He escrito este artículo con el propósito, evidentemente buenaondita, de ayudar a don Héctor Aguilar Camín a vender más ejemplares de su reciente libro, La dictadura germinal. Diario de la destrucción de la democracia mexicana.

Aguilar Camín necesita dinero. Perdió una fortuna con la 4T, que le quitó muchos millones de pesos que recibía de los gobiernos del PRI y del PAN. Le pagaban por varios conceptos: uno, publicidad para su revista, Nexos; otro, compra de innumerables ejemplares impresos de esa publicación, y lo más importante: apoyos directos en moneda sonante y contante —y constante— que recibía por cualquier actividad intelectual. De lo último hay evidencia de sobra, como la exhibida por Claudia Sheinbaum el pasado diciembre: cartas de Aguilar Camín al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari en las que suplicaba por más lana porque la recibida no le alcanzaba.

Aguilar Camín, enojado por sus pérdidas monetarias con la 4T ha decretado que la democracia murió en México. ¿Lo argumenta con objetividad? Por supuesto que no: el colaborador del diario Milenio simple y sencillamente dice, por sus puros güevos, que hay dictadura, y ya.

Por cierto, además de que decreta la dictadura por sus güevos, su libro, que empieza a circular estos días, es el de un güevón: no es un texto nuevo redactado para que lo publicara la editorial Debate de Penguin Random House.

Ese libro, ha confesado el autor en Milenio, “está extraído de las columnas que fui escribiendo y publiqué en este mismo espacio, entre julio de 2018 y diciembre de 2024. Mis impresiones y reflexiones de cada día no fueron cambiadas para esta edición, conservan la impronta del momento”.

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Aunque sea de mal gusto proclamar solo por enojo —y por sus güevos— la falsa muerte de la democracia mexicana, y además hacerlo como todo un güevón que ya no quiere trabajar, se le desea a Héctor Aguilar Camín que venda muchos libros.

Creo que se quedará lejos de su objetivo: vender millones de ejemplares para recuperar lo que recibía de los gobiernos del PRI y del PAN y que la 4T le quitó. Pero algo le ayudará si coloca dos o tres mil entre sus amistades y el público conservador.

¿Dañará a la 4T el libro de Aguilar Camín? Por supuesto que no. Al gobierno de la presidenta Sheinbaum esa recopilación de columnas periodísticas le hará lo que el viento a Juárez.

En efecto, como el viento al Benemérito, el libro de Aguilar Camín al gobierno de izquierda cuando mucho le volará el sombrero y en cualquier caso le campaneará los güevos.