Donald Trump y Joe Biden, principales contendientes a la presidencia de los Estados Unidos, han llevado su lucha por dirigir los destinos de su país a un nuevo punto bajo: el de acusarse mutuamente de padecer senilidad.

Trump, con 74 años de edad, ya cuenta con el récord de ser la persona más longeva en haber asumido la presidencia, mientras que Biden, en caso de resultar elegido, sería la persona más vieja en asumir el puesto y en caso de concluirlo, la de mayor edad al terminar su primer mandato, con hipotéticos 81 años de edad.

Mientras que Trump ha utilizado su foro en Twitter para publicar videos burlones sobre las obvias dificultades de Biden para mantener una conversación e hilar ideas, el candidato demócrata ha respondido a estas acusaciones con comentarios propios.

En el marco de la presunta información que señala que “Rusia” puso precios en las cabezas de miembros del ejército norteamericano en Siria, Biden señaló que Trump no está “cognitivamente atento” a esta información proporcionada por servicios de inteligencia.

Por otra parte, miembros del equipo de la campaña de reelección de Trump han señalado que Biden estaría haciéndose pruebas de sus habilidades cognitivas “frecuentemente”.

El equipo de campaña de Biden ha respondido señalando que los cuestionamientos de Trump son una “proyección” sobre sus propias presuntas dificultades para expresarse, además de señalar que los últimos 15 meses de campaña de Biden son la mejor “prueba” de que aún conserva sus habilidades intelectuales.

Lo innegable es que mientras que Trump parece presentar algunas dificultades para realizar actividades como descender una rampa o beber un vaso de agua, Biden presenta una notoria dificultad para expresarse a diferencia de hace unos cuantos años, cuando se desempeñaba como vicepresidente de Barack Obama.