El pasado jueves el Parlamento Europeo, sito en la ciudad francesa de Estrasburgo, adoptó una resolución por la cual condena al gobierno mexicano por la falta de protección contra periodistas, la utilización de los espacios matutinos para lanzar diatribas contra opositores de opinión, y aludió a la retórica populista empleada por el presidente AMLO. Enseguida, rescataron el hecho que desde 2018 al menos 68 activistas de derechos humanos han sido asesinados en México. La resolución fue adoptada con 607 votos a favor, 2 en contra y 7 abstenciones.

En otra parte del comunicado, el Parlamento Europeo apuntó hacia la “indicios de que el Estado mexicano ha utilizado Pegasus contra periodistas y defensores de los derechos humanos”. Finalmente, evoca las reformas constitucionales realizadas durante el gobierno de AMLO y los cuestionamientos levantados en torno a la estabilidad del Estado de derecho y la limitación de la participación de las ONG’s con la financiación extranjera en nuestro país.

El gobierno de AMLO, a través de un comunicado mal redactado y peor pensado (yo me hubiese dirigido de inicio no a los parlamentarios sino a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo) refutó los argumentos de los diputados europeos haciendo hincapié en el hecho de que “México no es una colonia” llamando al Parlamento injerencista y aludiendo – nuevamente- a una supuesta Cuarta Transformación que no tiene forma ni fondo. “Ustedes no son el gobierno mundial” es quizá la expresión más desafortunada del documento, y no podía faltar, como suele hacerlo el jefe del Estado mexicano, la referencia a Benito Juárez.

En este contexto, bien vale recordar que el Parlamento Europeo es la institución de la Unión Europea que encarna la legitimidad democrática de la organización. Desde la reforma de los años setenta está conformado por representantes electos directamente por los ciudadanos de los Estados miembros, y junto con el Consejo de la Unión Europea, es responsable de la legislación de los reglamentos y directivas de la Unión.

El Parlamento, a lo largo de los años, ha sido capaz de abrirse espacios en la política europea. A pesar del alto grado de abstencionismo en las elecciones europeas, los ciudadanos de los países miembros han reconocido en la institución de Estrasburgo una voz de legitimidad que ha defendido la integridad de la Unión contra los movimientos secesionistas encabezados por los partidos euroescépticos. Al día de hoy, el Parlamento Europeo se mantiene firme como el rostro democrático de la Unión.

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En suma, el Parlamento Europeo es libre, de acuerdo a los Tratados constitutivos de la Unión Europea y a su reglamento interno, de adoptar cualquier resolución que exhorte a otro Estado a respetar los valores universales de democracia, libertad y Estado de derecho. No se trata, como torpemente señala la respuesta enviada por el gobierno de México, de un acto injerencista.

Por el lado de la respuesta mexicana, resulta lamentable que el gobierno de México no cuente con funcionarios capacitados para realizar análisis internacionales, y, por lo menos, redactar una carta que cuente con las exigencias mínimas de redacción y empleo de términos adecuados a las relaciones internacionales. Me pregunto, en este tenor, cuál ha sido el papel de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y, muy en particular, de los hombres y mujeres que integran la Dirección General para Europa.