Hablando de corrupción, plagios, tranzas y demás bellezas... las que suceden en torno a las justas deportivas a nivel mundial teniendo como marco ahora  mismo  las olimpiadas; como referencia lo sucedido en ciclismo mexicano donde la falta de preparación de los burócratas que dirigen el deporte en nuestro país queda en evidencia… Las pifias a lo largo de la historia deportiva de México dan para mucho.

Cuando el deporte deja de ser una actividad vinculada al juego y al placer, convirtiéndose en la gran ambición y sueño, se puede volver  obsesión, y con ello, si no se cuenta con  el material humano solicitado se puede recurrir a la trampa, muchas veces tan mal elaborada que se raya en lo irrisorio. No, no me refiero a la trampa que hizo Roberto Madrazo aquel maratón, ya quisiéramos que fuera solo  aquel ridículo… Esto es serio y  va más allá.

Un deportista de élite, aquel que compite para ganar premios, medallas, reconocimiento personal y profesional llevando con ello gloria y alegría a su  patria, no sólo buscará  ejercitar el cuerpo y la mente,  junto a lo anterior va  implícita la tarea de  asimilar  experiencia sumando a la vez una amplia gama  de valores sociales, fundamentales para la sana convivencia, los principales pueden ser: la honestidad, la justicia, la legalidad...

Sin embargo, así como hemos visto  ejecutar actos extraordinarios,  sorprendentes y rebosantes de espíritu deportivo, también algunos deportistas poco afortunados nos asombran con irregularidades, trampas, agresiones y engaños. Al final los únicos engañados son  los mismos ejecutantes, si no fuesen descubiertos, en su corazón saben perfectamente que no son merecedores de los laureles; y si lo son, el descrédito internacional pesará como lastre por el resto de sus días…

El deporte mexicano no se queda atrás, muchas veces ha manchado el nombre de nuestro país en cuanto a cochinos artilugios para ganar, ya sea un lugar que no te corresponde, —hemos sabido cómo los deportistas se quejan de la preferencia que algunos grupos tienen en diferentes disciplinas deportivas mexicanas— varios deportistas expresan amargamente su desánimo ante  la práctica desleal al elegir a los mejores representantes aztecas en las federaciones plagadas de corrupción y deportista de sillón, las beca o falta de apoyo económico para lo mínimo indispensable; boletos de viaje y hospedaje es tema aparte, ¿Quién no ha visto “botear” a más de  uno solicitando apoyo para sus viáticos? Las manos largas de los que portan corbata en las federaciones consumen el ya de por sí flaco presupuesto deportivo y si para colmo trasladan esa podredumbre a la elección de quienes compitan... pues; ¿el resultado? El raquítico número de medallas ganadas a comparación de países con menos recursos humanos y/o económicos.

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A los juegos no siempre van los mejores...

El caso de Jessy Salazar pone en la palestra a la federación de ciclismo mexicana;  sin menospreciar los grandes logros de otros atletas en ese deporte; los argumentos de la ciclista, a decir de conocedores, tenían justo peso, sus tiempos e historia deportiva la colocaban en buen lugar para competir, sin embargo por razones no del todo claras, no fue seleccionada en su momento, después la  seleccionan solo como suplente, pero el colmo es asignarla en una prueba que ella no domina y por ende no se ha preparado; “Me partieron el alma” Sería la respuesta de la ciclista.

¿Era solo el comodín de la federación de ciclismo para cubrir un hueco? ¿Hasta ahora pondrán atención a la atleta cuando desde hace  semanas levantaba la voz pidiendo explicación? ¿Por qué no fue seleccionada en la categoría en la cual es especialista?

Invertir al deporte no se logra en poco tiempo  ¿cuánto tiempo es necesario para lograr consolidar una élite deportiva? Pero ojo, tratando que  después ya preparados no  les cerramos las puertas como a la ahora medallista de plata por Holanda, Gabriela Bayardo, que con ese triunfo vino a echar sal en la herida de la CONADE…

¿Cuánto daño hacen los faltos de preparación, los egoístas,  los de traje y corbata al deporte mexicano?

Los comentarios “deportivos” al calce de cada justa e incluso en la presentación y desfile de los países invitados deja mucho que desear, estuve un rato mirando por azteca la inauguración de los Juegos Olímpicos y me resonaron varios comentarios que sin querer queriendo, —palabras más, palabras menos—  Enrique Garay soltaba : “Haití el país más pobre, está aquí “; faltó mencionar Panamá el país más corrupto, EEUU el más injerencista, Israel que tiene sometido a Palestina, ah , miren también vino Palestina…  y así, digo para estar parejos...

También el mencionado comentarista más de una vez subrayó el poco apoyo que “ahora” tiene el deporte mexicano ja…  ¿Ahora? Los lectores de teleprompter deportivo saben perfecto la corrupción con nombres y apellidos en cada disciplina pero fingen demencia a conveniencia.

¿Se olvidaron de la  manipulación de tiempos  por parte de la federación  de natación en México rumbo a Kazan 2015, los cachirules, el coto de poder creado en la marcha, el mismo tae kwon do tan dividido y con tantas escuelas patito que solo cobran por subir color de cinta…? Oscar Salazar es el claro ejemplo de desaliento en el deporte mexicano emigrando a donde reconocen  su talento, ¿Cuántos más conoces?

Las trampas deportivas no son prioridades de México…

Aquellos  Juegos Paralímpicos de Sídney 2000, donde el  equipo de básquet de la Real Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales, ganara el oro,  descubriéndose a la postre que solo dos integrantes eran discapacitados, los demás jugadores españoles no tenían ningún tipo de discapacidad intelectual… ¡Ups!

O los atletas rusos de doping en Río, hablando de rusos,  el pentatleta ruso Boris Onischenko quedó  en la historia por su trampa de Montreal  76, y el famoso un interruptor eléctrico en su florete. ¡Se despachó puntos a su antojo!

Carl  Lewis había dado positivo a pruebas antidopaje de cara a los Juegos Olímpicos de Seúl, pero era el mejor y una simple aclaración acabaría todo, sin embargo la mancha perdura.

Pifias,  ridículos, egocentrismo…

La Selección mexicana de béisbol,  con 24 integrantes, de los cuales 11 militan en los Tomateros; cuatro son de los Naranjeros de Hermosillo, tres de los Cañeros de Los Mochis y dos de los Mayos de Navajoa. Ni tardos ni perezosos se tomaron tremenda foto en los aros olímpicos , pero con la playera de LOS TOMATEROS, ja, las críticas no se hicieron esperar, sobre todo porque el Comité Olímpico Mexicano, COM, por sus siglas,  tiene un contrato con la marca china Li-Ning prestando servicio y vistiendo  a todos los deportistas mexicanos durante los Juegos Olímpicos, sin omitir al  equipo de fútbol el cual  tiene una exclusividad con la marca alemana Adidas, y sobre todo; ¡ Van representando al país no a Culiacán! ¡Vaya metida de pata!

Los tomateros presumieron esa foto en su página oficial, pero después con el revuelo la retiraron… ¡Les digo! ¿¡Qué necesidad!?

De ahí el título de la columna… La importancia de cumplir las reglas, actuar con ética y compañerismo en los deportes.

No cuesta mucho y no es pedir demasiado, ¿o sí?