Hemos estado tan inmersos en el caso de la aerolínea Transportes Aeromar, que la situación de ABC Aerolíneas S.A. de C.V. ha quedado en un segundo plano mediático ¿Cómo va el caso de Interjet?

A comienzos del mes de febrero tuvieron reuniones de trabajo tanto el gobierno federal, a través de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, el “vocero” de Interjet Carlos Del Valle, y por supuesto el sindicato, para ver qué salida se le podía dar al conflicto.

Para rememorar y tener fresca toda la información, diremos que Interjet paró operaciones en diciembre del 2020 y desde entonces el director adjunto Carlos Del Valle no se ha cansado de decir que la empresa se encuentra en una restructura, y que pronto volverá a emprender el vuelo.

En una de las últimas entrevistas que dio el año pasado, dijo que “ya en el mes de enero” Interjet iba a surcar de nueva cuenta los cielos, que ya habían negociado con los acreedores, y que incluso ya contaba con el personal listo para volar.

Quienes conocemos las entrañas de la industria aeronáutica sabemos que sus declaraciones son solo mediáticas, y por decirlo de algún modo, “sueños guajiros”, porque la realidad es muy distinta.

La huelga por parte de los trabajadores es un expediente abierto y vigente, desde enero del 2021, fecha en que, quiero remarcarlo, estallaron la huelga ya con una aerolínea sin operaciones.

Por otro lado existe un proceso de Concurso Mercantil solicitado por un acreedor -y no por la compañía aérea-, representado por el despacho de abogados Aguilar Amilpa, que desde un principio solicitaron al juez la etapa de quiebra. Es decir, no es que Interjet haya pedido su reestructura, simplemente se está defendiendo de sus muchos acreedores.

Sin embargo, el juzgado tiene la obligación legal de escuchar al demandado, e Interjet, en lugar de aceptar pasar a la etapa de quiebra (lo que hubiera facilitado el pago del dinero que debe), dijo que podía reestructurarse y conseguir capital fresco.

En ese orden de ideas, el juzgador abre la etapa de “conciliación” y en palabras llanas les dice a las partes: “pónganse de acuerdo en cómo van a arreglar este entuerto”. En el caso de los trabajadores y la huelga, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ya dictó una sentencia que condena a la aerolínea al pago de los trabajadores, cuyo adeudo ronda los 2 mil millones de pesos.

A este adeudo debe sumarse lo que Interjet le debe a los pasajeros: alrededor de 144 millones de pesos, por incumplimiento de contrato, más los 44 mil millones de pesos que debe a otros acreedores, más 30 mil millones de pesos que adeuda al SAT. Debemos señalar que la autoridad fiscal incluso estuvo en la disposición de disminuir el monto del adeudo, hasta quedar en 10 mil millones de pesos, si Interjet demostraba seriamente su disposición a pagar. La aerolínea “dejó en visto” al SAT.

Con estos antecedentes, vayamos a lo sucedido en la reunión que les comenté al principio. Trascendió de manera extraoficial, que su Sindicato, la Sección 15 de la CTM, con Joaquín del Olmo al frente, le dio la siguiente información a sus agremiados:

“Buenas noches compañeros, hoy 2 de febrero del 2023 se tuvo una videoconferencia en la que se informó que la empresa Interjet ofreció a sus trabajadores reiniciar operaciones, liquidando a sus trabajadores parte de sus derechos con acciones de la empresa, a lo cual la respuesta de los trabajadores a través de la representación sindical, será que con la intención de avanzar en las negociaciones se les liquide a los trabajadores el 50% de lo que se les adeuda ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, como señal de buena voluntad y posteriormente negociar el tema de las acciones, firmando un convenio con apoyo de la Secretaría de Gobernación, por lo que quedamos pendientes a que la empresa de una respuesta a dicha propuesta, los mantendremos informados, pendientes”

Sección 15 de la CTM

La propuesta por parte de la administración de Interjet ha ido mutando con el paso del tiempo. Nada más hay que recordar que en agosto del año pasado la oferta era sobre la “recontratación” de poco más de mil trabajadores, pagándoles solo el 20 por ciento del total de la deuda que se tiene con ellos, y que en el caso de no querer volver a trabajar en las filas de Interjet, liquidarse con el 30 por ciento del total adeudado.

Además de que por la vía jurídica, la empresa ha buscado cómo desafanarse de esa deuda con los trabajadores, quienes estuvieron meses trabajando con toda la actitud y ganas de sacar adelante las operaciones aunque no recibieran salario. Ahora los “dueños” buscan regatearles ese esfuerzo que hicieron.

Hasta el momento que escribo estas líneas no se ha tenido la respuesta por parte de la empresa a la postura del sindicato, pero podemos adivinar que no es lo que buscan los administrativos de Interjet, pues el pago del 50% de la deuda de los trabajadores correspondería a tan solo mil millones de pesos, y en los hechos han demostrado que no tienen intenciones de pagar lo que deben.

Lo que Interjet tiene es una concesión que otorga el Estado Mexicano, por ende, éste tiene la obligación de velar que se haga un buen uso, pero en el mundo real y no solamente en el de las ideas.

Con todo el actuar de la empresa, era de esperarse que el gobierno ya le hubiese retirado la concesión, pero parece que le aterra tomar al toro por los cuernos; ha preferido que todo termine por reventar, con la intención de “lavarse la manos” de su corresponsabilidad.

Podemos resumir: Interjet ni ha levantado el vuelo, ni ha pagado todo lo que debe, ni la autoridad ejerce su poder obligando a los dueños a ser responsables.

Si tuviéramos que explicarlo en pocas palabras: todos se avientan la papa caliente tratando de evitar a toda costa su responsabilidad; mientras, que se “jodan” los trabajadores y usuarios de la aerolínea.