El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, urgió a cristalizar las reformas estructurales ante el posible impacto en México por los crecimientos mediocres esperados en las economías de los principales socios comerciales.
Al participar en la 75 Convención Bancaria en este puerto, dijo que en estos momentos en que la incertidumbre se agudiza por la situación internacional, se vuelve más importante emprender las reformas.
‘El crecimiento que hemos logrado por el prudente manejo macroeconómico es una sólida plataforma, un piso firme para que a partir de ahí México crezca en el futuro a tasas aún más aceleradas; lo que nos resta es potenciar y lograr una mayor demanda social de ese crecimiento mediante las reformas estructurales ya más que bien identificadas, pero que aún no hemos logrado cristalizar’, manifestó.
Subrayó que la aprobación de estas reformas reforzarán las fuentes internas de crecimiento, al contribuir a fomentar el ahorro y la inversión, a elevar la competitividad de las empresas y a mejorar la productividad de los trabajadores.
‘Sólo así se podrán traducir los avances de estabilidad que ya hemos logrado en una etapa de crecimiento sostenido que genere más empleos, mejores salarios y mayor bienestar para todos los mexicanos’, manifestó.
Antes de iniciar su discurso y al hacer referencia al comentario previo del secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, sobre que no saludaba a todos por su nombre al contar sólo con 20 minutos, Carstens Carstens manifestó que ‘por razones de peso a mí me dieron 30 minutos en vez de 20’.
Tras los aplausos, el funcionario del banco central destacó la probabilidad de que México sea uno de los países dentro del Grupo de los 20 (G20) con mejores cimientos macroeconómicos.
Entre las razones, dijo, porque se tiene una inflación baja y estable, ya que en los últimos 16 meses sólo en enero pasado se superó el límite superior del intervalo de variabilidad del Banxico de un margen de un punto porcentual del objetivo de 3.0 por ciento, al ubicarse en 4.05 por ciento, desviación que respondió a variaciones temporales.
Destacó que el control de inflación ha beneficiado a toda la población, además ha permitido gozar de tasas de interés a niveles históricamente bajos en todos los plazos.
Refirió que otra ventaja es el régimen cambiario de flotación, el cual ha mostrado su idoneidad para absorber choques externos sin que las depreciaciones por turbulencias en los mercados internacionales hayan generado consecuencias inflacionarias perdurables.
Ello, comentó, se debe a que a través de los años las anclas nominales de la economía mexicana se han fortalecido, gracias a la credibilidad tanto de la política monetaria como de la fiscal.
La posibilidad de que el tipo de cambio se ajuste sin mayores repercusiones inflacionarias permite que la actividad económica responda rápidamente ante choques externos mediante mayores exportaciones netas.
Un tercer punto, continuó, es que se cuenta con un nivel de récord de reservas internacionales, lo que mantiene y acrecienta la confianza del valor de la moneda nacional, lo cual facilita el acceso del gobierno y de las empresas a los mercados financieros internacionales en condiciones favorables.
Destacó que este un factor favorable y es también adicional de la confianza para la atracción de inversiones externas.
En su opinión, como cuarta razón es que a lo largo de la prolongada crisis global, el sistema financiero mexicano se ha mantenido saludable y notablemente sólido, donde la banca reporta una capitalización elevada.
Destacó que México será también uno de los primeros países en satisfacer los requisitos más exigentes en materia prudencial plasmados en los principios de Basilea III.
Lo anterior hace de México uno de los países dentro del G20 cuyo sistema financiero está en clara capacidad de impulsar al crecimiento económico, señaló.
Agustín Carstens dio como quinta razón de fortaleza una férrea disciplina fiscal, lo que ha permitido sostener una razón de deuda/PIB que equivale aproximadamente a un tercio de los niveles que presentan varios países avanzados y que han sido fuente de los graves problemas que los mantiene en crisis.
‘Pero al final del día no son el objetivo último que perseguimos como país, sino sólo son los pasos intermedios y necesarios para lograr metas más elevadas, como son un crecimiento económico más acelerado y sostenido y una generación de empleos cada vez más acorde con las necesidades del país’, manifestó.