A pesar de los avances tecnológicos y de la globalización en esta época contemporánea, los derechos humanos de las niñas, adolescentes y mujeres se siguen violentando. Existen avances significativos en la conciencia sobre la vulneración de este sector, pero aún no es suficiente porque la violencia continúa.
La educación a nivel mundial se encuentra en un estancamiento. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destacó en 2023 que “122 millones, es decir, el 48% de la población sin escolarizar, son niñas y mujeres jóvenes”.
Desde cualquier trinchera podemos levantar la voz, en las escuelas, en las oficinas, en las calles, en los medios de comunicación, en la academia y en las empresas, las voces de las mujeres se tienen que escuchar más fuerte para que nuestras demandas sean atendidas, durante la exigencia del respeto a los derechos humanos.
En lo particular, me gusta recordar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, fue encabezada por una mujer llamada Eleanor Roosevelt quien hizo equipo con otras mujeres y hombres de diversos países y lograron emitir dicha declaración que aún sigue vigente en el siglo XXI, y que es referente nacional e internacional para el respeto de los derechos humanos. Más de 190 países están comprometidos a respetar sus 30 artículos, incluido México.
La enorme brecha que aún existe entre hombres y mujeres en todo el mundo, es una grave problemática, porque no nos ayuda a avanzar en el respeto a los derechos humanos de niñas, adolescentes y mujeres, porque siguen, seguimos siendo vulneradas ante las sociedades machistas.
El reto es terminar con la cultura patriarcal que normaliza la desigualdad desde los hogares y en los gobiernos, necesitamos tener más educación en las escuelas, desde la niñez, para dar a conocer los derechos humanos y el respeto que merecen. No podemos avanzar cuando hay falta de conocimiento, hasta en los propios gobernantes.
Nos enfrentamos a una problemática terrible, la falta de educación a nivel mundial. “El déficit de financiación para que los países alcancen las metas del ODS 4 (Educación de calidad) asciende a 100.000 millones de dólares estadounidenses anuales y es urgente colmarlo”. (UNESCO, 2023)
Necesitamos conducirnos con perspectiva de género. Nos enfrentamos a una contradicción moral, proclamamos los derechos humanos como universales y no negociables, pero se le niegan a la mitad de la población en el mundo.
Verdaderamente esto es inconcebible, la violencia sexual y las violaciones a los derechos humanos en diversos contextos como migración, guerra o crimen organizado siguen siendo utilizadas como herramientas de poder. Muchas víctimas no encuentran justicia: se enfrentan a sistemas judiciales insensibles, revictimizantes y patriarcales.
La lucha por el respeto a los derechos humanos es incesante, todos los días se violan los derechos de millones de personas en todo el mundo, las cifras no son solo cifras, son personas que no tienen calidad de vida, los medios de comunicación nos informan del sufrimiento en el mundo. No nos deshumanicemos.


