En el momento de la redacción de este texto se terminan los preparativos para el Grito de Independencia. Un hecho que debe ser celebrado es que por primera vez en la historia del país, una mujer presidirá los festejos y el desfile que conmemora los siglos de vida independiente.

Sin embargo, existen enormes pendientes. El presidente AMLO fue el principal promotor de la polarización. Con sus constantes referencias dio cauce a que las diferencias crecieran. Lo hizo en el discurso y en los hechos. El lector seguramente recordará cómo, en su sexto grito de Independencia vitoreó a la 4T, como si este movimiento político representase la unidad de la nación.

Autoerigido en salvador, AMLO llamó a su movimiento Cuarta Transformación, anticipándose al juicio de la historia y asumiendo las posturas narcisisistas de la mayoría de los líderes que han desdeñado la democracia, destruido opositores y desmantelado libertades.

La presidenta Claudia Sheinbaum hasta ahora ha seguido el patrón dejado por su antecesor. Si bien ha mesurado el tono de las invectivas, ha impulsado en los hechos, la continuidad de la polarización. Con sus reiterados llamados al “pueblo”, en la particular acepción que ellos mismos han acuñado, la jefa del Estado mexicano ha buscado atizar las diferencias.

Quizás haya sido aún más dramático el apoyo incondicinal que otorgó Sheinbaum a las reformas constitucionales, mismas que han aniquilado los consensos, disminuido a las voces disidentes y elevado a Morena hacia un estado de cuasi invencibilidad política.

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En suma, la elección de Claudia Sheinbaum ha dejado sabores agridulces difícilmente descriptibles. Por un lado, se convirtió en la primera mujer presidenta, pero a la vez, ha continuado una línea discursiva dirigida a profundizar las divisiones, a satanizar a cualquier hombre o mujer que no comparte los principios del movimiento y a desmantelar las instituciones de la debil democracia liberal mexicana.

Cada 16 de septiembre puede entenderse como un nuevo comienzo. Con la algarabía de sentirse orgullosamente mexicanos, el pueblo y los líderes de esta nación deben buscar superar la tóxica narrativa política y asumir unidos los desafíos de los años venideros.

¡Feliz Día de la Independencia Nacional!