A la vista de todo el mundo hubo una clara manifestación de apoyo a una sola corcholata de parte de la administración estatal que encabeza Cuitláhuac García, gobernador constitucional de Veracruz. Llama poderosamente la atención que, solo la estructura administrativa, haya asistido al evento de Claudia Sheinbaum, el pasado sábado. De hecho, se notó un acarreo marcado a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Eso confirma que hay posturas muy claras de favoritismo y exclusión. Qué curioso que solamente el gobernador de Veracruz se tomó el tiempo para ir a recibir a Sheinbaum y prepararle, como se percibió, un marco para que Claudia transitara cómodamente. Por un momento pensé que, el mandatario estatal, mostraría altura de miras y abriría el abanico para todos, sin ningún sesgo político.

De hecho, hace unas semanas hicimos hincapié en esa situación: “en Veracruz, Cuitláhuac García debe dar una muestra de pluralidad para todos, por igual y sin ninguna excepción, comprometiéndose a garantizar piso parejo. Eso lo podremos notar y atestiguar en cada acto donde se presente Adán Augusto, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal que, por cierto, es un serio aspirante a suceder a López Obrador”.

La cuestión es que no fue así: solamente Claudia Sheinbaum acaparó la atención del gobernador o, quizá, eso estaba planeado que fuese así porque hay, como hemos atestiguado, signos de favoritismo. Y es que, a pesar del llamado que hizo la dirigencia nacional para dar apertura a todos, se pudo constatar que no, por lo menos en Veracruz. De hecho, algunos mandatarios nos tienen acostumbrados a ese comportamiento que también han mantenido a lo largo de veinte meses consecutivos. O sea, predomina el anacronismo, siendo que, algunas prácticas, reencarnan cuando demuestran que no hay voluntad democrática para garantizar una contienda equitativa.

O la carta que envió Mario Delgado es una simulación, o hay mandatarios estatales que simplemente no les interesa la instrucción presidencial. Será que, uno de ellos, es el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, que nos demostró que las formalidades del partido no le preocupan. Es decir, ese patrón de actitudes siguen siendo una desventaja para los demás aspirantes que buscan la candidatura del lopezobradorismo. Urge, en estos meses que faltan, que la dirigencia que encabeza Delgado, atienda ese tipo de situaciones; no es posible encarar una competencia si no hay pluralidad, ni muchos menos reglas de participación claras.

Sin exagerar, esa misma circunstancia ha pasado a lo largo y ancho del país con activismo. Vemos, por ejemplo, anuncios y espectaculares de una sola corcholata a través de bardas, pintas y propaganda costosa. Eso no es, para nada, una señal positiva que hable de equilibrio. De hecho, eso lo viene señalando el senador Ricardo Monreal que, por cierto, estuvo hace unos días en Veracruz. A todo esto, no observé a ninguna autoridad estatal acompañar al coordinador de los senadores de Morena; sin embargo, el escenario a donde asistió Monreal, permaneció totalmente lleno.

Entonces, pese a los signos de exclusión, Ricardo Monreal fue cobijado por grandes sectores de la población en Veracruz. Es más, me atrevo a decir que, si comparamos un evento con el otro, Monreal acaparó más la atención, eso sí, sin acarreo. La gente está tomando muy en serio el proceso de reconciliación y, la muestra más evidente, fue la efervescencia que generó la asistencia del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, que está viviendo una etapa clave en su carrera política, sobre todo porque sigue encontrando apoyo para convertirse en el próximo sucesor del mandatario López Obrador, a pesar de la adversidad que vive, y de las duras barreras que le han puesto en el camino.

A propósito, el senador Ricardo Monreal recordó el caso de José Manuel del Río Virgen, que hace unos meses fue acusado injustamente por la autoridad local de Veracruz. Por cierto, se comprobó su inocencia, sin embargo, aún existen muchos casos similares al del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado. De hecho, Monreal habló de ese tema al insistir que, en ese sentido, no bajará la guardia para luchar por la libertad de cientos de presos que se encuentran tras las rejas por delitos de ultraje a la autoridad.

Hay que aplaudirle esa postura al senador Ricardo Monreal, especialmente en estos tiempos donde ha dejado clara su preocupación. Ante esa circunstancia, el coordinador de los senadores de Morena ha solicitado una mesa de paz para que la autoridad competente revise cada uno de los casos de cientos de personas permanecen presos en Veracruz. En ese sentido, recordó que -desde hace meses- abandera la causa de lucha justa ante la población indefensa que ha pagado los platos rotos de un sistema de justicia precario como el de aquella entidad.

El ejemplo más claro fue lo que vivió José Manuel del Río Virgen. A propósito, ahí está lo que pasó en Veracruz el fin de semana pasado. El gobernador solo recibió a Claudia Sheinbaum, y hasta le preparó una bienvenida. Empero, el efecto Boomerang jugó a favor de Ricardo Monreal, porque entre más le ponen obstáculos en el camino, más acrecienta su posibilidad de llegar a ser, en 2024, el sucesor del presidente López Obrador.

Ojalá que los demás gobernadores y gobernadoras no emulen la actuación penosa de Cuitláhuac García, que solo decidió apoyar a Claudia el fin de semana en Veracruz. La cuestión de ello es que, en esa coyuntura, brilló más Ricardo Monreal con la asistencia voluntaria de cientos de personas.

Notas finales

De acuerdo con los testimonios del estado de Zacatecas, el gobernador, David Monreal, encontró un buen aliado en la figura del secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes, que inmediatamente después de tomar protesta entregó un programa integral para seguir fortaleciendo los mecanismos de control y seguridad. Se trata, ni más ni menos, de un esquema que atenderá a los sectores más vulnerables, pues comprende, nos cuentan, de una propuesta para reconstruir el tejido social a través de una atención más directa y personalizada. Lo más destacable de todo esto es que, en aquel territorio, todas las áreas de oportunidad han caminado favorablemente dada la participación activa por medio de las Audiencias por la Transformación.

Casos o coyunturas como las que se viven en esa nueva cultura de participación en Zacatecas, ya lo hemos dicho, deben ser un ejemplo para las demás entidades no solo porque ha logrado mayor respaldo en la toma de decisiones, sino porque esas políticas públicas son eficientes para resolver la demanda colectiva. El propósito ha sido atender frontalmente esas inquietudes y, de acuerdo a los indicadores, hay crecimiento y desarrollo económico.

Finalmente, le vino muy bien el cambio de algunas dependencias claves en Zacatecas; una de ellas es, indudablemente, la Secretaria General de Gobierno, que encabeza Rodrigo Reyes: joven innovador que ha llegado a revolucionar el despacho. Quien mejor que un actor de todas las confianzas de David Monreal, como lo es Reyes. Por cierto, tiene un gran futuro por delante, y está aprendiendo rápidamente el oficio político, especialmente el de gobernación que, en muchas ocasiones, recae la presión de los sectores sociales. En ese sentido, el titular de Segob le ha puesto habilidad para ir resolviendo, de forma eficaz, las inquietudes desplegando un esquema de trabajo integral.