He de decir que de niña yo fui una muy fiel seguidora de Chabelo. Tengo grabadas en mi mente las imágenes de cada domingo reuniéndome muy temprano por la mañana en la recámara de mis padres, que por cierto era el único lugar donde había una televisión y sentarme al pie de la cama a ver el programa.

Por ahí tengo recuerdos de mi padre aún acostado viendo los concursos y mi madre observándolos también… De cuanto en cuanto entraba mi hermana a sentarse a ver también el programa con nosotros. Se me viene esa imagen a mi memoria y me dan ganas de llorar y es que puede parecerles cursi o ridículo lo que les voy a decir pero gracias a esos recuerdos que ahora se agolpan en mi mente por el fallecimiento de Chabelo, es que puedo tener la certeza de que sí, mi infancia fue muy feliz.

Actualmente, mis padres y mi hermana ya trascendieron de este mundo y ya no hay más recámaras en donde poder colarme para estar con ellos. Pero traer esos recuerdos a mi mente en un día como este, donde Chabelo ha muerto, me hace sentir que dentro de el entorno que viví en mi niñez un tanto disfuncional; Chabelo hacía magia y nos reunía a todos cada domingo.

Era mi oportunidad para ver y estar con mi padre que por lo general se encontraba ausente por el trabajo toda la semana y viajaba mucho por lo que casi no le veía y mi madre que había sido atrapada por una depresión crónica y profunda de la que no pudo ser capaz de salir de pronto se volvía a conectar a la vida al reunirnos para ver el programa.

Ahora cobra sentido el nombre del mismo: “En Familia con Chabelo”, porque sí, las familias se reunían ya sea en sus casas o en el foro en donde se transmitía el programa para verlo, y todos de niños soñábamos con poder asistir al foro y concursar. Un sueño que sin duda, no se me cumplió.

¿Cómo es que un adulto disfrazado de niño podía conectar con otros niños de la manera en que lo hizo Xavier López?

Sería interesante indagar como de pronto él se mimetizó en este personaje de volver a ser niño otra vez.

Poco se sabe de la vida privada de Xavier López, pero lo que sí es que entendía perfectamente la psicología infantil.

Él mismo sabía perfectamente contactar con su niño interno. Ese “niño” podía entender a otros niños. Los conocía, los descifraba. Y los niños no son tontos. Saben exactamente cuando son aceptados y amados por alguien más. Entonces estos niños encontraban en Chabelo un especie de mentor “chiquito” que podía entenderlos pero que también podía respetarlos, bromear con ellos, pero que también sabía poner límites, y que también sabía ser justo.

Recuerdo los concursos en su programa. Eran muy emocionantes porque podías ver el esfuerzo de los niños y hasta de los papás que también concursaban para ganarse los premios. Siempre había un ganador. Pero al final ganaban todos, porque todos se llevaban algún premio.

Pero donde sí Chabelo era irreductible era en la sección de la “catafixia”. Los niños se sometían a tomar decisiones importantes y difíciles quizá por primera vez en su vida.

Y ellos decidían si arriesgaban todo lo que tenían por ir por algo mejor o se quedaban con lo ya habían ganado.

Por lo general los premios en esa sección eran magníficos para los padres, ya recordarán: Habían estufas, salas, recamaras, cocinas... Todo eso que hacía que los niños y sus papás se volvieran locos de felicidad al ganárselos (más los papás que los niños).

Habían niños que no se llevaban nunca nada por querer arriesgarlo todo así que ese era el aprendizaje: Agradeces lo que tienes o no te conformas con ello y quieres siempre más.

Imagino que aquellos pequeños, hoy ya adultos, habrán tenido un impacto importante para sus vidas al haber concursado ahí. Alguna lección de vida les habrá dejado.

Xavier López supo cómo conectar con otros niños porque nunca olvidó cómo era ser un niño.

Esa es una cualidad que de hecho ninguno de nosotros deberíamos de perder. Pero se nos olvida que alguna vez lo fuimos

A Xavier nunca se le olvidó porqué un niño hacía berrinche o porqué quería llorar o porque si estaba contento podía expresar sus emociones sin pudor.

He incluso trabajar con niños le dio vida a Xavier pero también al personaje.

En muchas ocasiones era divertido ver cómo el propio niño podía ser capaz de dejar sin palabras a Chabelo. Esa era la fórmula perfecta también del éxito del programa.

Mucha gente criticó a Chabelo durante años, llamándole ridículo por su vestimenta y por la forma en cómo impostaba la voz.

No entendían que simplemente Chabelo jugaba a ser niño y él mismo se lo creía.

Hay una parte de Xavier que al comportarse como niño en su madurez quizá le ayudó a resolver cosas de su propia niñez. Solo él lo sabe.

En alguna entrevista que dio aseguró que a veces Xavier le jalaba las orejas a Chabelo y a veces Chabelo le jalaba las orejas a Xavier. Me parece que era una forma que encontró Xavier de sobrevivir a su propia niñez; sin olvidarla ni dejarla a un lado, como hacemos todos, como hacemos para tantos.

El padre de Xavier López era un conocido médico pero estricto y durísimo, y quiso obligar a su hijo que también fuera médico.

Xavier cuenta que cuando le dijo a su padre que abandonaría la carrera de medicina para ser actor, se le había desfigurado a cara a su padre.

Ahí decidió cortarse los pantalones en un acto de rebeldía y por defender su pasión que era la actuación ya que en aquel entonces ser actor era muy mal visto.

Así que Xavier literalmente se refugió ya de adulto en ese niño interior he hizo de ese refugio un éxito tremendamente enorme, al grado que hoy en día no hay quien no haya sabido quién es y quién fue Chabelo.

Difícilmente volverá a haber algún personaje que reúna a familias.

Chabelo nos deja el ejemplo que dentro de nosotros hay un niño al que debemos despertar de vez en cuando porque quizá él nos sepa guiar por el camino del éxito.

Chabelo también nos deja la lección de que nunca será agradable desearle la muerte a otros o jugar con los decesos de otros tal como pasó con su personaje y su persona, que durante años la gente se divirtió esperando la muerte de este hombre.

Me parece que divertirse por ello es una bajeza.

Ojalá no lo repitamos más.

Hasta siempre Chabelo. Gracias por reunirme con mis padres en su recámara y mi hermana para cada domingo ver el programa pero también volver a ver a mi papá.

Es cuanto.