El día de mañana tendrá lugar el primer debate presidencial entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. Según ha sido informado, la periodista Denisse Maerker será la moderadora, lo que anticipa un debate medido, bien organizado y en manos de los mejores profesionales.

Como ha sido bien documentado, los debates no suelen en realidad provocar grandes cambios en la intención del voto del electorado, sino que más bien están dirigidos a confirmar la decisión de los votantes.

¿Cómo veremos a los tres candidatos? Claudia Sheinbaum, con esa personalidad propia que la aleja de ser una mujer política natural, buscará simplemente administrar la ventaja que le anticipan las encuestas. Perorará sobre las bendiciones traídas por el gobierno de AMLO, presumirá el supuesto -y falso - destierro de la corrupción, se presentará como la heredera de la 4T, y sobre todo, no escatimará recursos para erigirse en la adalid de los programas sociales.

Gálvez, por su parte, fiel a ese estilo alegre, reflejado y que a veces coquetea con la guasa, será combativa, pues intentará reducir la ventaja contra Sheinbaum. Mientras los partidos que la postulan representan sus principales debilidades, sus fortalezas descansan en su buena conexión con la gente, su carisma y su personalidad. Seguramente buscará algún momento para decir alguna palabra como “huevones o pendejos”, en su voluntad de presentarse como una mujer que habla como la mayoría de los mexicanos.

No dejará ir un solo segundo para provocar a la candidata oficial y para señalar los grandes fracasos de la 4T en materia de corrupción, salud y combate contra la inseguridad. Explotará también su eslogan de campaña “sin miedo” en el ánimo de poner el acento en el número de feminicidios, desapariciones y homicidios dolosos en aumento desde 2018.

Por otro lado, la participación de Álvarez Máynez será anecdótica. Con su escaso conocimiento público y su paupérrimo desempeño en las encuestas, buscará ser algo entre el Bronco de 2018 y Salomón Chertorivisky. Sin representar a nadie ni a nadie, hará alusión a la “nueva política”, a las esperanzas de los “jóvenes” y a cómo busca desterrar a los partidos del pasado de la vida pública de México.

En este contexto, la participación del candidato de Movimiento Ciudadano se antoja como una perdida de tiempo y espacio para que las candidatas punteras puedan discutir, presentar contraargumentos y responder a la cascada de señalamientos. Sin embargo, así lo dictan las normas del INE. Es una pena.

Finalmente, así como una mayor participación ciudadana en las próximas elecciones, en relación con el 2018, ayudará a Xóchitl a acercarse al triunfo, una gran cantidad de espectadores del debate podría inclinar la balanza en favor de la candidata panista. En todo caso, mañana tendrá lugar la antesala de la gran cita con la democracia.