A ver… sí, la gente está muy enojada, decepcionada, frustrada. Se percibe una sensación de desánimo e incertidumbre en una gran parte de los mexicanos, esa es una realidad que no podemos negar, seamos realistas y seamos sinceros.

No son pocos los que no estamos de acuerdo con la forma en que se ha llevado este gobierno.

La verdad es que sí… se “respira” un ambiente de mucha hostilidad en las redes sociales, esas que parece que no pesan, pero pesan y mucho.

Y yo creo que al presidente AMLO le agobia que este descontento se va replicando cada vez más y más.

Tenemos todos claro lo que nos hace enojar y el presidente lo sabe. No es que no sepa lo que no está bien, lo sabe. No es que no sepa porqué estamos enojados, lo sabe. Lo tiene claro él y lo tenemos claro nosotros.

Repetirlo es caer en la redundancia y es como entrar en un laberinto sin salida.

Aquí está lo evidente, lo que por más que se quiera ocultar, no se puede. Ahora bien, yo quisiera preguntarle al Presidente de México: ¿En qué lo podemos ayudar? Desesperadamente ha intentado desde el uso de su poder atacar y contraatacar a los que no comulgan con el, a los que lo señalan y lo critican.

Pero el presidente debería de tener más humildad y menos soberbia para, lejos de seguir atacando desde Las Mañaneras, aceptar que necesita de nuestra ayuda, la de aquellos que no creemos, la de aquellos que estamos desilusionados, hartos o enojados, y entonces le diríamos ¿En qué le ayudamos Señor Presidente? ¿Cómo podemos hacerle para que este barco no se hunda? ¿Cómo podemos, como opositores, ayudarlo y apoyarlo?

Hoy estuve escuchado un discurso muy bueno y profundo que dio Mauricio Kuri, Gobernador de Querétaro, con un llamado a la conciliación y a La Paz. Llamando a que la sociedad estuviera unida pero no contra este Presidente, porque decía y suscribo, que si a él le va mal nos va mal a todos, pedía enfoque para poder apreciar el logro que era para todos los mexicanos el tener un nuevo aeropuerto, me encantó que es el primer gobernador que no es de Morena, llamando a La Paz y a la reconciliación con el Presidente AMLO. Y este discurso me llevó a esta reflexión, vuelvo a preguntar: ¿en qué podemos ayudar al Presidente? Pero tristemente creo que es un hombre que no se deja ayudar, que ya no escucha ni atiende lo que queremos decirle porque a la primera que siente que no es una porra lo que se le avienta se pone a la defensiva. O simplemente ignora y se va.

Necesitamos a un presidente que sea más como cualquier ciudadano. Con más humildad para oír, para ver y para perdonar. Yo tengo la certeza de que feliz no le hace saber que muchísima ciudadanía no está contenta con su forma de gobernar. Yo no creo que eso a él no le importe. Sí le importa y le importa cada vez más.

Entonces, ¿cómo podemos ayudarle si nos agrede y nos ataca todo el tiempo?

Yo sé, ha sacado su pañuelo blanco varias veces pidiendo paz, pero enseguida algo pasa y trasciende, que se rompe el propósito de su pañuelo blanco.

El Presidente AMLO tiene que ir más allá de ese pañuelo blanco. Necesita trabajar en sus emociones, sus enojos y rencores pasados.

Y que milagrosamente más pronto que tarde nos regale una mañanera libre de ataques contra la prensa, o contra los que él considera conservadores, o contra los que llama despectivamente “intelectuales”, o contra los youtubers, o contra los periodistas, o contra Felipe Calderón, o contra Ernesto Zedillo o contra tuiteros.

Necesitamos que sea él la clave para empezar a trabajar en La Paz, La Paz que como ser humano él y yo y todos pedimos y necesitamos.

¿En qué lo ayudamos, Señor Presidente?