IRREVERENTE

Les platico:

Poncho de Nigris no es actor ni cantante y mucho menos atleta como lo fueron sus hermanos.

¿Intelectual? ¡Ni madres! Por lo que dice y hace se adivina que no ha leído un libro en su vida.

Entonces, ¿qué es Poncho de Nigris?

Es el arquetipo del p3nd3jo empoderado.

Es el producto de un estercolero de programas que hacen ricos a los dueños de las televisoras y famosos a sus protagonistas.

Poncho no aporta nada sustancial a la sociedad.

Al contrario, su mensaje está lleno de contra valores.

Lo peor de todo es que especímenes así son elevados a la fama por mexicanos que ponderan lo hueco, lo vacío, lo banal, lo trivial e intrascendente.

¿Cuál es el mensaje a la sociedad, de tipos que exudan p3nd3jez por todos sus poros?

Cultivan ignorancia en los ignorantes que se pasan media vida pegados a la televisión o en las redes, consumiendo la chatarra de programas con patrocinadores de productos y marcas chatarra.

Cuando eso se traslada de los televisores, computadoras, tablets y celulares, a los procesos electorales, ¡valiendo madre, llamando al Santo!

Los partidos políticos los acogen en su santo seno y los vuelven candidatos a puestos de elección popular.

¿Por qué lo hacen?

Porque en México gana más votos la popularidad que la capacidad.

De hecho, Andrés premia a la lealtad por encima de la capacidad.

Como bien dice Elena Chávez -autora de “El Rey del Cash”- el presidente mexicano es el “Gran Corruptor”, título de su segundo libro.

El empoderamiento de Poncho y del “mamón mamado” Juan José Peña -del que me ocupé ayer- se debe a la ignorancia alimentada por las televisoras comerciales e incluso por las redes sociales.

Se debe a la plaga de influencers, tiktokeros, feisbuqueros, chateros, chaleros, similares, anexos y conexos, que por andar haciendo de las suyas llegan a extremos como el que tiene en merecida prisión al Fofo Márquez o que por querer engrosar sus números de likes y seguidores, terminan matándose.

¿Qué aportan de valor a la sociedad estos tipos?

¡Nada! ¡Cero!

Tan responsables de esto son las televisoras y las redes, como su audiencia, y sobre todo, las empresas y marcas que pagan mucha lana a cabrones como Poncho.

El colmo es que los partidos políticos se aprovechan de eso y con el fin de ganar posiciones legislativas y otros puestos de elección popular, recurren a los famosos, a pesar de ser babeantes ignorantes.

Vgr:

Cuauhtémoc Blanco es el gobernador peor evaluado en la historia de México.

Su calidad de crack en el fútbol nadie se la discute, pero mandó al rancho de López Obrador al Estado de Morelos, en donde ya no saben qué hacer con tal de que se vaya a vivir a otro lado.

Hasta el mismo poder que lo impuso -Morena, disfrazado de PES- se quiere deshacer de él.

En las mismas misas anda un compañero de Poncho de Nigris del programa Big Brother: Pato Zambrano, quien compite por segunda vez en busca de la alcaldía de Monterrey.

Sería interminable la lista si me pongo a enumerar a los famosos que han llegado a ocupar diputaciones, senadurías, alcaldías y hasta gubernaturas.

Muchos son la tabla de salvación para que partidos rémoras como el PT y el PVEM, mantengan sus registros.

Colofón:

El principal culpable de que esto suceda es el público, el votante, que eleva al poder a influencers disfrazados de gobernador (Samuel García) y que tiene a alguien con más popularidad -Mariana Rodríguez, esposa de Samuel- a un paso de convertirse en alcaldesa de Monterrey. ¡Ni lo mande el Dios de Spinoza!

Cajón de sastre:

  • Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván; la Infame e Infumable Ramle y los desabridos gansitos rellenos de nada: la Ardiente, Ardorosa y Metiche Lady Rabietas Cachanilla, con su inigualable, infaltable e inflable patiño, el Inquisidor Beto Hogueras Fogatitas.