PROMETEO

La situación económica mexicana en lo macro si bien estable y destacada en varios rubros relevantes como las reservas internacionales o bien su ultimo desempeño reportado en el PIB post pandemia y que se estima supere el 3% en este año 2022, pese a los nubarrones del pesimismo de algunos opinologos, a pesar de que México no es un país pobre, el tema de desigualdad es su lastre de décadas, no solo a nivel de las personas, sino también de las empresas.

Es un hecho que las grandes corporaciones mexicanas que tienen los medios para competir y generar crecimiento en sus sectores, ya sea comunicaciones, construcción, bebidas y alimentos o bien como proveedores en el sector automotriz. Sin embargo, para la mayoría de las empresas mexicanas esas fortalezas no son iguales, pues se carece de acceso a financiamiento, a procesos menos sobre regulados y a establecer mecanismos de integración vertical que apoyen el nearshoring.

El pésimo y deficiente estado de derecho mexicano, que genera altos costos por recurrir a tribunales, más la incertidumbre jurídica por los excesivos tiempos procesales, afectan la estabilidad de las MYPIMES mexicanas, por lo que la relación con proveedores y clientes no es una ruta confiable como sucede en los Estados Unidos que es nuestro principal socio comercial con más del 80% de nuestra actividad comercial. En una de las charlas mañaneras de la pasada semana el Presidente López Obrador hacía referencia a que no es lo mismo la administración pública que la administración privada, sin duda así lo es.

Pero tampoco se puede reflexionar sobre un tema en el cual no se ha desempeñado con elementos propios que valoren y diferencien la importancia de ambas para vida política y económica del país. Si realmente hubiésemos tenido administradores públicos eficientes y honestos, no habría la situación de deuda acumulada, corrupción generalizada y la desigualdad regional social y empresarial, que han sido factores para incentivar violencia y abusos de diferente índole y lo cual solo es síntoma de impunidad social y empresarial.

Así es México no es un país pobre, es un país de desigualdad y contrastes en materia empresarial, desde el emprendedor, pequeño o mediano empresario que temen que lidiar para obtener citas con el SAT o con dependencias regulatorias de diverso tipo federales o locales para operar de manera normal, hay que adicionar la inseguridad en materia comercial por robo en transporte, ambulantaje que afecta al comercio establecido sin tregua con productos de dudosa procedencia y que no estarán ahí en la venta sin la venia de autoridades corruptas en todo el país.

Las MIPYMES son la columna vertebral de nuestra economía, son 4.2 millones de empresas registradas en el país y que contribuyen con el 55% del PIB y el 80% del empleo formal en México.

Las Grandes Empresas en México son 5,630 identificadas como tal en el SAT que participan con el 22% del PIB y el 20% del empleo formal.

El reto es la informalidad que genera el 23% del PIB y que registra el 56% del empleo en la informalidad. Modelo estimulado por todos los gobiernos de un color u otro, pues se asocia a corrupción, impunidad, clientelismo y competencia desleal fomentada por las estructuras de gobierno en todos sus ámbitos (federal, estatal y municipal).

La población económicamente activa (PEA) es del orden de 58 millones de personas para el cierre de 2022, de los cuales 32 millones están en la informalidad y 26 millones dentro de la formalidad. Esa desproporción de la informalidad, limita el desarrollo e igualdad, además que estimula la migración a grandes ciudades, por lo que es un fenómeno que no solo afecta a la zona metropolitana de la CDMX, sino a zonas metropolitanas en Guadalajara, Monterrey, Puebla, Tijuana y que también ya se observa en medianas ciudades.

Los gobiernos futuros deben desarrollar fórmulas prácticas y medibles que año con año vayan integrando a la formalidad a las personas, pues los temas de pensiones de una población que se avejenta y con los apoyos asistenciales, serán una verdadera presión en el presupuesto en los próximos 20 años.

De 180 países que son analizados por Visual Capitalist, refleja que México por su PIB (GDP) es la 15ª economía mundial, si identificamos esto en 3 grupos clave, podremos identificar en el grupo 1 a USA, China, Japón, Alemania y la India. En el grupo 2 a Reino Unido, Italia, Francia, Canadá y Rusia y en un tercer grupo a Corea del Sur, Australia, España, Brasil y México.

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Sin duda la desigualdad, la falta de un estado de derecho para los negocios, ha limitado nuestra excelente posición geográfica, el bono poblacional y los recursos naturales con los que contamos, está en nosotros dar el salto de calidad, es necesario presionar por las vías legales y con inteligencia y cambiar la dinámica que las autoridades mismas han limitado por décadas para tener un crecimiento sostenido y que sin duda sería factor para desarrollar a las diferentes regiones del país.

Es necesario que las MIPYMES se integren en cadenas de valor al nearshoring, el 95% no lo hace, solo el 5% que si lo hace ha tenido acceso a otros mercados, logrando mayor estabilidad en la demanda y en los precios de sus insumos. Aprovechar el T-MEC, en especial en zonas fronterizas y en zonas de corredores industriales del sector automotriz. El tren Transístmico en mi opinión es el caballo negro para detonar economía en la región sur para la conexión del sureste, el pacífico, la costa este de USA y Centroamérica, sin embargo, la información de avance refleja que no es superior al 60% y eso retrasaría la inversión privada nacional y foránea.

La Microempresa, si bien está en el mapa de todo el país, está concentrada en un 40% en la zona metropolitana de la CDMX, En Puebla el 12%, en Veracruz, el 12%, en Jalisco el 10%, Guanajuato el 8%. Esto es que en 5 entidades se concentra el 80% de la Microempresa.

De igual manera la Pequeña y Mediana Empresa están concentradas en la zona metropolitana de CDMX el 30%, Monterrey el 20%, Guadalajara 12%, León 10%, Torreón 8% (el 80% en 5 zonas metropolitanas). Situación similar de alta concentración en pocas entidades. Esto refleja la necesidad de generar cadenas de valor y proveeduría en cada región del país para estimular la creación de visión empresarial y no de la dependencia de grades corporaciones o de los gobiernos en sus distintos ámbitos. El único factor de crecimiento sostenido para el PIB es el sector privado y está en las MIPYMES. Fuente INEGI.

Hay entidades como Baja California, Querétaro, Aguascalientes y San Luis Potosí, que han impulsado un fuerte desarrollo industrial y comercial. Es importante destacar que una cosa es la contribución al PIB nacional y otra es crecimiento sobre bases distintas, pues hay entidades con crecimiento en el PIB, pero cuya base aun es modesta con otras regiones del país.

El Sector Financiero privado, también refleja desigualdad, desde los bancos nacionales con participación privilegiada, luego bancos multirregional y los segmentados, realmente la concentración del 80% del negocio en 5 entidades financieras no es un buen indicador y más siendo entidades mayormente extranjeras. La salida de Citi es necesaria para reactivar a Banamex y que este recupere mercado y competitividad que no le será fácil en mínimo 25 años. Pero qué pasa con el resto de los más de 40 bancos que si bien pueden hablar de su rentabilidad con base a su capital, sin embargo, enfocados a ello vía las remesas, compra venta de divisas, créditos al consumo y los menos a hipotecas y empresarial.

Ya no se diga del sector financiero especializado (Sofomes, Uniones de Crédito, Sofipos, principalmente) que han sido ignorado y descuidado por esta administración y a la que se les aplica sobrerregulación en supervisión de parte de CNBV y Condusef, así como la falta de acceso al fondeo institucional. Esa desigualdad en el sector financiero se replica en la actividad económica de las empresas y las personas.

Los temas están en la mesa, los responsables deben tomar decisiones correctas, implementar y ejecutar de manera eficiente.

Aún están en nuestra memoria los aromas de las cenas navideñas y los sabrosos recalentados, viene a mi memoria La Navidad en las Montañas de Ignacio Manuel Altamirano (1834/1893), en la que se reconcilian dos pensamientos opuestos, porque al final buscan lo mejor solo que con visiones de sus realidades y vivencias diferentes que deben conocerse.

A días de concluir el año 2022, mis mejores deseos a los lectores para este año 2023.

Columna de Mario Sandoval Chávez

Twitter: @MarioSanFisan | PROMETEO (previsión/prospección) |CEO FISAN SOFOM ENR

Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex Presidente Nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx