La entrega de la riqueza nacional por parte de este Cartel Político Transexenal en México, corrió en paralelo a las alianzas estructuradas y desarrolladas con los carteles del crimen multinacional organizado por parte del Secretario de la Seguridad Pública, como eje ordenador de las mismas. En suma, se consumó la captura del Estado a base de entregar, incluso fraudulentamente, los activos del patrimonio del Estado, el sometimiento a las redes de criminalidad e impunidad que significó la degeneración y desnacionalización del poder político. Claro, se “ideologizaban” las decisiones económicas al respecto: la necesidad de la inversión extranjera para el desarrollo, el respeto a la libertad de mercado, el rechazo al populismo y al estatismo. Los principios del liberalismo como parte de la ciencia económica los convirtieron en ideología económica para capturar al Estado.

Con un presidente bajo sospechas severas de alcoholismo, una hipótesis plausible (con todo lo que ello implica, de ausencia en las responsabilidades, inconsistencia en las decisiones, condiciones mentales de lucidez menos que completas) conforme a lo publicado en la prensa nacional y con testimonios de dirigentes políticos muy allegados a él (como Manuel Espino), no sería extraño que la actividad del secretario de seguridad que se ganó toda la confianza y voluntad del presidente FE.CAL (luego de la muerte de Juan Camilo Mourinho, su alter ego), este poderosísimo funcionario del primer círculo de poder (con amplia capacidad de manipulación) en distintos momentos, hubiese rebasado la autoridad presidencial.

Nada asegura ni permite suponer con toda certeza que FE.CAL haya tenido el control completo del ejercicio del poder siempre, y que en ciertas coyunturas, no hayamos tenido un “Presidente de facto”. No por accidente llegó a impulsar este secretario su propia campaña rumbo a la presidencia de la república. Más aún, con el trato privilegiado que le dispensaba la esposa del presidente. (Que también quería impulsar la propia candidatura y García Luna con toda la información acumulada sobre la oposición, le era muy útil).

Son distintos los testimonios directos de ello. Consideremos también en abono adicional a la hipótesis misma, que después de Mouriño sus secretarios de gobernación fueron débiles y efímeros. Esa institución estuvo sumida en una cierta inestabilidad durante el sexenio. No podía ser contrapeso a la enorme influencia del secretario de seguridad.

Los medios de comunicación tienen una inmensa responsabilidad en todo ello, sobre la cual, su silencio en torno al juicio contra García Luna hoy, sobre el detalle de las imputaciones y testimonios en su contra en la Corte de Nueva York, no hace sino confirmarla. La publicación autorizada por el Fiscal de la lista de “periodistas” a los que García Luna muy generosamente trataba en lo económico, con obsequios directos o con publicidad o contratos costosos para sus empresas, constituyeron toda una red de complicidades explícitas e implícitas, activas y pasivas, con gran capacidad de influencia en la opinión pública, de manipulación social. Es su responsabilidad histórica: fomentaron la credibilidad en un gobierno y un secretario de Estado, en lo que hacían y cómo lo hacían, y que hoy ese “súper policía” es imputado en otro país afectado por sus acciones, como criminal de talla mundial. El Fiscal lo señaló y dijo que era “un traidor a México y a EUA”.

El más grande ejemplo de ello fue el “pacto de silencio” (oficialmente llamado “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia”) que García Luna promovió y convino con los grandes consorcios de la comunicación (2011) para el manejo informativo sobre la violencia provocada por la “guerra contra las drogas” (como ideología y como política de Estado), el pedido del gobierno era “mesura en la información”, luego de hacer suya una “guerra de baja intensidad” promovida desde la Casa Blanca, y asumida en su totalidad por FE.CAL-García Luna, demostrando así su esterilidad intelectual y la más abyecta subordinación a un enfoque de carácter geopolítico con fines de dominio (recordar que se hace público en su dimensión militar con la invasión a Panamá en 1989).

De los chapulines políticos que hoy saltan de un partido a otro en busca de beneficios personales solamente, García Luna imitó sus nefastos hábitos. Desde el CISEN que impulsó Salinas de Gortari, donde espió en favor de ese gobierno y del PRI, de la mano de Wilfrido Robledo Madrid, quien lo reclutó para el área de Terrorismo y Contraterrorismo, para el espionaje sobre los grupos armados de la izquierda nacional, naciendo allí “los 12 Apóstoles”, en la coyuntura crítica perdedora para el PRI de la elección de julio del 2000, saltó al bando de Vicente Fox y Martha Sahagún. En 2001 Fox lo hizo titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) que sustituyó pero incorporó a la mayoría de elementos de la Policía Judicial Federal (PJF) de infausta memoria, y desarrolló sus vínculos con el crimen transnacional organizado.

Nos dice el profesor Francisco Cruz (2020) que la empresa “Nunvav Inc.” fue creada en 2005 en Panamá. A partir de entonces hubo triangulaciones financieras (Israel, Letonia, Panamá, EUA y China), primero muy discretas, luego más cuantiosas con García Luna a la cabeza, y en 2011 se empezaron a conocer esas transferencias en las que el personaje mencionado fue puntal: así entre 2012 y 2017 (último año del gobierno de Calderón y años del gobierno de Peña Nieto) dicha empresa obtuvo contratos del gobierno federal por $390 millones de dólares con la partida de “seguridad pública”; otro por $270 millones de pesos del presupuesto; y Conacyt también le inyectó $2.7 millones por “impulso a la innovación tecnológica”. Allí se depositaban y movían los recursos. (La Jornada, Octubre, 2020 con información de la UIF)

García Luna no pudo repetir como secretario de seguridad pública con Peña Nieto, pero el gobierno de éste fue muy generoso con él a base de contratos como “consultor estrella”. García Luna desarrollaba una nueva faceta como integrante destacado de las redes de criminalidad que capturaron al Estado. ¿Peña Nieto no había escuchado o sabido de sus muy probables nexos con el narcotráfico multinacional de los que tanto se hablaba en México? Imposible. No le dieron el cargo pero si los contratos. Sabía demasiado.

Funcionaba el Cártel Político Transexenal 2000-2018. Casi seguro que la información de la compra masiva de votos en la elección de 2012 en favor de Peña Nieto estaba en poder de Calderón-García Luna-Antonio Meade (éste último, de Secretario de Hacienda con FE.CAL se incorpora con EPN como secretario de Relaciones Exteriores). Cambiaban impunidad por impunidad, beneficios por beneficios, funcionarios por funcionarios, eran reglas mutuas vigentes para preservar el Cartel Político Transexenal. Fueron pactos tipo mafia (en el sentido clásico del concepto, como familias criminales).

El mismo profesor y periodista Francisco Cruz sostiene que García Luna con Felipe Calderón anuente crearon el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) una afirmación muy trascedente. Dice que cuando fue capturado Nemesio Oseguera “el Mencho”, (25 de agosto de 2012) por la Marina, ésta lo entregó a la autoridad civil en Jalisco. Unas horas después por órdenes del gobernador de Jalisco Emilio González Márquez (casi imposible pensar que haya sido sin la anuencia de García Luna y Calderón). A ello siguió la insurgencia criminal: hubo 28 bloqueos viales en 24 horas. Fue liberado.

“Cabe señalar que al principio, las primeras versiones hablaban de que a “El Mencho” lo habían detenido, aunque las autoridades salieron a decir que se trataba de un error. Sin embargo, los rumores de que se trataba de “una red de protección de autoridades locales” fueron reportadas por la prensa nacional e internacional. Años más tarde, en una investigación de un medio nacional, se sabría que la detención de Nemesio Oseguera Cervantes sí ocurrió. (El Heraldo, 22 de octubre, 2019).

Este tipo de acciones y muchas más, alteraron el emplazamiento geográfico de las organizaciones criminales por todo el territorio nacional, y cambiaron la correlación de fuerzas entre ellas, porque modificaron los entornos políticos y armados en que cada una se desarrolló respecto de la “ofensiva” armada del gobierno contra ellas. Aquí –todo indica con la información pública existente- que la mano del secretario de SP fue determinante. Manejó a su conveniencia las redes criminales de impunidad y manejaron la prensa con sentido propio, a conveniencia.

Continuamos en próxima entrega.