Desde hace más de veinte meses el presidente abrió el juego presidencial. De hecho, hay toda una organización y operación territorial que se desplaza a lo largo y ancho del país. Se ha vuelto, en ese sentido, una rutina; en cualquier tema o coyuntura va inherente el proceso sucesorio, incluso en los propios rubros de la agenda pública.

Es muy probable que este proceso se defina entre septiembre y octubre. Es decir, puede que en esos meses el partido Morena tenga un candidato presidencial sí es que se privilegia la unidad y las reglas de participación claras. Después de eso, arrancará la otra transición, pero esta vez en las entidades donde habrá elección en nueve gubernaturas.

Y, para esa coyuntura se tiene previsto que, en los meses de enero del 2024, exista representación de abanderados en las nueve entidades donde habrá comicios para gobernador. Para el caso de Morena, que parte como el gran favorito, hay perfiles que no solamente han acelerado el paso en el activismo territorial, sino que figuran en las primeras posiciones de acuerdo con los estudios de opinión.

Si las tendencias siguen confirmando la influencia de Morena en el mosaico electoral, la expresión lopezobradorista podría alzarse con el triunfo en 6 de 9 entidades federativas. Es muy favorable el apoyo, por ejemplo, en estados como Puebla, Chiapas, Morelos, CDMX, Tabasco y Veracruz. De hecho, la distancia es mucho más holgada conforme al porcentaje que hoy alcanza la oposición en esos territorios. De conformarse esa perspectiva, el movimiento que encabeza AMLO continuará conservando su dominio en esos territorios donde el contrapeso no figura como protagonista.

De hecho, en Guanajuato, Yucatán y Jalisco, Morena lograría dar pelea y en una de esas, hasta ganar la elección. Muchos pensarán que son bastiones del PAN y MC, sin embargo, ese paradigma se ha ido diluyendo desde que el presidente López Obrador logró imponerse en la elección presidencial. Incluso, con ese efecto, los guindas se coronaron en muchas entidades federativas. Es decir, Morena puede mantener la esperanza en esos tres territorios que citamos en este fragmento, sobre todo porque ha ganado terreno, mismo que la oposición ha dejado en el camino.

Es lo que pasa en el Estado de México y Coahuila. De hecho, la población civil se está inclinando por Morena en ambas entidades. En ese sentido, hay una probabilidad muy alta de que Delfina Gómez, se convierta en la primera gobernadora de la entidad mexiquense.

Quizá el escenario para Armando Guadiana sea distinto, pues el proceso en aquel territorio está muy dividido. La diferencia estará, sin duda, en el porcentaje de indecisos que, por cierto, son una proporción de 15 a 20%. A ello hay que agregarle que, el fin de semana pasado, Guadiana ganó el debate interno de acuerdo con la percepción de muchos analistas, pues propuso y manejó perfectamente los temas al responder con claridad.

Esos aspectos son los que harán la diferencia en una elección tan polarizada como en Coahuila, de tal manera que, llegado el día de la votación, el porcentaje numeroso de indecisos tome una decisión para darle ese margen que se necesita para legitimar el ejercicio.

Ya sea con alianza o sin ella, Morena ganará, primero, el Estado de México, y muy probablemente Coahuila. Seguido de ello, se impondrá en CDMX, Veracruz, Chiapas, Puebla, Morelos y Tabasco. Esto se prevé que pase en las elecciones federales del 2024, donde habrá transición del ejecutivo.

La oposición no podrá eludir una derrota cantada en las entidades que mencionamos. Es más, será tan contundente la victoria de Morena, que exhibirán lo menguada que está la alianza Va por México en todo el territorio nacional. Es muy claro que, personajes como Lilly Téllez, no son la panacea que busca el contrapeso, sobre todo con el bajo nivel de debate que ha mostrado esta misma semana en el pleno del Senado de la República, donde recordó sus tiempos de reportera en una televisora nacional.

En ese sentido, es muy difícil que la oposición se meta en la participación. De hecho, en los más de cuatro años que tienen como contrapeso, no ha estado a la altura y, con esa lógica, le tienden la alfombra a Morena para que gane el ejercicio electoral del 2024. Por ese motivo, el proceso electoral está cantado, pues las mismas tendencias anticipan el hecho en la mayoría de las entidades.