Así como les escribí y compartí mi sentir y mi pensar el 1ro de junio, previo a las votaciones más importantes de la historia de México. Ahora, les escribo apenas abriendo el ojo y encontrándome ya con los resultados de las elecciones de este 2024.

Sin lugar a dudas ni titubeos, Claudia Sheinbaum será la primer mujer presidenta que tenga este país.

La veo como una atleta de alto rendimiento que desde hace 6 años se venía preparando para ello. Por eso llegó a donde llegó con esa seguridad de quién se prepara durante años para el primer lugar en las competencias.

He escrito aquí también la gran zozobra que tenemos muchos con respecto a cómo se comportará como presidenta con los ciudadanos que no votaron por ella.

Tengo en mi memoria y ya les había contado esta anécdota, pero la retomo hoy. Aquel breve encuentro que tuve con ella hace más de un año en donde le dije con toda honestidad que no votaría por ella y que si aún a pesar de esto podría verme a la cara y considerarme importante por ser parte de ese México que dice amar.

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Me miró al principio con un poco de desagrado pero después me levanté para ir al baño y al salir de él ella me esperaba con los brazos extendidos diciéndome que aunque yo no votara por ella, ella gobernaría para mí. Me pareció sincera y humana.

Durante todo este tiempo desde ese encuentro esperé a que verdaderamente hiciera algo que me sorprendiera e impactara  realmente para poder votar por ella, pero solo encontré  en ella el mismo patrón de conducta de López Obrador y eso me desanimó mucho.

Hoy se sabe, será nuestra presidenta y yo no soy como los morenistas, yo sí la respetaré y la aceptaré como tal.

Pero tiene que darnos resultados, esos sí los estaremos viendo muy de cerca, cada paso que dé, cada decisión que tome, cada actitud acertada o desafortunada que cometa.

Nos tiene que demostrar porqué llegó ahí . Aunque para muchos la idea de su triunfo radica en que quizá el presidente le dio un “pequeño empujón” para ganar, nos tiene de demostrar que ella llegó sola, y que no estará rodeada de gente indeseable como usualmente lo hizo durante su campaña política.

Xóchitl me imagino seguirá haciendo su trabajo en el senado el cual siempre lo ha hecho excelentemente bien así que también se queda un buen contrapeso con ella en el Senado de la República pero claro me hubiera gustado verla en algún puesto importante, creo hubiera sido un buen detalle de Claudia Sheinbaum considerarla parte de su gabinete pero es que en el debate de plano la ignoro tanto que se antoja imposible que esto pudiera suceder.

La verdad de las cosas es que tristemente estoy muy acostumbrada a las derrotas: Soy fan del Cruz azul como Xóchitl también lo es. Ambas sabemos lo que se siente la caída cuando estamos cerca de ganar, Cruz Azul nos ha enseñado que se siente soñar y luego despertar abruptamente del sueño.

Duele la derrota pero más allá de todo me pone algo triste. Me tiene personalmente  tan desgastada el presidente de este país que si Claudia va a seguir hablando con el mismo modo, acento, intención que él, los mismos manoteos, corajes, su rabia, su frustración eso justamente es lo que me tiene triste. No estoy enojada solo triste.

Espero Claudia encuentre el valor y el empoderamiento para demostrarnos que no es lo mismo que López Obrador.

Ojalá pueda enfrentarlo y confrontarlo y separarse un poco de él. Claro, pido y sueño mucho.

La participación ciudadana para votar fue maravillosa. Ese es el México esplendoroso que amo y que admiro tanto.

Vayamos pues, acompañando a Claudia Sheinbaum por el bien de todo México, observándola bajo la lupa y siendo mejores ciudadanos de lo que nos imaginamos ser.

Es cuanto.