El ejercicio democrático de hoy nos demostró que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sigue vigente, con fuerza, gobernando y cautivando.
Un ejercicio inédito, sin duda.
Ocioso para algunos e importante para otros
A mí el término " opositores” no me ha gustado jamás. Pienso que en una sociedad medianamente civilizada, como en la que se supone vivimos, no hay opositores, contrarios, enemigos. Lo que hay son personas con distintas visiones, formas de vida o de pensar.
Pero el caso es que la consulta para decidir si AMLO se quedaba o se iba metió mucho ruido y de nuevo sacó a los mexicanos a votar.
En otro sector, el inconforme, sí, esos, los “opositores”, aquellos que, como dijera el clásico, ‘ningún chile les embona” se quedó como siempre: sin hacer nada. Y voy más allá: se quedó pasmado.
Suelen ser tan flojos (quizá me veo tibia con el término) que ni para salir a decir que no, se mueven.
Siguen siendo inmaduros al pensar que la democracia la hacen unos cuantos, de los que al parecer no forman parte.
Si no querían que se quede, era su gran oportunidad.
La democracia, insisto, se construye en las urnas. No con gritos infantiles , no con quejas, no con casas de campaña.
El punto es que después de una jornada inédita, en una fecha en la que muchas personas podrían ignorar el llamado a las urnas (las vacaciones de Semana Santa son más atractivas que una votación para muchos), en la que hubo pocos incidentes y mucho entusiasmo, al momento de escribir estas líneas va ganando el deseo de conservar a López Obrador en la presidencia hasta que culmine su mandato.
Y lo demás es suposición.
Ojalá los miles de quejosos, esos que dicen ser mayoría, demuestren su poder haciendo valer su voto cuando se les pide, o de lo contrario seguirán siendo el hazme reír.
Por cierto …
Aunque muchos morenistas o pseudo izquierdistas celebren que la consulta de hoy los corona como ganadores hacia el 2024, no deben cantar victoria.
Al día de hoy seguimos viviendo el fenómeno AMLO, pues es su figura, su presencia y su liderazgo lo que mantiene al partido en el poder.
En realidad lo que deben hacer los suspirantes y aspiracionistas es ponerse a trabajar como Andrés Manuel lo ha hecho por décadas, pues si esperan llegar con la mesa puesta pueden llevarse una sorpresa.
Andrés Manuel es Morena y Morena es Andrés Manuel.
Si quitamos su figura del escenario, el partido en sí está muy venido a menos, sin bases reales, con muchos patéticos trepadores.
Es ahora o nunca.
¿O esperan a ver cómo se les acaba el mundo en las próximas elecciones?
Ojo ahí. Que en verdad nada está escrito .