Son muchos los que pelean contra el presidente de la nación

El pasado 28 de mayo, en El Financiero, un fanático de ultraderecha, Sergio Negrete Cárdenas, propuso la tesis de que “votar contra AMLO será votar por México”.

Ayer domingo, en Reforma, uno de los hombres más cultos e inteligentes de México, Gabriel Zaid, promovió abiertamente el “voto de castigo” contra Andrés Manuel.

La semana pasada, también en el diario propiedad de Alejandro Junco, el señor Eduardo Caccia, con lenguaje ñero y clasista —y hasta racista—, en su artículo “¡Vas, carnal!” dio recetas a los empresarios para que sepan cómo invitar a sus trabajadores a votar contra el presidente López Obrador y la 4T.

Hoy, en SDPnoticias, el joven y ya destacado analista José Miguel Calderón da a conocer “diez razones para rechazar a Morena”.

El 15 de marzo de 2021, en el diario más influyente del mundo, The New York Times, mediante una pregunta —”¿puede Biden ayudar a contener el declive democrático de México”?—, el muy lúcido intelectual mexicano Enrique Krauze pidió al presidente de Estados Unidos intervenir para que el partido de AMLO, Morena, “pierda la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados”; ello como la única manera de que México recupere “cierto equilibrio en sus poderes”, necesario en el país porque su presidente “no cree en el Estado de derecho” como fórmula para resolver los problemas.

Hace un mes, otro intelectual destacado, Jorge G. Castañeda, pidió lo mismo a Biden en el mismo periódico estadounidense: intervenir en México.

Ayer, Claudio X. González Guajardo pidió en un barrio de la Ciudad de México votar para mandar a AMLO “al carajo”; tuvo importancia tal expresión, ya que don Claudio, a quien no se le conoce oficio productivo alguno, cuenta con una fortuna para gastarla en la política —probablemente generada por su padre, Claudio X. González Laporte, empresario favorito de Carlos Salinas—.

Prácticamente a diario dos hombres que en su momento fallaron como presidentes de México —encabezaron gobiernos corruptos que no resolvieron los problemas, sino que los agravaron—, Vicente Fox y Felipe Calderón, piden a la población acudir a las urnas a votar contra Andrés Manuel.

Hace menos de una semana, The Economist pidió a los votantes mexicanos “frenar a AMLO”.

El Financial Times todavía no ha llamado a votar contra Andrés Manuel y Morena, pero ha dado armas a quienes sí lo hacen en México con artículos como el del 23 de marzo de 2021, en el que se aseguró que el presidente de México es un “enamorado de las malas ideas”.

Un enriquecido ex dirigente del PRI —su patrimonio difícilmente puede ser justificado de manera legal—, Roberto Madrazo, sacó la cartera, contrató con honorarios elevados a periodistas conocidos (Carlos Loret, Brozo) y al menos una vez a la semana financia costosas producciones de video que los diarios más grandes no pueden pagar; ello con el único propósito de contribuir al proyecto de tantos de intentar debilitar electoralmente hablando al presidente López Obrador y a Morena.

Hoy aparece en la prensa un desplegado firmado por personalidades de todo tipo pidiendo lo mismo: votar contra el partido de Andrés Manuel.

Mis cuatro razones para seguir confiando en AMLO

  • Es honesto.
  • No se enriquecerá en la presidencia de México.
  • Utiliza el presupuesto público sobre todo para apoyar a los demasiados millones de mexicanos pobres que merecen una oportunidad para superar su situación.
  • Ha obligado a los más ricos a ya empezar a pagar impuestos.

Nos costó demasiado tiempo y excesivo sacrificio tener, al fin, un presidente honesto que no actuara como sirviente de los potentados nacionales y extranjeros. Andrés Manuel López Obrador es ese gobernante incapaz de enriquecerse desde el poder y que no responde a los intereses de grupos económicamente poderosos. ¿No decíamos que un hombre así en Palacio Nacional era lo que tanta falta nos hacía a los mexicanos?

La honestidad personal es fundamental. Zaid y Krauze saben que Andrés Manuel y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller dejarán Palacio Nacional con el mismo patrimonio familiar con el que llegaron. Este es un hecho que ni siquiera Claudio X. puede ignorar. Después de 2024, si se toman la molestia de buscarlo, Zaid, Krauze y Claudio X. encontrarán a AMLO en su modesto rancho de Chiapas o en la misma vivienda de clase media del sur de la Ciudad de México en la que residía antes de tomar posesión del gobierno de nuestro país.

Andrés Manuel no se irá al extranjero a disfrutar la vida del parásito con dinero de sobra, como Peña Nieto o Salinas, ni presumirá los fines de semanas pasatiempos de rico, como Calderón —quien hasta echa a perder coches clásicos de lujo jugando al piloto de carreras—. No realizará tales actividades por falta de interés en las mismas, pero también porque, de interesarse, no tendría recursos para pagarlas.

¿Por qué si durante tantas décadas se buscó a un presidente honesto y que no se entregara a los grandes empresarios, hoy que lo tenemos hay tanta gente decidida a destruirlo?

Las razones de ellos

El activismo contra AMLO de Claudio X., Fox, Calderón, Madrazo, Loret, Brozo y de la prensa financiera global tiene su origen en la defensa de los privilegios que ha perdido gente verdaderamente adinerada, de México y de fuera del país.

El fanatismo anti López Obrador de comentaristas como Negrete Cárdenas y Caccia se explica, pues así: son fanáticos de un ideal de economía de mercado que no es realizable en ninguna parte del mundo.

Los llamados a votar contra AMLO de personas serias como Gabriel Zaid, Enrique Krauze, José Miguel Calderón y Jorge Castañeda responden a un diagnóstico erróneo de lo que debe hacerse para intentar que el actual presidente de México corrija lo que ha hecho en forma inadecuada.

¿Y si Morena gana?

Si las encuestas serias no mienten, Morena ganará más de la mitad de las gubernaturas en disputa este 2021 y, muy probablemente, la mayoría en la Cámara de Diputados. Con ciertas alianzas, fácilmente operables si se cuenta con el control del gobierno federal —que es posible lograr sin violentar las reglas de la democracia—, el partido del presidente López Obrador podrá seguir haciendo lo que considere necesario para consolidar su proyecto político.

Estamos de acuerdo todos: eso no es lo mejor que puede pasar en México, ya que algunos de los proyectos ejecutivos y de reformas legales de la 4T no son positivos. ¿Cómo impedir que AMLO insista en concretar proyectos que muchos pensamos son perjudiciales? No veo otra opción que no sea el diálogo, complicado desde la minoría, pero que si se realiza con buena fe tiene enormes posibilidades de resultar fructífero.

Invito a Andrés Manuel a reflexionar

Invitar a diario a votar contra AMLO, además de que resultará inútil —mucha gente, seguramente la mayoría, si apoyará en las urnas a Morena—, no evidencia buena fe de parte de quienes lo hacen. Por tal razón, no será escuchada ninguna propuesta que hagan quienes hoy se oponen al presidente de México. Y esto es muy negativo porque cancela el diálogo.

La invitación, al menos de los intelectuales no comprometidos con la izquierda, no debe ser a los votantes para tratar de convencerlos de no apoyar a AMLO; más bien, deben invitar a Andrés Manuel a reflexionar sobre el innegable rechazo a la 4T en regiones de México tan importantes para la economía nacional, como Nuevo León.

Los ciudadanos de Monterrey, San Pedro, San Nicolás, etcétera no han necesitado que pensadores como Zaid y Krauze les convenzan de no votar por Morena y AMLO. La gente de mi tierra no quiere a la 4T porque algunos de sus proyectos no parecen correctos. Andrés Manuel tendría que reflexionar sobre las causas de tal percepción, que no solo es mayoritaria en Nuevo León, sino probablemente también en Jalisco, Querétaro, Guanajuato, la zona turística de Baja California Sur y algunos otros de los estados como mayor desarrollo económico.

Desde la mayoría que su partido conseguirá en 2021, invito a Andrés Manuel a meditar no sobre el apoyo que él y Morena tienen, sino sobre el rechazo de la gente buena, honesta y trabajadora de algunas regiones tan relevantes para nuestra economía. Es una invitación que le hago con todo respeto y entendiendo que finalmente se hará lo que él como presiente decida.