gobiernos es tan lamentable y vergonzosa porque dejan en el abandono las demandas de millones.

Fue el 18 de diciembre de 1992, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. Sí, hace casi 33 años, y aún las familias siguen sufriendo por las desapariciones de sus seres queridos.

“Artículo 15.- Los Estados Partes cooperarán entre sí y se prestarán todo el auxilio posible para asistir a las víctimas de las desapariciones forzadas, así como en la búsqueda, localización y liberación de las personas desaparecidas y, en caso de fallecimiento, en la exhumación, la identificación de las personas desaparecidas y la restitución de sus restos.”

Son los gobiernos los únicos responsables y obligados de realizar las búsquedas exhaustivas de las y los desaparecidos, los gobernantes están en deuda con sus gobernados. No hay gobernanza, no hay buen gobierno.

Las madres buscadoras son colectivos formados principalmente por mujeres: madres, hermanas, hijas o esposas que buscan a sus familiares desaparecidos en México. Su labor surgió como respuesta a la crisis de desapariciones forzadas y la falta de acción efectiva del Estado para localizarlos.

Las columnas más leídas de hoy

Los colectivos se hicieron presentes a partir de los años 2014-2019, aunque algunas agrupaciones tienen antecedentes más antiguos, sobre todo después del caso de Ayotzinapa (2014). Uno de los más conocidos es el de las Madres Buscadoras de Sonora, fundado por Cecilia Flores Armenta en 2019, tras la desaparición de sus hijos.

Exigen justicia y visibilizar la violencia y la impunidad que acompañan las desapariciones, así como presionar a las “autoridades” para mejorar los protocolos de búsqueda.

Existen madres buscadoras en el territorio nacional mexicano que han recibido reconocimiento internacional por su valentía y trabajo humanitario, son un ejemplo de resistencia civil y la lucha por los derechos humanos en México.

El dolor tan insoportable de las mujeres que buscan a sus familiares, muchas veces no es reconocido por parte de las autoridades; sufren amenazas, hostigamientos, e incluso asesinatos, por parte del crimen organizado.

Las cifras de los desaparecidos son personas que no pudieron regresar a casa, sus derechos humanos fueron más que violentados. Ya no queremos más desaparecidos.

La violencia incesante es minimizada por muchas autoridades, la minimizan porque están rebasados, la delincuencia creció por las inexistentes políticas públicas enfocadas en la prevención.

Recordemos la teoría de las ventanas rotas; tienen que repararse. Los responsables son los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, la sociedad no está exenta.

“Mientras no haya justicia, mientras no haya verdad. Seguiremos buscando hasta encontrarlos”, dejan en claro las madres buscadoras.