Durante 2020 y parte de 2021 la economía mundial prácticamente se paralizó. Todos los países se frenaron y ahora entramos a un nuevo paradigma donde podría decirse que todos los países arrancamos de cero.

¿Qué es lo que viene? ¿Qué hay que hacer?

En materia de salud a nivel global se asumió una estrategia conjunta: realizar pruebas constantes de Covid-19 y vacunar masivamente a la población. Un punto de partida similar pero con diferencias, tanto en las estrategias para vacunación y distribución de las vacunas, como en la cultura de prevención de cada país.

Estos factores marcaron una importante diferencia en la recuperación de países y regiones. Para explicarlo podríamos hacer un símil con el Gran Premio de la Fórmula 1, donde hay elementos que determinan el papel de cada escudería. Primero, cada una tiene un equipo de investigación que diseña motores, carrocería, llantas, etcétera (Universidades, investigadores de institutos y organizaciones de la sociedad civil), un equipo en pits que instrumenta los avances tecnológicos y hace que todo funcionecomo un relojito (instituciones como el Banco Central, la COFECE, el INE, el Poder Judicial); tercera, el equipo que maneja el vehículo, los pilotos (los presidentes de los países aliados), donde habrá uno que sea el más rápido y otro que lo ayude a que avance posiciones durante la clasificación que determina el lugar en el que arrancará en la carrera y, ya en la carrera, la estrategia que asegure el triunfo del piloto y la escudería.

Sin embargo, en realidad no todos “jalan parejo”ni tienen la misma visión de futuro, es decir mientras para algunos la pandemia les cayó como “anillo al dedo” y la utilizan para justificar políticas económicas equivocadas que generan decrecimiento, desempleo e inflación; para otros, es la oportunidad para un cambio de modelo y para adentrarse en los nuevos enfoques económicos.

Hacia la mitad de 2021, la mayoría de los países habían vacunado a más del 50% de su población. Esas economías comenzaron a abrirse, adoptando nuevas estrategias y poco a poco han ido retomando su crecimiento y condiciones de vida, lo que les permitirá recobrar su poderío económico. Otros, regresarán a la dependencia y a las crisis recurrentes que derivarán en conflictos políticos y sociales.

América del Norte

En la escudería de Norteamérica los coequiperos no están “jalando” al mismo ritmo y esto puede causar graves daños en la región. México, Estados Unidos y Canadá están desincronizados, los indicadores económicos así lo demuestran.

En 2020, la caída de las economías por efectos de pandemia de los tres países fue: Estados Unidos -3.4%; Canadá, -5.3% y México, -8.3%. Si comparamos la caída acumulada desde finales de 2018 a la fecha, en Estados Unidos es de -3% y México de -10% y, peor, si consideramos que otros países de América Latina como Chile y Colombia, se encuentran por encima de la tendencia que mantenían antes de la pandemia. México también, lo lamentable es que la tendencia antes de la pandemia era de decrecimiento y esto se puede ver claramente en el desastre que fue 2019.

Decrecimiento

Según datos obtenidos del Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística, Banco Central de Chile, Banco Central de la Reserva de Perú y el INEGI de México, publicados en Twitter por Eugenio Sánchez, se muestra que el rebote postpandemia llevó a todas las economías de vuelta a una tendencia de crecimiento, excepto a México.

El crecimiento acumulado desde finales de 2018 ha sido para Chile +1%, Colombia +1%, Brasil -2%, Estados Unidos -3%, Perú -5% y ¡México -10%!

China, cuyo crecimiento económico cayó en 2020 a 2.3%, estima alcanzar en 2021 el 8% de crecimiento. India, uno de los países más afectados por la pandemia, tuvo una contracción de -7.3%, pero la estimación es que alcance el 9.5% en 2021.

La apuesta para la región Norteamérica quedó plasmada en los acuerdos alcanzados el jueves pasado en la Reunión de Alto Nivel entre los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá. En la declaratoria Conjunta se establece que la base del acuerdo fue: Somos más que socios comerciales, hacemos bienes juntos, tenemos plataformas de servicio integradas y dependemos unos de los otros para añadir valor a nuestras cadenas productivas. Esta posición de fortaleza nos ha permitido enfrentar la pandemia por COVID-19 y su impacto socioeconómico en la región, y nos ha llevado a este momento: un trampolín hacia una nueva era en la que podemos reconstruir mejor juntos como América del Norte.

Los acuerdos para el desarrollo y crecimiento contemplan el trabajo conjunto para combatir el COVID-19 y el desarrollo de la economía verde: Nuestra más alta prioridad hoy es manejar y terminar la pandemia por COVID-19 y generar una recuperación económica verde, equitativa e inclusiva. Nuestra visión es apoyar un crecimiento sustentable, infraestructura resiliente, construir sobre la base de nuestro acuerdo comercial para proteger los derechos de los trabajadores, y promover de manera activa la equidad de género, racial, étnica y social para desbloquear el tremendo capital humano de la región.

México tiene la responsabilidad de asumir los acuerdos que firmó AMLO para pasar a una economía verde y alinearse con sus socios y amigos, o bien, meter reversa mantener energías fósiles, controles gubernamentales y restricciones a la participación privada y social, lo que, aparte de acrecentar el deterioro de la economía, se verá reflejado en conflictos sociales y políticos.

Así que, como diría Clinton: “Es la economía, estúpido”.