México.- La situación de México está fortalecida y preparada para iniciar un proceso de crecimiento elevado, pero el entorno mundial sigue deteriorándose y la incertidumbre se agudiza, apuntó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Señala que lo anterior puede convertirse en un factor que inhiba el crecimiento pese a la actual fortaleza macroeconómica de México, por lo que el compromiso de quien llegue a la Presidencia será atender de manera prioritaria las reformas estructurales que requiere el país.

"De lo contrario se seguirá desperdiciando un tiempo valioso y el beneficio que pudo generar el bono demográfico en el proceso de desarrollo de la economía mexicana", añade en su reporte semanal.

Reconoce que ya existe un buen trecho avanzado en el proceso de mejora, pero de no aprovecharlo, "seguiremos dependiendo de la coyuntura externa para crecer, aumentando la vulnerabilidad a los desequilibrios internacionales".

Es mejor tener fuentes internas de crecimiento bien fortalecidas que dejar todo a la inercia de la economía internacional, subraya el organismo de investigación del sector privado.

Refiere que la semana pasada, los problemas financieros en Europa se agudizaron al grado de que la agencia Fitch bajó la calificación de la deuda soberana de Grecia, en tanto que Moody’s recortó la nota de 16 bancos españoles, entre los que están las matrices de dos de las más grandes instituciones bancarias de el país.

Evidentemente, señala, esto generó incertidumbre en los mercados financieros mundiales que reportaron importantes pérdidas en sus bolsas de valores; en México el tipo de cambio resintió el problema y se acercó a los 14 pesos por dólar.

No obstante, la semana pasada se informó que en el primer trimestre del año la economía mexicana repuntó 4.6 por ciento, porcentaje que es el más alto de los últimos seis trimestres y que superó prácticamente todas las expectativas.

Esto generó la percepción de que la economía mantendrá un ritmo favorable de avance en lo que resta del año y la opinión de que los desequilibrios externos no tendrán un impacto severo en el país.

Además, contribuyó para que los pronósticos de crecimiento económico se ajustaran al alza. El Banco de México (Banxico) elevó en un cuarto de punto el rango estimado, para ubicarlo entre 3.25 y 4.25 por ciento.

En tanto, el promedio de la estimación de los especialistas del sector privado se ubicó en 3.62 por ciento para este año, con lo que mantuvo su comportamiento al alza que inició en enero pasado, mientras que el propio CEESP ya había corregido su pronóstico para ubicarlo en 4.1 por ciento.

Esta percepción también la comparten diversos especialistas en el exterior, como los de Goldman Sachs, Oxford Economics y Barclays Capital, que igual elevaron sus pronósticos para México.

En tanto, en la 75 Convención Bancaria, los oradores resaltaron la fortaleza de la estabilidad económica y fiscal como elementos fundamentales en la recuperación de la economía mexicana después de la crisis de 2009, que ha logrado tasas de crecimiento importantes en un entorno mundial adverso.

Aunque el consenso es que la situación del país esta fortalecida y preparada para iniciar un proceso de crecimiento elevado, el entorno mundial se sigue deteriorando y la incertidumbre se agudiza, lo cual puede convertirse en un factor que inhiba el crecimiento del país a pesar de la fortaleza macroeconómica que ostenta.

Ante ello, estimular la inversión, mejorar la productividad y lograr ser más competitivos redundará en tasas de crecimiento elevado, con la posibilidad de una mayor generación de empleos mejor remunerados.

Estima que para lograr estos objetivos se requiere de abundantes recursos, de tal manera que es urgente una reforma hacendaria integral que incluya el fortalecimiento de las fuentes de ingresos del gobierno y, al mismo tiempo, haga mucho más eficiente la asignación de los recursos.

Además, es indispensable que las empresas perciban un ambiente idóneo para invertir, por lo que debe considerarse una reforma laboral y energética que en conjunto reduzca los costos de operación, pero que sea lo suficientemente efectiva para estimular la contratación de trabajadores y el desarrollo sustentable de las fuentes energéticas.

El CESSP considera que todo esto debe complementarse con otras reformas igualmente importantes, como la educativa y la de seguridad social, elementos vitales en el desarrollo del capital humano, que es una de las principales fuentes de la productividad de las empresas.

Apunta que el Estado de derecho, seguridad jurídica y seguridad pública son otros factores que no se deben perder de vista para el fortalecimiento del ambiente de negocios del país, y estima que el compromiso de quien llegue a la Presidencia será atender estos aspectos de manera prioritaria.