En el contexto de aprobación de las reformas a la Guardia Nacional (GN) y del artículo transitorio constitucional que amplía la participación de las fuerzas armadas en funciones de seguridad pública, propuesto por el PRI, Andrés Manuel López Obrador se sinceró.

A pregunta expresa , el Presidente aceptó que cambió de opinión respecto al papel de las fuerzas armadas en el combate a la inseguridad. Dijo que cuando conoció las dimensiones del problema decidió utilizar el Ejército. Recordó que como Jefe de Gobierno de la CDMX contó con alrededor de 100 mil policías en total, pero cuando asumió la Presidencia, la Policía Federal contaba sólo con 40 mil efectivos, de los cuales 20 mil eran administrativos y 20 mil operativos, para desplegarlos en el país, mientras que las Fuerzas Armadas sumaban alrededor de 340 mil efectivos. Además, muchos de los elementos operativos de la Policía Federal estaban al servicio del crimen organizado.

La declaración es importante, porque revela que la decisión de López Obrador no fue por animadversión a gobiernos anteriores, particularmente al de Felipe Calderón, sino como una respuesta derivada de una emergencia.

Una de las primeras reformas del gobierno de AMLO fue la creación de la GN. ¿Qué ha pasado en estos cuatro años? La situación de emergencia sigue.

De acuerdo a datos oficiales, la GN está desplegada en 32 coordinaciones estatales y 266 coordinaciones regionales. Participa en las mesas de paz y seguridad. Tiene una fuerza total de 113 mil 833 efectivos, de los cuales 73 mil 805 son personal asignado de SEDENA; 16 mil 792 es personal de SEMAR y 23 mil 236 es personal proveniente de la extinta Policía Federal. La gran mayoría son militares en funciones de guardias nacionales.

De acuerdo a proyecciones de la Secretaría de Seguridad Pública, para el 2024, la GN contará con 140 mil elementos desplegados en las 266 Coordinaciones Regionales.

La GN cuenta con el 74.4% de aprobación de la población y el 77.7% de confianza ciudadana. En 2021: Se incrementó el estado de fuerza. Se fortalecieron las capacidades operativas. Se adquirió armamento, vehículos, equipo táctico y diverso material necesario. Se elaboraron manuales para el funcionamiento institucional. Se estableció un proceso de promoción superior, general y de escala básica. Se avanzó de manera importante en la emisión del Certificado Único Policial (CUP).

Estoy convencido que la seguridad pública debe estar a cargo de instituciones civiles, pero en estos momentos es imposible, porque ni la GN, ni las policías estatales y mucho menos, las municipales pueden enfrentar los fenómenos delictivos que experimenta el país. En estos cuatro años, con algunas excepciones, las policías estatales no se desarrollaron.

Algunos delitos han aumentado, pero otros disminuyeron. El ampliar cuatro años la participación de las fuerzas armadas en seguridad publican es necesario, pero al mismo tiempo la evidencia que no se ha hecho lo necesario para enfrentar a la delincuencia. No debemos renunciar a la creación de una institución de seguridad pública civil, aunque por el momento no sea posible. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

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