El electorado escocés decidió no revocar su unión de 300 años con Inglaterra y el País de Gales, según el resultado del referendo realizado el día de ayer.

Sin embargo, a pesar del rechazo de los escoceses a la plena independencia del Reino Unido, no todo está perdido perdido para ellos. Los principales partidos políticos británicos se han comprometido a darle el control de asuntos monetarios, de impuestos y presupuesto al gobierno semi autónomo de Edimburgo.

Un histórico 84.5 por ciento de los electores registrados participaron en la votación, totalizando aproximadamente 1.6 millones de ciudadanos a favor de la independencia y 1.9 millones a favor de permanecer como parte de la Gran Bretaña.

El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, agradeció a los cientos de miles de ciudadanos que votaron a favor de la independencia, concediendo que la mayoría eligió votar en contra de esta medida.

Escocia ha decidido "en este momento" no volverse un país independiente, por lo que llamó a la gente a aceptar ese resultado, así como él lo ha aceptado.