Supe de Mario Luna Romero en 2010

Como secretario de las autoridades tradicionales del poblado Vícam perteneciente a la tribu Yaqui, se convirtió en uno de los voceros que alzaron la voz por su gente para defender lo más preciado: el agua.

Con ejidatarios y agricultores formaron el Movimiento Ciudadano por el Agua que estaba en contra del megaproyecto impulsado por el ex gobernador panista Guillermo Padrés Elías, que consistía en la construcción de un acueducto de 145 kilómetros para transportar 75 millones de metros cúbicos al año del río Yaqui para impulsar el ‘desarrollo’ de la capital sonorense.

Ante la férrea oposición a los planes gubernamentales tendientes a beneficiar a la industria, en especial al sector automotriz, comercio y servicios, ocasionó la criminalización de Mario y Fernando Jiménez Gutiérrez que les costó casi su libertad. En 2014, el también vocero yaqui Lauro Baumea formó parte de los bloqueos carreteros para presionar y exigir a Padrés Elías que sus compañeros salieran de la cárcel, esto pasó hasta 2015.

Por todo lo anterior, como parte de una serie de investigaciones sobre la violencia de los extractivismos, inicié contacto con él no hace mucho. De hecho, planeaba ir a Vícam para conocer a detalle esta lucha, porque detrás de este episodio de una lógica de poder extractivista que han padecido desde hace siglos. Hablar de su historia es hablar de un patrón histórico de poder que se estructuró desde la invasión española que ha desencadenado la eterna persecución, destierro y asesinato de los yaquis.

La desaparición de Tomás Rojo

Lamentablemente, en 2021, esta tribu vuelve a sufrir lo que parece un nuevo y violento episodio que comenzó con la desaparición, el 27 de mayo, de Tomás Rojo de 57 años, quien junto a Mario pelearon por la protección de sus recursos hídricos.

El 9 de junio, el joven yaqui y defensor del agua, Luis Urbano Domínguez Mendoza de 35 años fue asesinado a tiros cuando salió de un cajero en Ciudad Obregón. Nueve días más tarde el Laboratorio de Criminalística de la Fiscalía de Sonora confirmó que los restos encontrados en una fosa clandestina eran de Tomás.

Hoy Lorena Josefina, hermana de Mario Luna, está desaparecida

En el siglo XXI la guerra de exterminio contra los yaquis no ha terminado. Desde aquel encuentro en 1533 cuando un jefe de la tribu le pintó una línea en el suelo al español Diego Guzmán y sus hombres al llegar al río Yaqui, advirtiéndoles que no cruzaran a su territorio o morirían y su continuación de esta guerra con el gobierno mexicano liberal entre las décadas de 1870 y 1880 que desencadenó en la perdida de sus tierras, el etnocidio y la esclavización en contra de este pueblo.

Antes de este escenario platiqué con Mario en una llamada. Así lo conocí. La pandemia impidió verle de frente, pero intercambiamos unas pocas palabras e ideas. Estoy seguro que pronto habré de estrecharle la mano al guerrero.

Por ahora le envío un abrazo a él y a toda su gente para decirles que no están solos.

Como él mismo me dijo por mensaje: “todo esfuerzo es bienvenido”.

Ánimo Mario.

Ánimo compañero.