Poco se puede debatir sobre el tema, está muy claro que las cartas más fuertes de la oposición con miras a la sucesión presidencial del 2024, las tiene en su mano Movimiento Ciudadano y su líder Dante Delgado.

Los otros partidos opositores tradicionales (PRI, PAN, PRD), no han terminado de entender que no porque el actual gobierno se desgaste, incumpla, o falle, eso va a significar que la ciudadanía en automático, solo por criticar y señalarlo, va a devolverles la confianza a ellos. Menos aún, cuando se encuentran todavía secuestrados por sus propias cúpulas, que sin miramiento alguno, siguen acaparando todas las posiciones en detrimento no solo de sus militantes, sino de la credibilidad de su mismo instituto político.

Eso es algo que al menos hay que reconocerle a Dante, quien a pesar de seguir en control del partido desde su fundación, ha dejado que nuevos cuadros tomen las riendas mediáticas naranjas. Ha impulsado muchos candidatos con un perfil renovado y que representan una opción fresca para la ciudadanía, y otros que provienen de distintos partidos en donde finalmente no les han respetado su verdadera representatividad.

Por eso hoy MC, tiene a los candidatos de oposición con más posibilidades de competirle a Morena en la elección presidencial. El dilema que enfrenta Dante y los suyos por ende, no es el de si ir o no en alianza (está claro que solos les iría mejor); sino a que candidato pondrán al frente de una batalla que los puede apuntalar como una de las dos fuerzas políticas más grandes de México.

Luis Donaldo Colosio Riojas, por nombre, parece ser la opción más fuerte. Finalmente es una marca que se ha idealizado y mantenido viva en la política nacional. Pero además, Colosio representa la posibilidad de quitarle mucho voto priista que se fue para Morena en la elección del 2018, aquellos militantes y simpatizantes que se sintieron defraudados por un gobierno peñista que perdió la sensibilidad política, y que lejos de ayudar, terminó de hundir a su partido. Ellos, sumados a la sociedad civil que votará por quien más posibilidades tenga de ganarle a Morena, pudieran representar ya un número que pondría en duda la continuidad del proyecto de la 4T.

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Lo malo es que el alcalde de Monterrey aún tiene que probar su capacidad y ganar experiencia política; y pareciera ser un salto muy grande que nunca antes se ha hecho. Por eso aunque parezca atractivo, darle la candidatura a un joven Colosio, no deja de ser un riesgo que se podría evitar, si lo que se quiere es ir construyendo un proyecto más sólido en torno a su persona a futuro; si es así, no tendrían porque quemar hoy ese cartucho.

Samuel García es el sabor del mes, el candidato que se puso de moda, rompió esquemas y se impuso contra todo pronóstico a los que iniciaron su campaña como favoritos: Morena y el PRI. El problema para el también regiomontano, es que lo que funciona en Nuevo León no necesariamente funciona en el resto del país. El Bronco arrancó con esa misma popularidad y pasó totalmente desapercibido en la contienda presidencial, de la cuál solo se recuerdan algunos momentos chuscos del ex gobernador que pasarán solo al anecdotario. Para Samuel lo importante es consolidar su gubernatura y quizá aprovechar la popularidad de su esposa, para que de la misma manera en que ha ocurrido en otros estados, empiece a tejer un proyecto rumbo a un gobierno local de 12 años, algo demasiado tentador como para aventarse a un ruedo tumultuoso y desconocido como es la Presidencia.

Por último está Enrique Alfaro. El gobernador de Jalisco se ha destacado por ser el mandatario estatal de oposición más conocido. Además, cuenta con un buen nivel de aprobación en su estado, en donde no le fue nada mal en la pasada elección. Quizá no tiene el carisma para ser la mayor amenaza al Presidente y su proyecto; pero para el mandatario tapatío, ir por la presidencia le garantizaría que por arrastre, pueda dejar a su sucesor en la silla del gobierno de su estado, lo que le ayudaría a tener un sexenio de mucha tranquilidad. De igual forma, podría negociar posiciones en el Senado y en el Congreso, que le ayudarían a mantenerlo protegido y vivo políticamente durante los siguientes 6 años.

Con cualquiera de ellos, Movimiento Ciudadano podría perfilar una campaña que los impulsara como partido político, dejando atrás a sus antes aliados, y consolidándose como una fuerza política a tomar en cuenta. Para el resto de la oposición sin embargo, este escenario podría representar la permanencia de Morena en el poder. La baraja la tiene Dante, ¿ganará su partida o jugará a perder?