Pensé mucho sobre si abordaba este tema o no, y es que me resulta sumamente penoso. Lo que antaño fuera un sindicato de vanguardia, hoy no es más que una muy mala caricatura de sí mismo. Pero no se madura ni se evoluciona sin hacer autocrítica, y aceptando la crítica constructiva, así que vamos a ello.
La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) está en pleno proceso electoral para renovar una tercera parte de su representación sindical. De acuerdo con sus estatutos, este año corresponde hacer la elección, entre otros cargos, de la Secretaría General, por lo que es una de las elecciones que más llama la atención. Pero desde que arrancó el proceso, el sindicato ha hecho todo mal, y para ser clara, debo empezar por el principio.
El proceso electoral arranca con la asamblea que nombra a los tres integrantes que conformarán la Comisión Electoral Observadora; derivado de la reforma a la Ley Federal del Trabajo en 2019, esta Comisión adquirió nuevas “atribuciones”, mismas que están enmarcadas en la fracción IX del artículo 371 del ordenamiento federal.
El problema es que se realizó una “asamblea a modo”, porque se bajó de vuelo a gente allegada a la actual secretaria general, Ada Hermelinda Salazar Loza, y se “mandó a volar” a toda la disidencia. Es decir, se impidió el voto de los agremiados que cuestionan a la actual administración.
Movimiento rastrero, pero eficaz, porque en dicha comisión quedaron tres amigas de Ada Salazar. Imaginen qué tan contenta quedó Ada Salazar con este resultado, que el día 11 de septiembre, en un video en vivo de Facebook, manifestó su alegría al respecto. ¿Y cómo no?, gracias a la intervención de estos tres personajes hoy está como candidata una persona que, de acuerdo con los estatutos, no puede serlo, y lo voy a explicar.
Me parece fundamental que los agremiados, las autoridades laborales correspondientes, y el público en general estén al tanto de esta sucia maniobra por parte de la actual líder sindical de ASSA de México, pues es en detrimento de los agremiados a ella, de la honestidad ante la autoridad, y finalmente un ataque al Estado de derecho y respeto a la ley que como ciudadanos estamos obligados a observar.
Hasta el 13 de octubre, Teresa Torreblanca ocupó el cargo de “gerente de Procesos y Estándares de Sobrecargos”, un puesto como personal de confianza de la empresa Aeroméxico, cargo que ocupó a partir del 27 de febrero de 2023. No es una mera apreciación mía, ni una interpretación subjetiva. El hecho consta en el documento expedido por ASSA, titulado “Circular informativa, puestos de confianza, Art. 9 Ley Federal del Trabajo”.

Ahora, ¿por qué aseguro que la candidatura de Teresa Torreblanca es ilegal?, muy sencillo, el Estatuto en vigor, que es nuestra ley interna, establece en su Artículo 62, fracción III, lo siguiente y cito textual:
“Artículo 62.- Son requisitos para ocupar un puesto en el Comité Ejecutivo:
“III.- No haber ocupado un puesto de confianza en los últimos cinco años anteriores al momento de la elección, salvo que su origen sea un permiso sindical, en cuyo caso se estará a lo dispuesto en la fracción siguiente:
“IV.- En el caso de los asesores será obligación que presenten su renuncia al cargo, antes de presentar su candidatura.”
Es ilegal su candidatura porque Torreblanca no tuvo un cargo como “asesor”, y tampoco un permiso sindical, por lo que no puede invocar a su favor la fracción IV antes citada; es más, en la Cláusula 6 Bis del Contrato Colectivo de Trabajo de Aeroméxico claramente dice cuáles son los cargos de “confianza”, y es más, existe un artículo transitorio de dicha cláusula, que lo esclarece de la siguiente forma:
“Transitorio: Derivado de los acuerdos hechos por las partes en la revisión integral al Contrato Colectivo de Trabajo correspondiente al año 2024, la Empresa entregará a ASSA de México las descripciones de puestos de las posiciones de confianza antes mencionados y se incluirá en la presente cláusula la posición de Coordinador de Asesores.”
Pero para el trío de comisionadas electorales, lo anterior no fue impedimento alguno darle el registro a María Teresa Castro Torreblanca para contender como candidata a la Secretaría General. Les otorgo el beneficio de la duda: pero pareciera que estas mujeres de plano no saben leer ni escribir, lo que sería altamente preocupante, porque Aeroméxico pide a toda persona que aspire a ser Sobrecargo una escolaridad mínima de bachillerato o equivalente.
Ya sin ironías, la realidad es que las compañeras que integran la Comisión Electoral Observadora se prestan a violentar el Estatuto en aras de que Torreblanca sea la siguiente secretaria general. La finalidad es clara: cuidarle las espaldas a Ada Salazar. “Mal está lo que mal empieza”, y eso estas elecciones son ilegales, pues Teresa Torreblanca no cumplió ni cumple ni cumplirá con los requisitos necesarios para postularse.
Es más que preocupante que las autoridades del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, a cargo de Alfredo Domínguez Marrufo, permitan este tipo de ilegalidades que saltan a la vista. No puede alegar “respeto a la vida interna sindical”, no cuando el fraude a la ley es tan cínico, no cuando son obvias las artimañas para acallar las voces inconformes. No me lo estoy inventando, el estatuto de mi sindicato es clarísimo, Teresa Torreblanca renunció el 13 de octubre de este año, ella podrá ser candidata en 2030.
Lo peor es que la Comisión Electoral Observadora aprovecha la abulia e indolencia de las “áreas de legalidad” del sindicato: la Comisión de Vigilancia, y el Tribunal de Honor y Justicia, que están dispuestas a pasar por alto el “pequeñísimo detalle” de que los tiempos no le dan a la candidata, ¿por qué?, supongo que para ellos es más fácil cobrar sus emolumentos sin hacer nada, que trabajar y “enemistarse” con la secretaria general.
¡Por supuesto!, todo el escándalo que vive en lo interno ASSA, ha sido utilizado por Torreblanca como parte de su estrategia de campaña, pues con sorna usa el eslogan de que “ella es la candidata de confianza”, pues según sus propias palabras puedes “confiar” en ella.
Defiende acciones vituperables, si eso no es cinismo no sé cómo llamarlo. Se burla en la cara de los agremiados de que ella puede hacer lo que le venga en gana, hasta violar el estatuto, gracias al respaldo que tiene de la líder del sindicato, de las áreas legales y de una comisión que no toma en serio lo que establecen la ley interna.
¿Esa es la “candidata” que el gremio de sobrecargos necesita? Una persona que no respeta la ley que rige la vida del sindicato, que no le importa mentir y engañar aseverando que su candidatura no es para nada “ilegal”, pues renunció 2 días antes de la Junta de Comité donde se aceptan o rechazan los registros de los compañeros que aspiran a contender a un cargo sindical.

Con mi exposición quiero dejar muy en claro que denuncio de forma pública a Georgina Chaylian Herrera, María Dolores Villela Valdez y Clara Montserrat Rodríguez Álvarez, las tres sobrecargos de Aeroméxico que hoy forman parte de la Comisión Electoral Observadora; también a los integrantes de la Comisión de Vigilancia: Rodrigo Olavarría Fernández, Presidente; Ana Liz González de la Vega Pérez, Secretaria; Laura Adela Gil González, Vocal; también a los integrantes del Tribunal de Honor y Justicia, Eurídice Ávila Estrello, Presidenta; Corina Anabel Muñoz Contreras, Secretaria y Carmen Amparo Trejo Guerrero, Vocal.
Las autoridades del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral deben tomar cartas en el asunto, y no permitir este atropello de dimensiones mayúsculas. El tema está en las manos de Alfredo Domínguez Marrufo.
Amplío esta petición al Secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños López, para que no permita que de forma tan escandalosa se violente lo estipulado en la Ley Federal del Trabajo. Con orden y respeto, en ejercicio del derecho de petición que tengo como ciudadana y agremiada a ASSA de México, pido que la Presidenta de nuestro país, Claudia Sheinbaum, tenga conocimiento de lo que pasa.