El Diagnóstico de Necesidades de la Población LGBTI realizado por la Secretaría de Igualdad Sustantiva del municipio de Puebla, reveló que 8 de cada 10 personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales) en el estado, son violentadas.

Esto, porque el 85 por ciento de los encuestados dijo haber sufrido algún tipo de discriminación derivada de su orientación sexual y/o identidad de género, estando en bares, restaurantes, parques, plazas comerciales, museos, hospitales e instituciones gubernamentales.

Asimismo, un 38 por ciento confesó que han sido violentados por servidores públicos; de los cuales, los agentes de seguridad y tránsito son los principales agresores, pues violan sus derechos humanos. Por su parte, las mujeres trans que ejercen el trabajo sexual son violentadas con más frecuencia recibiendo comentarios altisonantes y extorsiones.

Aunado a ello, un 87.5 por ciento dijeron sentir miedo a ser discriminados o agredidos por mostrar su orientación sexual o afecto hacia su pareja en lugares públicos, siendo la población lésbica la que más acoso recibe sólo por atreverse a ser libres y mostrarse tal y como son. Ellas sufren la expulsión de establecimientos, además de comentarios homofóbicos y lesbofóbicos.

En cuanto al ambiente familiar, 26 por ciento explicó que sus familiares no conocen su orientación sexual o identidad de género, ya que no se han animado a comunicárselos por miedo, críticas, discriminación, temor, prejuicios, inseguridad, rechazo o creencias religiosas.

En cambio, el 74 por ciento restante dijo que su familia sí conoce su orientación sexual o identidad de género, pero de ellos, un 53 por ciento ha sido víctima de discriminación o violencia en el propio nicho familiar. Del mismo modo, el 11 por ciento afirmó haber sido corrido de su casa y 84 por ciento ha escuchado allí comentarios y expresiones que descalifican a la población LGBTI.