“Mantén las balanzas equilibradas y se prolongarán los días de tu vida.”

Ley bíblica del antiguo testamento

Pareciera que ser juez en la actualidad ya no tiene la relevancia trascendental que nunca debió haberse perdido.

En todo el mundo, y durante toda la historia, la presencia de personas que decidían la culpabilidad o inocencia de otras personas que interactuaban en las sociedades siempre ha sido fundamental, así, los reyes de la antigüedad contaban con ministros que tomaban dichas decisiones; fueron famosos los sacerdotes de Egipto, que inclusive dictaban ellos las sentencias, y los faraones, incluyendo a Ramsés, sólo las aprobaban; el pueblo judío siempre se ha caracterizado por contar con personas que ejercen la justicia, desde el muy reconocido grupo de sabios llamado “Sanedrin”, hasta la escritura de un libro histórico que conforma el antiguo testamento llamado precisamente “Jueces”; en Grecia fue básico el establecimiento de leyes y de juzgados, al igual que en Roma, donde ya aparece formalmente el Senado, como una institución jurídica fundamental.

Se pueden mencionar muchos mas ejemplos trascendentales al respecto, pero lo más importante es reconocer que en toda la historia ha sido necesaria la existencia de personajes con alto nivel intelectual y de raciocinio, que tomen decisiones en base al bienestar común, lo que podría traducirse como: Justicia.

Éstos personajes, los jueces y juezas, siempre han tenido que ser respetados como tales, como una necesidad imperiosa para lograr el equilibrio social y político, por eso resulta ahora muy controversial ver que se les pueda insultar como si se trataran de ciudadanos comunes, suceso que jamás debió haberse permitido, en ninguna parte del mundo y bajo ninguna circunstancia, ni ante cualquier duda, incluyendo la elaboración de sus tesis de licenciatura.

Ser juez, en todas las épocas de la historia, además de ser un privilegio, es un don, inclusive sobrenatural, de alguna manera; un juez o una jueza siempre deben ser venerados, sólo por el hecho de serlo.

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Finalmente, debería ser un consenso universal el principio jurídico de jamás permitir que un juez o una jueza pisen una prisión, sólo por el hecho de ser juez o jueza, y de tener en su historial haber cursado los estudios jurídicos, y hacerlos partes de sí.

Nota histórica agregada: Don Benito Juárez, antes de ser presidente, fue juez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y gracias a las Leyes que promulgó como tal, hoy México es un país libre y soberano.