Se ha escrito ya demasiado sobre las consecuencias en el panorama político, especialmente para el Partido Acción Nacional, del juicio a Genaro García Luna, donde el ex súper policía de Felipe Calderón resultó culpable de los cinco cargos por narcotráfico de los que fue acusado.

Mucho se ha escrito, sí; pero a pesar de los ríos de tinta que han corrido no me parece que se haya tratado aún el tema con la seriedad y gravedad que merece, puesto que nadie ha puesto aún el dedo en la llaga: el veredicto a García Luna en efecto es la evidencia contundente de que el PAN derivó en los últimos años en un nido de corruptos y delincuentes; pero de nada sirve tener el diagnóstico si no se acompaña con el tratamiento, y eso es lo que nadie parece atreverse a decir.

Que el PAN es un cáncer para la vida de México es una percepción cada vez más extendida en la opinión pública; entonces ¿por qué no hablar de lo que debe hacerse para extirpar dicho tumor? Mientras no se tomen medidas radicales para ello, el mal seguirá creciendo, contaminando todo a su alrededor, infectando el cuerpo de la República, e impidiendo la regeneración total de la vida pública del país.

No habrá Cuarta Transformación que sea sostenible a largo plazo mientras el PAN siga existiendo como organización política, pues en ese carácter tiene acceso a posiciones de poder y prerrogativas que usa para sabotear y dinamitar cuanto se hace por enderezar el rumbo del país. Dígase claramente: para que México tenga futuro, es necesario desinfectar, quitar la pus panista y cerrar para siempre la llaga sangrante que el panismo ha representado para la nación en las últimas décadas.

Es por ello que postulo aquí una serie de pasos que, a mi juicio, es necesario implementar a la brevedad para erradicar del cuerpo de la República el virus que la carcome. Los he llamado los pasos para des-emPANizar a México:

1. Ilegalizar al PAN

El Partido Acción Nacional perdió hace mucho el rumbo como partido político y hoy funciona como una franquicia del crimen organizado, por lo que lo primero que debe hacerse es declararlo oficialmente como lo que es: una organización criminal. Ello permitirá aplicar todo el peso del Estado y el marco jurídico vigente para comenzar a desmantelarlo.

2. Expulsión de panistas de todos los cargos públicos

Una vez declarado como asociación delincuencial para asegurarse que no siga funcionando a futuro, será también necesario cortar de tajo el daño que representan los panistas que actualmente ocupan cargos públicos o representación electoral. Para ello, se deberá desaforar o destituir, según sea el caso, a todos los legisladores o servidores públicos actualmente en funciones, que provengan de las filas de esa organización delictiva.

3. Registro Nacional de Panistas

¿Y qué hacer con los millones de panistas “de a pie”, es decir los militantes de dicho instituto que ni son legisladores ni ocupan algún cargo en el servicio público, pero que simpatizan con la ideología panista? Sería absurdo pensar en castigar a todo aquel que haya formado parte o manifestado su simpatía por ese partido. No obstante, sí resulta vital llevar un récord de todos ellos, pues para la reconstrucción política que vendrá será sumamente importante, que ésta no se vea contaminada por malos elementos que provengan o tengan un pasado en dicho partido político. Es por eso que propongo una amnistía general para todos los panistas de a pie; pero al mismo tiempo la creación de un Registro Nacional de Panistas, para garantizar que ninguno de ellos vuelva jamás a ocupar un cargo público en este país.

4. Programas de reeducación

Son profundas las raíces del clasismo, el racismo, el individualismo y demás lacras que el panismo se encargó de sembrar en México durante muchos años. La juventud mexicana sufre hoy las consecuencias de un lavado de cerebro absolutamente criminal que por décadas le han hecho, para convencerlos de que nada hay más importante que el éxito material; que la solidaridad y el humanismo son conceptos “anacrónicos”; que vale más quien posee más, y demás dogmas panistas que han podrido la mente de nuestras generaciones. Urgen intensivos programas de reeducación desde los niveles básicos hasta el posgrado, para arrancar esas semillas contaminadas y comenzar la tan necesaria reconciliación nacional.

5. Prohibición de la parafernalia panista

Para que esta labor de limpieza ideológica se pueda sostener en el largo plazo hasta lograr su objetivo purificador, debe prohibirse la exhibición y la apología de cualquier tipo de parafernalia panista: membretes, colores, símbolos, lemas, escudos, himnos… Tal como en la Alemania moderna está prohibida cualquier expresión o apología del nazismo, debe ocurrir igual, en un futuro no muy lejano, con todo lo relacionado con el panismo.

Las raíces del odio sembradas por el PAN durante décadas en la población mexicana son profundas y dañinas. CERO tolerancia a la intolerancia.

Twitter: @Renegado_L