Entre los vientos de incertidumbre en el tablero que ha generado la postura de Marcelo Ebrard, florecen los frutos de la corcholata que creció a contracorriente, colocándose en un orgulloso tercer lugar. Ante el panorama, después de Claudia Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña es el indiscutible ganador de este ejercicio.

Gerardo Fernández Noroña no tuvo millones de pesos en espectaculares ni portadas de revista, cómo bien decía en la transmisión que hizo después de que se anunciara a Claudia Sheinbaum como indiscutible ganadora de las encuestas, él no tuvo una plataforma de arranque como una secretaría, no venía de ser gobernador y tampoco tuvo acceso a ningún tipo de ayuda o padrinazgo. Por el contrario, su candidatura parecía imposible a los ojos de varios de sus colegas. El propio presidente López Obrador se resistía a incluirlo en las primeras menciones sobre el proceso que vendría.

Recibió todo tipo de ofensas, las peores de quién fuera nuestra compañera en esta casa editorial como Lilly Téllez. Calló la boca de más de uno que desde el clasismo o la ignorancia, lo pretendía excluir. Gerardo Fernández Noroña hoy se coloca como el aspirante que mayor crecimiento tuvo al pasar desde los tenebrosos quintos o hasta sextos lugares llegando hasta una posición que, tras la salida de Marcelo Ebrard, probablemente le alcance hasta el Senado.

Más allá del cargo que seguro desempeñará con la misma convicción con la que abraza todas sus causas, Noroña ha dado una clase magistral sobre cómo hacer política sin superficialidad, lejos del derroche banal de calles tapizadas con propaganda en lonas o folletos.

Noroña tuvo bastante corazón, visión clara, austeridad y lo más importante: internet, celular, redes sociales y una convicción invencible.

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Su logro tiene tres grandes pilares bajo el análisis de esta columna:

1. Contenido ideológico y postura congruente. - Gerardo Fernández Noroña es bien conocido por su bagaje cultural amplísimo. Sus transmisiones en vivo y videos en plataformas son clases de historia, chistes, anécdotas y posturas agudas, tajantes, radicales, como bien dice él, porque van hacia la raíz de los temas. La realidad es que Noroña es el único político del mapa mexicano que no tiene productor ni cuartel de edición de contenidos, que simple y sencillamente se sienta, coloca libros o botellas de agua y transmite contando inclusive los detalles de las reuniones sobre las que nadie habla. Así, entre una vocación periodística de historiador y la crónica de un político que vive minuto a minuto la etapa más rica de la democracia mexicana, Noroña analiza la historia viva mientras también participa en ella.

2. Redes sociales. - Sus seguidores son una comunidad variopinta que abraza a jóvenes convencidos, personas de la tercera edad que añoran las lecciones de historia y encuentran en su voz las críticas de lo que ellos llegaron a reclamar, morbosos que esperan criticarlo, ex militantes del PRD y muchas personas de izquierdas que no caben en otro espacio más que en el Partido del Trabajo. Le siguen historiadores, politólogos, estudiantes y uno que otro convertido.

El hecho es que Noroña demuestra el poderoso alcance de las redes sociales combinado con el esfuerzo por visitar al pueblo vis a vis, en asambleas cercanas e íntimas. Sin aquellas cuotas de templetes, sillas, banderines, bandas y aquellos símbolos del antiguo estilo priista. La mayoría de ellas organizadas por sus propios seguidores que desde las redes le ofrecieron abrirle espacios. El alcance de las redes que mantiene Gerardo Fernández Noroña es tan orgánico que su comunidad, en ocasiones, alcanza las mismas vistas en vivo o hasta más que influencers como YosStop o Yuya, que son reinas del entretenimiento. Su misión por evangelizar rinde frutos, el país se encuentra más politizado y con toda la adversidad, hasta quienes prefirieron a otros en la encuesta, miran a Noroña con buenos ojos.

3. Autenticidad, sencillez y franqueza. - La fórmula de Noroña, probablemente sin esa intención, es mantenerse auténtico. No necesita gran preparación ni edición para sus videos y transmisiones, pues su valor está en la charla. La que firma este texto que ha tenido encuentros con él, puede afirmar que mirar sus videos es idéntico a escucharle disertando sobre las agendas que le apasionan. Noroña es igual de intenso en su día con día que en sus videos e igual de sencillo que sus jeans y guayabera de todos los días.

Nos merecemos política más genuina, frontal y transparente; de Noroña deberían aprender todas y todos hasta el punto de noroñizar la política mexicana: tocar puerta por puerta, llenarla de contenido, de convicciones, de historia, de comunicación permanente con seguidores a través de las redes y principalmente, de la ética de soñar y perseguir los sueños hasta cuando todo se contrapone pues el corazón gana más que los millones y las ganas pueden más que los derroches. Los reconocimientos y cariños merecidos, que así también le sean reconocidos.