El 31 de julio de 2015, la colonia Narvarte de la Ciudad de México fue testigo de una tragedia que conmocionó a todo el país: el asesinato brutal de cinco personas - Rubén Espinosa, Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Mile Virginia Martín y Alejandra Negrete –.
Sus vidas, truncadas por la violencia extrema – disparos, tortura, y en algunos casos, violencia sexual – nos recuerdan la urgencia de construir un México donde la justicia prevalezca.
Inicialmente, la investigación apuntó a un robo. Sin embargo, la evidencia irrefutable – la planificación meticulosa, la brutalidad del crimen y la participación de una extensa red criminal (al menos 15 personas, según datos de la organización Artículo 19) – reveló una verdad mucho más oscura: una ejecución premeditada. Aunque tres personas han sido sentenciadas, la lucha por la justicia está lejos de terminar.
Las familias de las víctimas y sus abogados han presentado pruebas contundentes de la participación de al menos un cuarto cómplice, conocido como “El Duy”, quien permanece prófugo. Además, se ha documentado la existencia de una red de al menos diez personas que se comunicaron antes, durante y después del multihomicidio, sin que se hayan tomado acciones significativas para investigarlos y llevarlos ante la justicia. La identidad de los autores intelectuales y el móvil del crimen siguen siendo un misterio.
Esta falta de justicia no solo afecta a los deudos, sino que también envía un mensaje devastador: la vida de quienes denuncian la corrupción y la injusticia parece carecer de valor.
Diez años de silencio cómplice. Diez años de dolor para las familias que claman por justicia, por respuestas que el Estado se niega a dar. Esta impunidad no es solo una afrenta a las víctimas; es un golpe a la sociedad mexicana, un mensaje aterrador que resuena en cada rincón del país: la vida de quienes alzan la voz contra la corrupción y la injusticia vale menos que nada.
La lucha continúa, y la memoria de las víctimas nos guía en este camino, exigiendo respuestas a las preguntas que siguen sin respuesta: ¿quiénes son los autores intelectuales? ¿Cuál fue el móvil del crimen? ¿Por qué la impunidad persiste? La búsqueda de justicia para Rubén, Nadia, Yesenia, Mile y Alejandra continúa, y debe seguir hasta que se haga justicia completa.