Este artículo lo escribí después de haber recordado el corrido Rosita Alvírez en el informativo de Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez en El Heraldo Radio. Es una canción inspirada en un famoso feminicidio ocurrido en 1900 en la ciudad de Saltillo, que en ese tiempo tenía —es lo que leí—exactamente 23 mil 996 habitantes. Solo por comparar, el mismo año la población de Monterrey era de 62 mil 266 personas. Espero que estas estadísticas demográficas no molesten a mis amigos coahuilenses.

El hecho más relevante de 1900 en Monterrey fue el nacimiento de la Fundidora de Fierro y Acero, tal vez la más trascendente empresa mexicana de la historia. Ese año lo más recordado que pasó en Saltillo fue la muerte de Rosita Alvírez en un baile.

¿Que no hay evidencia de que Rosita hubiese existido? Lo aseguran algunos historiadores, pero no les creo. Por lo que a mí respecta me parece más creíble el corrido. Hay varias versiones de esta canción. En una de ellas, se habla de la buena suerte de la asesinada:

El día que la mataron,

Rosita estaba de suerte;

de tres tiros que le dieron,

nomás uno era de muerte.

Doy más detalles de tan lamentable feminicidio:

Año de mil novecientos

muy presente tengo yo

en un barrio de Saltillo

Rosita Alvírez murió.

Su mama se lo decía:

—Hija, esta noche no sales.

—Mamá no tengo la culpa

que a mí me gusten los bailes.

Hipólito llegó al baile

y a Rosa se dirigió

como era la más bonita

Rosita lo desairó.

—Rosita no me desaires

la gente lo va a notar.

—Pues que digan lo que quieran

contigo no he de bailar.

Echó mano a la cintura

y una pistola sacó

y a la pobre de Rosita

nomás tres tiros le dio.

Rosita ya está en el cielo

dándole cuenta al creador.

Hipólito está en la cárcel

dando su declaración.

Pregunta: ¿Y López Obrador qué tiene que ver con Rosita Alvírez?

Respuesta: Que, según el presidente de México, con el sismo de ayer los mexicanos anduvimos de suerte. Cito titulares de algunos diarios:

Reforma: “¿Mala suerte? Es buena, no pasó a mayores, dice AMLO”.

√ Heraldo de México: “AMLO: ‘Tuvimos suerte’ tras el sismo de 7.7 en Michoacán”.

Milenio: “Estragos por sismo de 7.7 no fueron tan graves; tuvimos suerte”.

El Norte: “Sismo no fue tan dramático; estamos con buena suerte.- AMLO”.

El Imparcial: “AMLO: ‘estamos con buena suerte: tenemos protección’, luego de que sismo no causara afectaciones graves en el país”.

Pues qué suertudos los mexicanos. ¿En serio? Otra vez un sismo paralizó medio país, causó la muerte de dos personas y numerosos daños materiales… y ¿nos fue bien? Eso no, querido, respetado y admirado Andrés Manuel.

Buena suerte sería —pero no soy optimista— que el sismo de ayer sirviera para que todos en México empezáramos a tomar en serio la protección civil. Vivimos en una bellísima nación que, por desgracia, es altamente vulnerable. Tiembla la tierra en no pocas regiones. Una mayoría de municipios enfrentan problemas de agua. Los huracanes golpean al territorio nacional por todos lados. Y a pesar de todo ello, no nos aplicamos en lo importante: evitar la corrupción en las construcciones y diseñar estrategias realmente eficaces que vayan más allá de organizar cada año simulacros que en el mejor de los casos la gente atiende de mala gana o bostezando.