COMO VEO DOY

Arribamos al 8° y último round de la pelea más grande de la historia, así la promueve el INE, como si fuera un honor medir la grandeza por el tamaño del padrón electoral. Ambas tercias de contendientes, sangrando por nariz y boca y con el hígado destrozado, terminaron el combate de pie. Ahora sigue, en unis días, el veredicto del público votante. Apreciado Lector, gane quien gane, el perdedor de las elecciones será el Pueblo, concretamente el G-84.

¿Por qué?, porque si gana la oposición las cosas volverán al manejo de la economía de antes cuyo funcionamiento conduce a concentrar el ingreso en una pequeña parte de la población y, en consecuencia, a crecer el número de pobres. No se trata de hacer un juicio moral sobre la economía, sólo de puntualizar una evidencia. Por otra parte, si la oposición pierde, hará todo lo posible para bloquear que la acción del gobierno pueda llegar a los que menos tienen y paliar, en lo inmediato, la grosera brecha social que se sigue ampliando.

Ello será así, no por denostar a la oposición, si no por lo que se ha visto y mostrado durante la corta pero violenta campaña electoral. De modo que no será extraño observar que se frenen proyectos de inversión privada, escasez de productos, alzas de precios, devaluación y fuga de capitales entre otras acciones que ya han ocurrido en otros gobiernos menos combatidos.

Se necesita un Presidente fuerte

Para que la situación cambie realmente y se puedan transferir recursos de una parte de la sociedad (la que quiere que el gobierno no le estorbe) a la otra parte (la que necesita que el Estado la apoye), se necesita un Presidente fuerte lo cual, sin ser garante, solo se puede lograr con una mayoría en la Cámara de Diputados afín al proyecto de gobierno. Esto es algo que aún está por verse. Falta poco.

Así las cosas, “Un buen gobierno puede con ambos retos y crear un ambiente de libertad y competencia que genere inversión productiva y empleos y apoyar a los más necesitados con buenos servicios y sustento extraordinario” S. Roel, Detona, 26/5/2021. Se dice fácil. Pero sí se puede. Si es así y este gobierno gana, podrá romper con una economía basada en los subsidios, exención de impuestos, evasión fiscal, facturación simulada, “mordidas”, improductividad, salarios deprimidos y tanta incompetencia, corrupción e impunidad que, a fuerza de volverse costumbre, el tratar de ordenarla parece cosa del diablo, de comunistas, de autoritarismo. En fin.

El empresario entiende perfectamente, que cada peso que caiga en manos del G-84, es oxígeno puro para estimular la demanda global que le hará aumentar sus ventas y, en consecuencia, sus ganancias. Pero, como ya se dijo, está acostumbrado a otra forma de hacer negocios y no será el primero que dé un paso al frente. Para atrás tampoco.

Gane quien gane

Luego entonces tendrá que ser el gobierno, gane quien gane, repito, el que haga detonar esa enorme fuerza contenida en el G-84, que es la verdadera riqueza natural de nuestro país. Le recuerdo que el G-84 se refiere al grupo de 84 millones de pobres (70% de la población ) que sobreviven en este país, según un estudio de la CEPAL.

Por ello resulta ilusoria la idea de que somos un país rico porque en nuestro territorio hay minas de oro y plata, petróleo, extensos litorales, agua (ahora hay sequía en varias regiones) y tierra fértil y muchas otras cosas. Pero eso no nos hace ricos, si no el resultado del trabajo productivo, trabajo que está en la gente hoy depauperada y que contiene la más poderosa fuente de energía, crecimiento y desarrollo, para hacer de México una potencia mundial: el G-84, claro que sí.

Rendijas

Yalitza Aparicio en su lucha contra la discriminación racial, asegura que es pura sabrosura. ¡Apuesto a que sí!

The Economist, admirada y respetada revista británica a nivel mundial, convertida en pasquín amarillista, critica las decisiones de un gobierno soberano, recomienda a otro que lo vigile y promueve por cuál Partido deben votar los ciudadanos. Metiches. ¿Porque no critican su “real democracia” bajo el estigma de la Corona que los hace vasallos y no ciudadanos (aunque lo nieguen) o su nostalgia colonial o su linaje de piratas y su ridícula genuflexión ante reyes y príncipes? ¿Sabrán que entre los hombres como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz? ¡Apuesto a que no!

Balance Electoral: 79 asesinatos políticos al 30 de abril del 2021 (39 de “Va por México”, 22 de “Haremos Historia” y 18 de 4 Partidos más). Faltan los caídos en mayo, unas 10 personas, lo que hará de esta lucha por el Poder la más cruenta de la historia. Aflora de nuevo el “México Bárbaro” de John Kenneth Turner. No somos nada y somos todo.

Correo-e: pibihua2009@gmail.com

Mayo 31 del 2021